Jueves 12 de Septiembre de 2019

Día de la salud prostática

Implicancias de la salud prostática, diagnóstico y tratamiento de afecciones e importancia de realizarse revisiones periódicas para prevenir las enfermedades de la próstata.

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El 15 de septiembre se celebra el Día de la Salud Prostática que tiene como principal objetivo concienciar a todos los ciudadanos sobre la importancia de realizarse revisiones periódicas para prevenir e identificar las enfermedades de la próstata.

La próstata es una glándula que pertenece al aparato reproductor masculino. Tiene el tamaño de una nuez y está situada por debajo de la vejiga urinaria amoldándose alrededor de la uretra. Produce un líquido blanquecino que forma parte del semen y que protege a los espermatozoides, aumente su vitalidad y así facilita la fecundación.

El Dr. Omar Damia, MN 86420, Médico Urólogo del Hospital Pirovano nos relata acerca de las implicancias de la salud prostática, diagnóstico y tratamiento de afecciones .

Hiperplasia Prostática Benigna (HPB)

La HPB es el agrandamiento no maligno de la próstata. Constituye una de las enfermedades más comunes del varón después de la madurez y la padece hasta el 60% de los hombres mayores de 60 años.

La próstata agrandada (HPB) no produce ni predispone al cáncer, son dos cuadros independientes. Sin embargo, puede haber hiperplasia y además cáncer de próstata al mismo tiempo, por lo que es muy importante asistir a controles urológicos periódicos de seguimiento.

A medida que la próstata aumenta de tamaño presiona la uretra (conducto que transporta la orina al exterior) por lo que se dificulta la salida de la orina (micción) por la obstrucción y surge la necesidad de hacer fuerza para orinar. Las paredes de la vejiga se vuelven gruesas por el esfuerzo, pierden elasticidad y la vejiga se torna más irritable.

Como consecuencia van apareciendo los siguientes síntomas:

  • esfuerzo para iniciar la micción
  • chorro débil, fino y entrecortado
  • micción prolongada (se tarda más tiempo en vaciar la vejiga)
  • mayor urgencia para orinar, pudiendo llegar a episodios de incontinencia
  • mayor frecuencia en las micciones
  • necesidad de orinar varias veces durante la noche
  • sensación de vaciado incompleto de la vejiga
  • goteo al final de la micción

Diagnóstico y tratamiento

Se puede hacer diagnóstico con métodos relativamente sencillos como el interrogatorio, el examen físico que incluye tacto rectal, una ecografía y un análisis de laboratorio.

El tratamiento temprano preserva la calidad de vida y se cuenta con un variado número de opciones terapéuticas.

El objetivo de la mayor parte de los tratamientos es reducir el tamaño de la próstata y/o la obstrucción que ésta produce en la uretra. Existen tratamientos farmacológicos (con comprimidos) muy seguros y eficaces con pocos efectos secundarios y bien tolerados y tratamientos quirúrgicos, es decir la remoción quirúrgica de la próstata ya sea por vía endoscópica (resección transuretral) o convencional (adenomectomía de próstata).

Cáncer de próstata

El cáncer de próstata es un tumor maligno originado en las células prostáticas. El subtipo más frecuente se denomina adenocarcinoma. Es el cáncer de mayor incidencia en hombres en nuestro país con una ocurrencia de más de 11000 casos anuales que representan el 20% de los tumores maligno en varones.

Gracias al diagnóstico temprano, se permitió una detección del tumor en estadios iniciales en los que la gran mayoría de ellos son curables.

La detección temprana se realiza mediante un control urológico el cual será a medida de cada paciente, teniendo en cuenta su edad y la presencia o no de factores predisponentes. El examen digital rectal y el antígeno prostático específico (PSA) son los pilares del diagnóstico temprano. El diagnóstico definitivo se determina a través de una biopsia prostática.

Las recomendaciones para el control preventivo de esta enfermedad son a partir de los 50 años y pacientes con antecedentes familiares, como padre o hermano a partir de los 45 años.

Si bien no se conocen las causas exactas que originan el cáncer de próstata, existen factores de riesgo que favorecen su desarrollo:

  • Edad: Es el principal factor de riesgo. Esta enfermedad es poco frecuente en hombres menores de 50 años y las probabilidades de padecerlo aumentan considerablemente con la edad.
  • Antecedentes familiares: El riesgo de un hombre es mayor si su padre o hermano tuvieron esta enfermedad. Cerca de un 10% de los cánceres de próstata pueden darse como resultado de una predisposición genética o hereditaria.
  • Dieta: Algunos estudios sugieren que los hombres que consumen una dieta con gran contenido de grasa animal o carne pueden tener riesgo mayor de presentar cáncer de próstata. Los hombres que consumen una dieta rica en frutas y verduras pueden tener un riesgo menor.

Tratamiento

En etapas iniciales en donde el cáncer se encuentra limitado dentro de la próstata se puede optar por modalidades de tratamiento localizado, como la radiación de fuente externa (radioterapia), la implantación de semillas que emiten radiación en la próstata (braquiterapia) y la cirugía radical (prostatectomía). Estos tratamientos son equivalentes en cuanto a su efectividad, pero difieren en los efectos colaterales asociados y sus consecuencias, los más comunes son la disfunción eréctil y la incontinencia urinaria.

En tumores de bajo riesgo se puede utilizar una estrategia de vigilancia activa realizando un seguimiento del paciente basado en el PSA, el examen físico y realizar nuevas biopsias para ver si hubo un cambio con respecto al riesgo inicial. En estos casos, ante cualquier evidencia de progresión de la enfermedad, se iniciará tratamiento con fines curativos. El objetivo de la vigilancia activa es evitar las complicaciones relacionadas con el tratamiento sin perder la oportunidad de curación.

Es aconsejable que estos tratamientos sean efectuados en centros especializados, la opción de una terapia sobre otra debe ser discutida entre el paciente y el profesional tratante, teniendo en cuenta cada caso en particular.

El crecimiento de las células del cáncer de próstata depende de la producción de hormonas masculinas como, por ejemplo, la testosterona, por lo cual el bloqueo de la producción de andrógenos constituye el pilar del tratamiento.

En casos de enfermedad avanzada o recurrente, con metástasis en órganos distantes de la próstata (hueso, hígado, pulmón), la terapia hormonal constituye el tratamiento en sus distintas modalidades: aplicación de un fármaco inyectable, indicación de un fármaco por vía oral o mediante la castración quirúrgica.

Cuando el tumor deja de responder a la terapia hormonal inicia una etapa que se conoce como “resistente a la castración”. Los tratamientos que se aplican en esta instancia son la quimioterapia por vía endovenosa, y una nueva alternativa de terapia hormonal recientemente desarrollada, en la que se indica medicación como Abiraterona y Enzalutamida por vía oral.