Viernes 26 de Junio de 2020

Sergio Batista: "A Diego y a Messi hay que disfrutarlos, no compararlos"

Campeón con la Selección Argentina como jugador y entrenador, pasó por el "Mano a mano" del Instagram Live de #DeportesBA, recordó con emoción los Mundiales ‘86 y ’90. Habló de Maradona, Messi y, por supuesto, de su Club Parque, el lugar donde todo comenzó.

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"Esta cuarentena me sirvió para aprender sobre tecnología. Hacer esto de Instagram, un Zoom, etc. Nunca le había dado importancia, y ahora me llegó la hora", se rió Sergio Batista en el arranque de su charla con Juan Martín Rinaldi en un nuevo "Mano a mano" en el Instagram Live de #DeportesBA, la cuenta de la Subsecretaría de Deportes de la Ciudad.

Desde su casa del barrio de Villa Urquiza, el Checho pasa estos largos días y espera con paciencia qué será de su futuro laboral. "Tenía una oferta para dirigir el Colo Colo, pero con esta pandemia todo se enfrió. También tuve ofertas de Arabia Saudita y China, pero no sé, no es fácil ir a dirigir tan lejos de la familia", anticipó el campeón de América con Argentinos Juniors en 1985.

Sin embargo, no lo entusiasma la idea de trabajar en la Argentina. “Acá la gente es muy exitista y tenés que ganar sí o sí, si no, no servís. Después de la Copa América de 2011 (N. de la R: dirigió a la Selección Nacional) me tuve que bancar que un periodista me dijera que soy un inútil y no me gusta. Por eso, por el momento acá no quiero dirigir. A parte, a diferencia del exterior, acá no se respetan los proyectos. Un club no puede tener cuatro técnicos en un año. Es una vergüenza. Se hacen mal las cosas en Argentina”, asegura el Checho, un tipo que algo ganó en su carrera: campeón de América con Argentinos Juniors, campeón del mundo con Argentina en México ’86 y subcampeón en Italia ’90. Y ya como entrenador, se colgó la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Y un dato que lo llena de orgullo. Es la única persona que logró títulos con los dos jugadores más grandes de la historia del futbol: como jugador, con Diego Maradona; y como entrenador, con Lionel Messi. "Para mí es un honor haber compartido con ellos. Dos cracks. Los dos mejores jugadores de los últimos 40 años", definió Batista, quien envió un mensaje a quienes siempre los enfrentan. "A Diego y a Messi tenemos que disfrutarlos, no compararlos", asegura.

A los dos los conoce muy bien. Y así los describe: "Diego sabía todo lo que pasaba, era un líder recontra positivo, con un carácter muy fuerte. Además, adentro de la cancha le dabas la pelota y te definía un partido. Leonel es líder con la pelota y eso te simplifica todo. No entiendo a la gente que lo tilda de tal o cual cosa, siempre estuvo dispuesto para jugar a en la Selección y eso que podría haberse quedado en España", manifestó.

Con Lio, justamente, el Checho ganó los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, con un plantel en el que también brillaba Juan Román Riquelme. "Aquel equipo te simplificaba todo, eran fenómenos. No había que decirles casi nada, todos sabían lo que tenían que hacer y así nos fue: ganamos la medalla dorada ", recuerda.

Esa medalla fue el último título que ganó la Selección (N. de la R: era Sub 23 con refuerzo de mayores) aunque muchos no lo cuentan. "No entiendo por qué el mundo futbolero no toma en serio una medalla dorada en un Juego Olímpico. Obvio que no vale como un Mundial, pero tiene mucha relevancia. Lamentablemente desperdiciamos una camada, aquella de Beijing era de las mejores que tuvo una selección nacional", manifestó el ex volante surgido del Club Parque, un lugar que llenó las canchas del fútbol argentino y del mundo.

Ahí, en el corazón de Villa del Parque, Sergio Batista se formó como jugador en ese mítico club. "Mi viejo creo el baby fútbol en Parque y después sumó a Ramón Maddoni. Ellos formaron, porque esa es la filosofía del club, a muchos jugadores. Y esa debe ser la esencia de cualquier club, formar deportistas y personas", recordó sobre sus inicios.

LA SELECCIÓN, SU GRAN ORGULLO

El 14 de noviembre de 1985, Sergio Batista debutó en la Selección Argentina y, siete meses después, se consagraría campeón en México ’86. "A ese Mundial llegamos con la premisa de terminar entre los cuatro primeros, y se dio el campeonato. Estábamos bien mentalmente, cada uno sabía a la perfección lo que tenía que hacer dentro de la cancha. Jugábamos bien, y además teníamos a Diego que te resolvía todo. Era dársela a él y listo, como pasó con Bélgica, en la semi, un partido duro, pero Diego la agarró dos veces y se definió todo", recordó.

-¿Disfrutaban a Diego dentro de la cancha?, preguntó Juan Martín. -Y...más o menos. Es que estábamos tan concentrados en hacer nuestro trabajo que no podíamos salirnos de nuestra posición. Por ejemplo, Bilardo nos cagaba a pedos si íbamos a festejar un gol a la otra punta de la cancha. Nos decía a los de mitad de cancha para atrás: "si ustedes quieren ver y festejar el gol, mírenlo a la noche en la tele".

Cuatro años más tarde llegó Italia 90 y había que defender el título. La historia es conocida: derrota en el debut contra Camerún, el gol de Caniggia y la victoria ante Brasil, los penales de Goyco y la final donde el árbitro mexicano Codesal cobró un penal muy dudoso a favor de Alemania sobre el final del partido.

"Ese equipo no jugaba muy bien, pero era un grupo guapo. Un grupo que supo reemplazar al fútbol con actitud, siempre íbamos para adelante sabiendo que no jugábamos bien. Teníamos todo muy claro. Y así se logró el objetivo de llegar a la final", recuerda el Checho.

Y sobre esa final asegura: "Alemania llegó mejor que nosotros, pero nunca fue superior, si no era por ese penal inexistente que les cobró, o si cobraba el que le hicieron a (Gabriel) Calderón, que fue más penal que el que le cobró a ellos, íbamos a los penales. De todas maneras remarco la hidalguía de aquel equipo que nunca bajó los brazos".

Mirá la entrevista completa acá: