La década de 1930 comenzó con el crack de la bolsa en Nueva York, cuyas repercusiones en Argentina fueron la recesión, el desempleo y el primer golpe de Estado encabezado por José E. Uriburu. La infraestructura industrial del período previo y la interrupción del comercio mundial durante la guerra en Europa generaron condiciones para profundizar la expansión industrial por sustitución de importaciones.
En este proceso convivieron la multiplicación de los talleres y las pequeñas industrias en los centros urbanos, con la alta concentración de capitales.