Las ocurrencias de Francisco se apilan, una detrás de la otra. Y una detrás de las otras son festejadas con ganas por los fieles. Para muestra, vale contar el momento en el que se cruzó con un grupo de seguidores uruguayos, quienes a los gritos le recordaron de dónde eran y en ese preciso instante el Papa se dirigió personalmente a ellos.
Con una sonrisa pícara, Francisco preguntó: “¿Y el mate dónde está?” Las risas, claro, fueron de los uruguayos en cuestión y también de quienes estaban a su lado.
Los presentes, unos y otros, contestaron: “Francisco, te queremos…”