Cultura

Januca
Los espacios festivos. Informe del atlas de fiestas y celebraciones.

¿Qué son los espacios festivos? Se ha naturalizado un preconcepto acerca de los espacios festivos como lugares donde se da el espacio de lo alegre y de lo armonioso, sin embargo, las fiestas y celebraciones no son sólo integradoras, tienen también un potencial de impugnación que puede convertirlas hasta en ámbitos subversivos, La fiesta, la celebración, y el ritual, retomando a Víctor Turner, constituyen dramas sociales a partir de los cuales pueden reflejarse no solo cuestiones culturales, sino también asuntos de cultura política. Las expresiones culturales que venimos relevando y registrando son espacios en los que el orden y el desorden son aspectos necesarios a los fines de lo celebratorio y en los que la trasgresión es un aspecto medular.

Algunas de las fiestas relevadas permiten observar ciertas tensiones: tal el caso de fiestas en las que la iglesia establece limitaciones generando conflictos sociales en relación a la comunidad involucrada. Dichas tensiones, sin embargo, coexisten junto con el despliegue alegórico propio de cada festividad.

En el Atlas se vincula la fiesta con el ámbito de lo urbano, justamente un ámbito que se cree despojado de “cultura expresiva” (ver boletín de Septiembre de 2008). Por el contrario, la “cultura expresiva urbana” es parte misma de la ciudad y a ella contribuyen las manifestaciones culturales que diversos grupos sociales desarrollan. Por ello, es preciso considerar como este espacio de las fiestas, celebraciones y rituales se inscribe en el espacio público urbano, pues está impregnado de los cuerpos, de los ritmos, de los sonidos, de los colores y de todos esos sentidos que hacen a los espacios. No obstante, lo festivo cargado de expresividad, aparece, como en las fiestas y celebraciones en general, condicionado por las normas públicas de urbanidad consensuadas y/o en conflicto. Así, cada festividad puede sufrir restricciones propias de su desarrollo en los espacios públicos urbanos, en los por efecto de ciertas normas públicas aprobadas se establecen límites, parámetros, y fronteras relacionadas con el cómo experimentar la vida y la cultura urbana. Cada Carnaval Porteño refleja en parte la problemática mencionada: calles cortadas (obviamente autorizadas para ello) sin embargo, con frecuencia disputadas por vecinos que reclaman por la urbanidad consensuada por fuera del espacio festivo. Los tambores que se templan con fuego previamente a los ensayos o en el contexto del desarrollo de las llamadas, luego los tambores en acción una vez que las mismas inician su recorrido, suelen ser prejuiciados por la aparente trasgresión que ejercen sobre la “vida normal y cotidiana” del barrio y sus calles (el fuego, el ruido, son elementos perturbadores que, no obstante, encubren otros prejuicios). De allí, que la expresividad urbana –como toda expresividad- no está despojada de conflictos y tensiones, ni cargada exclusivamente de armonía y alegría. Los espacios celebratorios contribuyen en la circulación e intercambio de sentidos y poderes.

En la contemporaneidad, algunos grupos sociales utilizan también ciertos espacios como parte del reconocimiento social del grupo, y como mecanismo para recualificar ciertos espacios públicos en los cuales ellos pueden obtener reconocimiento social. Las luchas por el reconocimiento social que se ponen en juego en las fiestas, celebraciones y/o rituales, son una forma de disputa por la legitimación del mundo social al cual se pertenece.

No se considera que las fiestas, celebraciones y rituales sean necesariamente ese espacio que está por fuera de la rutina cotidiana, tal como se dijo durante mucho tiempo en la bibliografía especializada. Sino, que las fiestas, celebraciones y rituales son parte de la vida cotidiana, porque todos los preparativos, todo lo que implica para la comunidad, previamente y después de estos momentos, indudablemente entran dentro de la vida cotidiana de la gente.

¿Sabía usted que el día de la Inmaculada Concepción en la Iglesia de Santa Cruz tiene una significación especial?

Corría el año 1977 y las “Madres de Plaza de Mayo” se reunían con frecuencia los jueves por la tarde en la iglesia de Santa Cruz (Gral. Urquiza y Estados Unidos). De hecho, el párroco había puesto a su disposición una pequeña sala en el anexo que se encuentra contiguo al templo. Como los reclamos que hacían a las autoridades no surtían efecto, las “Madres” decidieron juntar dinero para publicar una solicitada en el diario La Nación el 10 de diciembre, día de los derechos del hombre.

El jueves 8 se llevaba a cabo en Santa Cruz la procesión y misa del día de la Inmaculada Concepción. Ese día muchos se llegaron hasta el templo solamente con el fin de dejar dinero y firmas de apoyo. Entre ellos estaba un tal “Gustavo Niño”, supuesto hermano de desaparecido, que participaba activamente de las reuniones del grupo que se llevaban a cabo en la iglesia. Niño, que no era otro que el Capitán de Fragata Alfredo Astiz, dejó el templo poco después de las 20 hs. Dicen que terminó su tarea marcando a las víctimas con un beso; se había ido a avisar a sus cómplices.

