Retrato de Dama española

Se considera que las mujeres no están capacitadas para gobernar y tampoco para las ciencias y las artes en Hispanoamérica. Su misión está consagrada exclusivamente al ámbito privado.

Compartir en redes

A lo largo de la historia, las artistas mujeres han sido excluidas de los relatos de los museos de arte, es por ello que, en numerosas ocasiones, las creaciones anónimas son consideradas masculinas. Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo XX, con el avance de las investigaciones sobre las artistas del pasado, se decide emplear el lema “anónimo es mujer” hasta demostrar lo contrario; por ello elegimos pensar este retrato de autoría femenina.

En ese sentido, esta Dama española puede ser interpretada como una figura relevante dentro de la corte novohispana, ya que su rico atuendo así parece indicarlo. Sin embargo, si atendemos a lo señalado por Fray Luis de León, el vestir debe ser reflejo de la conducta femenina, así indica: “De cómo el traje y la manera de vestir de la perfecta casada ha de ser conforme a lo que pide la honestidad y la razón”. Este autor hace hincapié en “cuánto importa que las mujeres no hablen mucho y que sean apacibles y de condición suave”. Dichas expresiones muestran el rol pasivo en el que se las educa, el cual contrasta con la función activa, tanto en la preparación para la dirigencia del gobierno como en su despliegue militar, de la educación masculina. Mientras ellas deben ser agraciadas y castas, ellos deben manifestar su masculinidad a través del manejo del poder y de su desarrollo intelectual demostrado a través de las estrategias militares y políticas.

Autora anónima
Retrato Dama española
escuela hispanoamericana, 1760
Óleo sobre lienzo, 1.92 x 0.98

Esto se manifiesta en el retrato de Don Pedro Antonio Fernández, X Conde de Lemos, Virrey del Alto Perú, dado que se lo representa montado a caballo en un claro rol de mando y control del animal, lo cual exhibe su poder. Asimismo, si observamos la serie de las Batallas de Alejandro Farnesio, veremos el despliegue del ejército y de la lucha cuerpo a cuerpo que exaltan la acción, tanto militar como mental, de los varones.

En el caso de la Dama, su poder consiste en ser agraciada y en actuar de forma correcta siguiendo los comportamientos asociados a su estamento y a su etnia. Las mujeres que pueden transitar por las urbes coloniales son quienes pertenecen al vulgo y desempeñan labores cotidianas. Se considera que las mujeres de la elite no están capacitadas para gobernar, su misión es sólo dentro del ámbito familiar y quedan supeditadas al pater familiae (padre), de herencia jurídica patriarcal romana. Las conductas femeninas se ven limitadas por aquello que la sociedad y su tiempo histórico entienden como pecado o falta a la voluntad divina en relación con la religión y, por la consideración, tanto de la ciencia como de la filosofía, de que la mujer es un ser incompleto y poco capacitada para el desarrollo intelectual. Afortunadamente, desde la segunda mitad del siglo XIX en adelante, dichas construcciones culturales son cuestionadas, revisadas y modificadas.


Soneto de Sor Juana Inés de la Cruz (Ciudad de México, 1648-1695)
Interpretación de voz, Guadalupe Berrino (2022)
MK RADIO