Feliz, lleno de alegría. Esa sonrisa inconfundible lo delata. Así pasa Silvio Velo sus días de cuarentena en su San Pedro natal. "Estoy disfrutando mucho a mi familia, lo cual en condiciones normales no podría hacer por los entrenamientos y los compromisos deportivos. Estoy en casa con mi señora y cinco de mis siete hijos pasándolo bárbaro", le contó el capitán y referente de Los Murciélagos a Juan Martín Rinaldi en un nuevo "Mano a mano" en el Instagram Live de #DeportesBA.
"Siempre, desde chiquito, tuve mentalidad ganadora y superadora. De pibe jugaba al fútbol, andaba en bici con chicos videntes y yo era feliz, nunca me discriminaron. Es más, jugaba a las escondidas, aunque nunca encontraba a nadie", remató a carcajadas.
“Este tiempo me viene bien para ponerme de la mejor manera físicamente. Llegaré a los Juegos Paralímpicos de Tokio con 50 pirulos y me siento con muchas ganas. El Juego de 2021 es mi última chance de ganar la medalla dorada, tengo un lugarcito reservado en la vitrina", se ilusiona el bicampeón mundial, torneos que ganó en 2002 y 2006.
Silvio es una especie de socio fundador de Los Murciélagos. Está en el equipo de sus inicios, desde finales de los ’90, cuando ni siquiera tenían el apodo que los inmortalizó. ¿Pero cómo surgió el nombre que los hizo famosos y le dio visibilidad no sólo al fútbol para ciegos sino también al deporte para personas con discapacidad? Fecha: Mundial de Brasil 2002. Lugar. Concentración del equipo. Ideólogo: Silvio, por supuesto.
"Estábamos en el hotel en Brasil y se nos ocurrió ponerle un nombre al equipo. El tema era cuál. Dijimos 'tiene que ser un animalito ya que está de moda ponerle nombre de animales a los equipos'. Se nos ocurrió los Topos y otros más. Yo tiré Los Murciélagos y les gustó a los chicos. Para colmo al otro día en una nota en la radio dije Murciélagos y ahí se popularizó", recuerda el sanpedrino que siempre usa la Nº 5 en la espalda y que en ese torneo consiguió su primer gran título: campeón mundial y nada menos que en Brasil.
Ese nombre, el de Los Murciélagos, les dio identidad y los ayudó a entrar en el corazón y en la conciencia de gran parte de la ciudadanía. "Gracias a los éxitos que fuimos logrando la gente se fue dando cuenta de lo que hacíamos y empezaron a vernos como deportistas y no como unos cieguitos que jugaban a la pelota. Pudimos voltear muchas barreras y eso me pone muy contento", confesó.
En más de 20 años con la camiseta argentina Silvio Velo se colgó 15 medallas, pero hay tres que están en su podio: "Sin dudas, el Mundial del 2006 es el más importante porque lo ganamos acá en Argentina, rodeado de todos nuestros afectos. La final fue contra Brasil y pude hacer el gol del triunfo. Después viene el campeonato mundial de Brasil 2002, la primera gran conquista, y luego la medalla plateada en los Juegos de Atenas 2004", aseguró el también capitán de Boca, equipo que compite desde 2016 en la Liga Argentina de fútbol para ciegos, aunque también defendió durante casi 10 años la camiseta de River Plate.
Pero no todo es futbol en la vida de Silvio, uno de máximos representantes que dio el deporte paralímpico argentino en toda su historia. En los últimos años también decidió escalar el Aconcagua, escribió un libro y hasta participó de un programa de TV dónde se tiraba parado desde un trampolín desde más de 20 metros.
"Gracias al deporte soy quien soy. De pibe tuve un sueño y para eso me puse a trabajar y acá estoy. Y es por eso que quiero seguir vinculado al deporte ayudando a los niños que arrancan desde abajo, como lo hice yo", cerró Silvio, una de las más grandes leyendas del deporte argentino.
