Marzo 2016

Año 4 - Número 34

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“Por qué es importante la formación continua y progresiva de los abogados del Estado y por qué es importante que sea el propio Estado quien perfile sus contenidos…”

Este fue uno de los ejes centrales del discurso del Procurador General Adjunto de Asuntos Institucionales y Empleo Público, el Dr. Gabriel M. ASTARLOA (interinamente a cargo de la Procuración General), en ocasión de inaugurar el ciclo lectivo 2016, correspondiente a las Carreras de Estado que dicta la Casa, el pasado 16 de marzo en el Salón Dorado de la Legislatura porteña.

En esta editorial, nos parece oportuno colacionar algunos de los conceptos expresados en la mencionada alocución. Ello, en tanto estos integran un núcleo importante de la gestión jurídica anunciada: “Superarnos cada día”, tal como se desprende de la columna del Dr. ASTARLOA, que luce en este ejemplar y a la que remitimos.

También en esta particular editorial, además de adherir a las reflexiones vertidas en el aludido evento de apertura, nos permitimos parafrasear al dramaturgo francés Víctor HUGO(1) y concluir, auspiciosamente, que “Nada es tan poderoso como una idea cuyo tiempo ha llegado…”

A continuación, aportamos para los lectores de Carta de Noticias, fragmentos del discurso del Procurador:

… La complejidad creciente de los asuntos estatales y públicos (…), exige contar con un cuerpo funcionarial jurídicamente responsable, es decir que pertenezca a los estamentos estatales, altamente capacitado en las cuestiones jurídicas de la abogacía estatal hodierna, por cierto, cada vez más sofisticadas.

La capacitación periódica a la que aludimos no puede quedar librada a las posibilidades y deseos de quienes integran el mencionado cuerpo funcionarial sino que debe constituir una política pública, una política de Estado en aras de lograr una gestión jurídica de excelencia.

Los contenidos de esa capacitación deben ser perfilados por el Estado en función de las necesidades estratégicas de defensa jurídica de los intereses públicos, que son dinámicos y variables.

Porque no cabe albergar dudas de que es la Administración la que se encuentra en la mejor posición para evaluar cuáles son los imperativos de la representación y defensa jurídica del Estado en sus diversas formas, así como de generar conocimiento científico desde la experiencia de la abogacía estatal y de transmitirlo.

Se trata entonces de formar a quienes defenderán los intereses públicos y de prepararlos para las altas responsabilidades que los esperan. Estas tienen un efecto de alto impacto, dado que cada decisión estatal trasciende a la comunidad.

Desde otro ángulo, la capacitación brindada por el propio Estado importa una “democratización” del conocimiento jurídico de los asuntos del Estado: cabe en tal sentido tener en cuenta que la naturaleza de los estudios necesarios para acceder a los cargos gerenciales o funciones ejecutivas en la Administración, podría llegar a excluir a quienes carecen de medios económicos para mejorar su formación de posgrado.

En definitiva, se trata de desarrollar en los abogados del Estado -que son empleados públicos-, el sentimiento de los altos deberes que la función pública conlleva y de darles los medios para cumplirlos. …


(1) VÍCTOR MARIE HUGO (1802-1885), poeta, dramaturgo y novelista romántico francés, además de político e intelectual comprometido.