Viernes 30 de Octubre de 2020

Santilli recorrió el Parque de la Memoria en la reapertura para el público

Los vecinos y vecinas ya pueden visitar nuevamente este espacio verde durante los fines de semana de 11 a 18 horas.

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El Vicejefe de Gobierno de la Ciudad Diego Santilli recorrió el Parque de la Memoria y el Monumento a las Víctimas de Terrorismo de Estado, el sábado en la reapertura al público de este espacio. Lo acompañaron la Subsecretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural Pamela Malewicz, el Secretario de Desarrollo Ciudadano Gustavo Gesualdo, la directora del Parque Nora Hochbaum y la presidenta de la Comuna 13 Florencia Scavino.

Los fines de semana de 11 a 18 se podrá disfrutar de este espacio verde ubicado en Av. Costanera Rafael Obligado 6745.

En esta primera etapa, se podrá disfrutar del espacio verde y el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado, permanecerá cerrada la sala Pays, donde funciona el museo, pero puede accederse a todo el contenido a través de El Parque en Casa, disponible en la nueva web www.parquedelamemoria.org.ar.

Tras haber estado cerrado desde marzo por la pandemia, la reapertura se da en el marco del Plan de Puesta en Marcha de la Ciudad, con el cumplimiento de un protocolo sanitario que contempla, entre otras cosas, el uso obligatorio del tapabocas y mantener la distancia personal de dos metros como mínimo.

El Parque de la Memoria y Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado es un espacio público de catorce hectáreas de extensión, ubicado en la franja costera del Río de la Plata de la Ciudad de Buenos Aires, donde se conjuga arte, respeto, educación y, fundamentalmente, memoria. Se erige como un lugar de reflexión destinado a homenajear a las víctimas del terrorismo de Estado en la Ciudad a través de un monumento donde están inscriptos los nombres de los desaparecidos y asesinados por el accionar represivo estatal.

La idea del parque nació de inquietudes de distintos organismos de derechos humanos, a fines de 1997. Fue una iniciativa puntual de homenajear a los desaparecidos del Colegio Nacional Buenos Aires.

El monumento comienza con las represiones que sufrieron los levantamientos populares de distintas ciudades del país en 1969 (como el “cordobazo” o el “rosariazo”), e incluye diversos acontecimientos represivos que ocurrieron en los años previos al inicio de la última dictadura militar.

Está compuesto por cuatro estelas de hormigón que contienen treinta mil placas de pórfido patagónico. Los nombres se encuentran ubicados cronológicamente, por año de desaparición y/o asesinato, y por orden alfabético; además, se indica la edad de las víctimas y se señalan los casos de mujeres embarazadas.

En ese recorrido aparecen historias que marcan profundamente. Como esos ochos nombres de 1969, entre los 15 y los 49 años, a quienes oficialmente se podría definir como los primeros desaparecidos del país. O incluso los últimos doce, de 1983, ya casi en tiempos de Democracia.

"Cuando se originó la idea de llevar a cabo el monumento, uno de los requisitos que pedían los organismos es que estuviera ubicado en las cercanías del Río de la Plata, principalmente por los vuelos de la muerte. Es una de las grandes diferencias de este sitio de memoria que no funciona donde funcionó un centro clandestino de detención", cuenta Tomás Tercero, quien fuera miembro durante casi 12 años del Parque, en el área de relaciones institucionales.

Historias hay miles. Emotivas y sorprendentes. Esa madre o abuela que cumplió el deseo de arrojar al río las cenizas de su ser querido, de espaldas a la obra ''Reconstrucción del retrato de Pablo Míguez'', que habita aguas adentro. También aparecen curiosidades en ese listado de nombres que artesanalmente se cuidan como oro. Va una, apenas. En la ruta de tiempo, casi al terminar 1978, se lee entre los desaparecidos a Olga Videla, que tranquilamente podría pasar inadvertido, pese a que lleva el nombre y el apellido de la madre de Jorge Rafael Videla. ¿La relación entre ambos? Nula.



La obra fue diseñada como un corte, una herida abierta en una colina de césped despojada de cualquier otro elemento. La intervención paisajística y el trazado recrean, por una parte, el esfuerzo necesario para la construcción de una sociedad más justa y, por otra, la herida causada por la violencia ejercida por el Estado.

La última escultura fue inaugurada en junio del año pasado y su nombre es “Huaca”. Así se denomina en las culturas andinas al lugar donde se realiza el intercambio simbólico entre la vida y la muerte. “Es una especie de espacio sagrado”, cuenta la Coordinadora artística del Parque de la Memoria, Florencia Battiti, y explica que “es bastante particular porque no es una escultura vertical, no tiene la monumentalidad, es una escultura plana”.


Las 10 esculturas:

  • Reconstrucción del retrato de Pablo Miguez de Claudia Fontes.
  • Victoria de William Tucker.
  • Monumento al escape de Dennis Oppenheim.
  • Torres de la Memoria de Norberto Gómez.
  • Pensar es un hecho revolucionario de Marie Orensanz.
  • 30.000 de Nicolás Guagnini.
  • A los Derechos Humanos de León Ferrari.
  • Sin títulode Roberto Aizenberg.
  • Carteles de la memoria de Grupo de Arte Callejero.
  • Huaca de Germán Botero.


Durante los casi ocho meses de cierre, se lanzó la nueva web www.parquedelamemoria.org.ar con la iniciativa El Parque Desde Casa, donde a través de la plataforma digital y las redes sociales se buscó mantener los espacios de reflexión por medio de videos, podcasts y artículos relacionados con arte, memoria, educación y derechos humanos que seguirán estando disponibles.