A las 10:30 hs., un grupo de hombres vestidos de civil, que se identificaron como policías, interceptó a los familiares de los desaparecidos que salían del templo. Se llevaron a nueve personas: la religiosa francesa Alice Domon (miembro del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos), Ángela Aguad, María Esther Ballestrino de Careaga, Raquel Bullit, Eduardo Gabriel Horane, José Julio Fondevilla, Patricia Cristina Oviedo, María Eugenia Ponce de Bianco y Horacio Aníbal Elbert. El mismo día fue secuestrado Remo Carlos Berardo, quien también participaba de las reuniones de la Santa Cruz. Azucena Villaflor fue privada de su libertad el 10 de diciembre, en el momento en que iba a comprar el diario para ver la solicitada. Aquella jornada se produjo también la detención de la monja Léonie Duquet, compañera de Alice. Alfredo Astiz fue la pieza central del operativo que tenía como objetivo desbaratar el incipiente movimiento de derechos humanos que se estaba organizando en el país en plena dictadura militar.

A partir de aquel hecho trágico, durante la procesión y misa del 8 de diciembre de cada año en Santa Cruz, se recuerda a los desaparecidos. En la actualidad el recordatorio es organizado por la Parroquia de Santa Cruz y su Equipo de Derechos Humanos. En el mismo participan diversas asociaciones del barrio.

Y como siempre…

Los invitamos a consultar las fichas etnográficas de las fiestas, celebraciones, conmemoraciones y rituales que se desarrollan en la Ciudad de Buenos Aires durante el mes de Diciembre.

El 7 de diciembre, fecha que evoca el día mundial de la Lucha contra el Sida (1 de diciembre), se realiza el Caminatón 2 km por el SIDA en el barrio de Parque Patricios.Se trata de una marcha/caminata y recital móvil que tiene por objetivo prevenir y concientizar sobre el Vih Sida, en particular a los jóvenes. Se inicia en Caseros y La Rioja y recorre aproximadamente 20 cuadras del barrio para terminar en el punto de partida. Encabeza la marcha un escenario móvil sobre el que tocan las bandas de música invitadas mientras el público acompaña cantando o bailando.

El 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, en la Iglesia Santa Cruz se conmemora el Aniversario de las desapariciones de integrantes de “Madres de Plaza de Mayo” y religiosas ocurridas allí en 1977. A partir de aquel hecho trágico, la procesión y misa del 8 de diciembre en la Iglesia Santa Cruz, adquiere características especiales siendo central el recuerdo a los desaparecidos a través de discursos, cantos, performances artísticas y actuación de una murga.
 
Por otra parte, el 21 de diciembre tiene lugar el Kapaj Raymi, ritual derenovación, “ceremonia sagrada de inicio del tiempo de la cosecha”, organizado y desarrollado por los pueblos originarios residentes en la ciudad de Buenos Aires, desde el año 1994, en Plaza Grecia. Se trata de una celebración de carácter público que se realiza anualmente en ocasión del solsticio de verano. Durante el transcurso de la celebración algunos grupos interpretan música de distintos pueblos originarios.

También se desarrollan celebraciones religiosas como el Januca, festividad judía que, en 2008, tiene lugar entre el 22 y el 29 de diciembre. Desde hace poco más de 20 años se realiza el encendido de un candelabro Janukia en un espacio público, en general en la Plaza República Oriental del Uruguay. Durante el festejo se despliegan cantos y danzas típicos.
Por su parte, el catolicismo tiene importantes celebraciones durante este mes. El 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción se celebra también el día de la Virgen de Caacupe en la Villa 21. El 25 de diciembre se celebra la Navidad, principal celebración del cristianismo.
Asimismo, el 8 de diciembre, se desarrolla la Fiesta del Sacrificio, la más importante del calendario musulmán, también denominada Fiesta Grande. En Buenos la celebración central se realiza habitualmente en el Centro Islámico de la República Argentina.
El último día laborable del año una lluvia de papelitos arrojados desde las ventanas de los edificios de oficina expresa una modalidad particular de despedir el año en el micro-centro porteño.
Durante el mes de diciembre se celebran también los cumpleaños de algunos barrios de la ciudad:

Villa Luro: 1 de diciembre
Liniers: 18 de diciembre

Debe consultarse en cada CGP el día de celebración ya que suele concretarse un día sábado o domingo próximo a la fecha correspondiente.

Toda esta información podrá encontrarla en el Atlas de Fiestas, celebraciones, conmemoraciones y rituales.

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