Cómo se hizo

Tadeo y Maximiliano nos cuentan su experiencia.

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Mi nombre es Tadeo Gómez Coll y estoy terminando el sexto año de la especialidad “Eléctrica con orientación Electrónica” en la escuela técnica N° 17 “Cornelio Saavedra”. Yo participé del Desafío ECO en las ediciones 2012 y 2013. Cada edición fue única y especial.

La edición del 2012 tiene la característica de que fue la primera y, en mi caso, tenía toda la emoción e intriga de cómo iba a ser. Desde la construcción del auto, la conferencia de prensa, los días previos y la carrera misma, era todo nuevo y me generaba mucha expectativa. Además, era la primera vez que hacíamos algo de este estilo en el colegio y tuvimos que ingeniárnosla para diseñar, planificar y armar el auto. No éramos muchos pero con un poco de esfuerzo, yendo al colegio a trabajar fuera de horario de clases, durante las tomas, los sábados y siempre que teníamos tiempo, pudimos lograrlo y gracias a Dios tuvimos un buen resultado obteniendo el cuarto lugar en la carrera y el “Premio al Mejor Diseño Sustentable”, este último debido a que, para la construcción del auto, utilizamos materiales reciclables, tales como saches de leche, lonas de carteles, sillas en desuso, etc.

La edición de este año (2013) fue totalmente diferente. Esta vez no era una carrera, eran tres (un campeonato) y todo cambiaba. Contábamos con la experiencia del año anterior y teníamos “sed de revancha”, por lo que el diseño fue diferente aspirando a obtener un mejor lugar. Tuvimos más mano de obra que en la edición anterior la cual nos fue de mucha ayuda para llevar a cabo la construcción. Este campeonato se llevó a cabo en tres lugares diferentes, la primer carrera fue en Puerto Madero, la segunda en San Isidro y la última en Potrero de Los Funes, Provincia de San Luis, en el circuito automovilístico internacional de la ciudad. Esta última fue una hermosa experiencia, ya que convivimos tres días con nuestros compañeros y docentes, lo que nos afianzó como equipo, compartimos momentos con alumnos y profesores de los demás colegios, lo cual nos permitió estrechar vínculos con chicos de otros colegios, y disfrutamos de los hermosos paisajes que nos ofrecía el lugar. En esta edición obtuvimos nuevamente el “Premio al Mejor Diseño Sustentable”, ya que utilizamos nuevamente materiales sustentables, y quizás no tuvimos el mejor rendimiento o el que hubiéramos deseado pero quedamos muy satisfechos con el resultado de este año.

Cabe destacar sobre todo el trabajo en equipo que fue necesario en ambos años para que nuestra participación se pueda cumplir, sin eso es imposible llevar a cabo un proyecto así.

Todas estas cosas hacen únicas y especiales a cada una de las ediciones en las que participé. Personalmente conocí nuevos profesores y compañeros con los que entablé una relación que va a durar para siempre. Fue una experiencia impresionante que nunca voy a olvidar, de las mejores experiencias que tengo de mi paso por la secundaria.

Espero que esta competencia siga creciendo y que muchos chicos más puedan disfrutar de algo tan lindo como es el Desafío ECO.-

Créditos de la imagen: Fan Page Desafío Eco

Me llamo Maximiliano Porta. Este proyecto surgió en el año 2012 con el propósito de cuidar el medio ambiente, para ello trabajamos en equipo (docentes y alumnos) para construir un auto “sustentable” que no dañase nuestro planeta.

La primera carrera fue en el obelisco en el año 2012, todas las expectativas estaban puestas allí, luego de un arduo trabajo en equipo, obtuvimos el cuarto puesto y el premio al auto más ecológico que nos llenó de orgullo ya que más allá del reconocimiento dejamos muy bien representado el nombre de nuestra querida escuela técnica número 17.

Para construir el auto nos quedábamos después de clases , íbamos en los recreos, en las horas libres y hasta los días sábados; entre todos pensábamos que materiales podíamos usar para la construcción de nuestro vehículo (FS-1), utilizamos: gabinetes de computadoras en desuso , sachet de leches, una silla rota de oficina, piezas de bicicleta como caños, manubrios, frenos, horquillas, etc.; pusimos todo nuestro ingenio y conocimientos en funcionamiento por supuesto supervisado por los profes “unos capos” , este proyecto a parte de estar buenísimo me dejo como experiencia conocimientos de mecánica y electricidad que solo la practica pueden darte además de un montón de nuevas amistades.

Este año construimos otro auto más llamado “el tiburón” con el que corrimos tres carreras, en la primera obtuvimos por segunda vez el premio “al auto más sustentable” nos llenó de emoción y no lo podíamos creer, en la segunda carrera ganamos el primer puesto en la categoría “particulares”, es difícil expresar con palabras la emoción que se siente al ver nuestro sueño realizado, y por último y no menos emocionante, la carrera final que fue en Potrero de los Funes en San Luis, convivimos un fin de semana con los profesores y los compañeros y los lazos de amistad que había, se hicieron más fuertes y quedaran marcados para siempre; además conocimos varios lugares de San Luis como: Potrero de los Funes, El Trapito, el circuito de automovilismo y la bella cuidad, que nunca olvidaré.

Como deseo final me gustaría que este proyecto se perpetuase en el tiempo y que en un futuro no muy lejano todos los autos que hoy dañan nuestro planeta, fueran reemplazados por autos eléctricos y así decir que fuimos los PIONEROS en este terreno y también que otros estudiantes tengan la posibilidad (como la tuve yo) de vivir esta enriquecedora experiencia.