Susana y los viejos

Desde la mitología antigua hasta los textos sagrados que conforman las escrituras religiosas, se relatan abusos y violaciones de mujeres, como es el caso de esta obra.

Compartir en redes

Desde la mitología antigua hasta los textos sagrados que conforman las escrituras religiosas, se relatan acosos y violaciones de mujeres. En numerosas ocasiones se deja ver que esto sucede dada la belleza o las insinuaciones femeninas. Dichas narrativas son naturalizadas a lo largo de la historia, a tal punto que, hay que esperar a fechas recientes para que estos actos se vean como aberrantes y se apoye a las mujeres en las denuncias de los mismos. A su vez, esta situación coincide con la interpretación de que los diferentes tipos de acoso forman parte de una estructura de dominación, control y sometimiento de lo femenino que lleva por nombre patriarcado. En efecto, recién en los años 70 del siglo XX y al calor de los movimientos feministas, se desnaturalizan las diversas formas de acoso que sufren las mujeres, tanto dentro como fuera del orden familiar.

Esta obra narra un pasaje del Antiguo Testamento que cuenta el intento de violación padecido por Susana, esposa de Joaquín, de dos ancianos jueces que visitan frecuentemente la casa de su marido para dirimir pleitos: Arquián y Sedequía. Un día encuentran a Susana en su jardín, ella está a punto de tomar un baño. En esos momentos se excitan observándola y buscan violarla, pero ella se resiste. En venganza la denuncian en el Sanedrín –el tribunal de la comunidad– por adúltera, aludiendo que la habían visto bajo un árbol con un joven. El adulterio se paga con la vida de la mujer. Sin embargo, gracias al juez Daniel que dudó de los viejos, Susana pudo salvarse y la sentencia recayó sobre éstos.

El artista representa cómo avanzan los hombres, por delante y por detrás, sobre Susana, acorralándola. El momento del acoso de los varones sobre una mujer solía ser excitante para la masculinidad de la época, ya sea noble o burguesa, quienes encargaban frecuentemente este tipo de temáticas.

Atribuido a Giambattista Tiépolo
Susana y los viejos
(1696-1770)
Óleo sobre tela. 1,18 x 0.90

En la actualidad, gracias a la toma de conciencia de que los cuerpos de las mujeres no son objetos de uso y abuso de los varones, y que ellas tienen decisión y voluntad sobre sí mismas y sobre sus cuerpos, no vemos de la misma manera el acoso o el abuso como lo hacían en tiempos pasados. Por este motivo, nos resulta importante poner en diálogo esta obra con una pieza del arte latinoamericano contemporáneo que es pionera en el trabajo sobre estos temas, nos referimos al Tendedero de la artista mexicana Mónica Mayer. Dicha obra la realiza por primera vez para el salón ‘77/’78 del Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, el cual trató sobre problemáticas urbanas. La artista decide preguntar a las mujeres que caminan por su ciudad qué es lo que más les molesta; de esa manera se comienza a hablar sobre acoso callejero en momentos muy tempranos.

El tendedero es una pieza participativa que demanda de los relatos del público. Es dentro del museo en donde la obra sigue activándose, con objeto de brindar conciencia sobre estas temáticas que son sensibles para nuestra sociedad.