Cultura

II Jornadas de Turismo Cultural
II Jornadas de Turismo Cultural

Patrimonio cultural de las ciudades; circuitos, itinerarios y rutas. Las sinergias con el desarrollo turístico. Se realizarán el 8 y 9 de septiembre de 2008, en la Manzana de las Luces, Perú 272.

El Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, a través de la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural, la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico y el Ente de Turismo de la Ciudad Buenos Aires, en conjunto con la Comisión de Cultura de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, convocan a las segundas jornadas referidas al Turismo Cultural, procurando la creación de un espacio de reflexión sobre la política y gestión de este campo, así como sobre la formación y capacitación de especialistas vinculados a la temática.
 
Entre los objetivos de las jornadas se encuentran el propiciar nuevos espacios de valorización del campo del turismo en relación al campo de la cultura y el patrimonio, generando a su vez intercambios entre turistas y ciudadanos en pos del fortalecimiento de la pertenencia identitaria; el promover la colaboración entre el sector público y el sector privado a fin de impulsar actividades conjuntas. También profundizar el debate a través de la exposición de investigaciones y trabajos relativos al campo de la cultura, el patrimonio y el turismo cultural y su papel en el contexto de las ciudades, localidades, rutas, itinerarios; procurar herramientas y productos pedagógicos a los alumnos/as de las cada vez más numerosas carreras dedicadas al turismo y a la gestión cultural; y, por último, propiciar el debate entre las distintas áreas de gestión estatal y/o legislativas acerca de la temática

FUNDAMENTOS

El campo del patrimonio cultural y sus vínculos con el turismo cultural ha adquirido en los últimos años un lugar de gran relevancia, por estrecha asociación con los proyectos de desarrollo cultural que se promueven desde UNESCO y otros organismos internacionales, así como desde los gobiernos e instituciones nacionales, regionales y/o locales. En este sentido, la relación entre patrimonio y turismo se ha vuelto un ámbito propicio para el desarrollo socio-económico sostenible y el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes.
 
La articulación entre patrimonio y turismo está íntimamente vinculada en la actualidad a la experimentación que sobre las diversas dimensiones culturales los visitantes pueden realizar: la cultura institucionalizada tanto como lo que “las personas hacen”, es decir la cultura subjetivada, permiten al turismo participar de formas distintivas de vida y contribuir con su presencia a la formación de un campo asociado al turismo cultural como impulsor de la identidad e imagen de las ciudades, regiones y localidades, así como a fortalecer su valor como instrumento de democratización cultural. Patrimonio y turismo son portadores de valores, historia, identidades y respeto por los pueblos y sus recursos materiales y simbólicos. En este sentido, el turismo es un valor para la cultura, tanto como la cultura un recurso estratégico para el turismo.

Vinculado a áreas cruciales del campo de la cultura, como el patrimonio material e inmaterial, las actividades relacionadas con la producción cultural -las industrias culturales, entre otras-; el turismo cultural se observa como uno de los espacios que contribuye a la generación de empleo, en consecuencia un motor del crecimiento económico, pero también portador de valores y sentidos y fortalecedor de las identidades sociales y culturales. Su expansión impacta sobre la producción cultural, incidiendo económica y socialmente sobre las áreas involucradas.

Sin embargo, esta complementariedad plantea desafíos al momento de su instrumentación, como así también conflictos éticos o políticos ideológicos entre los campos de la cultura y el turismo. La influencia de los flujos de comunicación y de personas en un mundo globalizado alternan con proyectos basados en el “esencialismo” patrimonial y procesos de tradicionalización y retradicionalización. Nuevos y viejos criterios de “autenticidad” conviven en cascos históricos de ciudades altamente urbanizadas y globalizadas.

Desde esta perspectiva, el turismo cultural es una herramienta estratégica de la política de gobierno y necesariamente debe ser conciliada con el campo de las políticas culturales, particularmente las asociadas a la gestión del patrimonio cultural. Asimismo, resulta una pieza de extrema eficacia a los fines de volver atractiva la ciudad, incrementando los flujos de visitantes que, seducidos por lugares, historias y patrimonios de relevancia, permiten la reconversión y fortalecimiento de la imagen de la ciudad. Ciudades como Buenos Aires, pero también lugares de nuestro país ricos en patrimonio, historias, cultura y valores, abren nuevos espacios de interacción entre los turistas y los habitantes, promoviendo la valorización y conciencia social en torno de la identidad.

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