Miércoles 19 de Enero de 2022

Redescubriendo la Ciudad: Palacio Barolo

Ubicado en el barrio de Monserrat, con su estilo arquitectónico único y sus detalles que homenajean a La Divina Comedia, es una de las visitas más fascinantes que ofrece la Ciudad de Buenos Aires. Conocé un poco más de su historia.

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Luis Barolo llegó a la Argentina en 1890; hombre de ideas progresistas, se convirtió con el correr de los años en un poderoso productor agropecuario, dedicado a la importación de tejidos -fue el pionero en traer máquinas para hilar algodón e instaló las primeras hilanderías de lana peinada del país-. La otra de sus pasiones era la literatura, especialmente la obra de Dante Alighieri, de cuya Commedia era especialista y devoto.

Barolo tenía, como casi todos los europeos instalados en el país, el sentimiento de catástrofe inminente que la Primera Guerra Mundial había generado. La idea de que el Viejo Mundo sería devastado. Y que, entre tantas maravillas de la cultura humana, se perderían las cenizas del Dante. Para que esto no ocurriese, quiso construir un palacio no solo inspirado en la obra mayor del poeta, si no que además fuera un monumento funerario que se postulara para recibir en su centro los restos expatriados del escritor florentino. Claro que esto no sucedería nunca; de hecho, la Florencia natal del poeta aún guarda sus cenizas.

Para lllevar adelante su proyecto, contrató a un coterráneo, el arquitecto Mario Palanti, quien también compartía sus ideas e inquietudes.

En 1919 comenzó la edificación de este palacio. Su inauguración en 1923 se realizó, como no podía ser menos, en la fecha del aniversario del poeta, el 7 de julio.

El Barolo se inscribe dentro de corrientes arquitectónicas como el art nouveau o el art decó, pero se trata en realidad de una pieza única en su tipo: una obra de Palanti.

El edificio se divide en dos cuerpos, con 11 oficinas por bloque en cada uno de los niveles; tiene 22 pisos y culmina con un gran faro giratorio de 300.000 bujías, visible desde Uruguay, donde tiene un edificio gemelo: se trata del Palacio Salvo, construido por el mismo arquitecto en Montevideo e inaugurado en 1928.

EL PALACIO BAROLO Y LA DIVINA COMEDIA

La división general del Palacio al igual que la estructura de La Divina Comedia es en tres partes: Infierno, Purgatorio y Cielo, cuyo faro representa la luz divina donde se reúnen las almas bienaventuradas.

La estructura tiene 100 metros hasta la punta del faro, mismo número de cantos del poema.

En el pasaje central, el palacio cuenta con 9 bóvedas de acceso que representan los 9 círculos del Infierno.

Del 1 al piso 13 figura el denominado Purgatorio, donde los 7 pecados capitales están representados cada dos pisos.

A medida que nos acercamos al Cielo, en el piso 14, la decoración compleja y profusa en los niveles inferiores, se va volviendo más clara, como la pluma de Dante al ir subiendo. Llegamos entonces a la Torre del Barolo, el Paraíso.

Desde allí, además de subir al mirador, podemos acceder a la cúpula de vidrio, con reminiscencias hindúes, que representa la historia de amor de Dante y Beatriz.

A lo largo de toda su historia los vecinos y las vecinas de la Ciudad han podido disfrutar del Palacio no solo vistándolo o contemplándolo. En 1923, transmitió con sus luces el resultado de la mítica pelea de boxeo entre Luis Ángel Firpo y Jack Dempsey en Nueva York. En el año 2010, el Gobierno de la Ciudad impulsó la restauración de su magnífico faro para que participara de las fiestas del Bicentenario. Desde el año 2015, durante todas las noches de octubre, la luz del faro se tiñe de rosa para concientizar sobre el cáncer de mama. Declarado Monumento Histórico Nacional en 1997, de un modo o de otro, este emblema cosmopolita sigue estando cerca de la ciudadanía.

El Barolo invita a acercarse y contemplarlo, no solo a los admiradores del Dante, sino también a quien quiera disfrutar de su belleza arquitectónica, de sus visitas guiadas temáticas -que volverán a realizarse- y de su mirador. Las vistas desde allí son asombrosas y sus balcones en 360 grados alrededor del edificio otorgan unas panorámicas únicas e inolvidables de la Ciudad.