De la familia Leguminosae, la tipa blanca es una especie nativa de las yungas, en la provincia de Tucumán, Salta y Jujuy. También está presente en Bolivia, Brasil, Uruguay. Sus nombres anteriores eran Machaerium tipa y Tipuana speciosa.
De porte imponente en estado adulto, es un árbol de follaje semi- persistente en la zona pampeana, (la caída de las hojas se produce en primavera, antes de la floración), pues en Buenos Aires encuentra condiciones ambientales diferentes a su hábitat natural en invierno. De ramas flexuosas, ondulantes, que forman una copa densa y redondeada, con hojas compuestas de foliolos oblongos. Su corteza lastimada por incisiones hechas adrede, vierte una especie de resina que sirve para curtir cueros y que se usa como cicatrizante y vulnerario. La madera es utilizada para la manufactura de cabezas de tacos de polo.
Es un árbol de gran belleza por su floración a comienzos de diciembre, con flores amariposadas en racimos cortos, que permanecen fugazmente en la planta, tapizando luego el suelo de amarillo. Fruto seco, es una sámara con un ala leñosa. En Buenos Aires generalmente alberga en diciembre la chicharrita de la espuma (Cephisus siccifolius), lo que provoca la característica "lluvia o llanto de las tipas", un agua azucarada que cae desde su copa, totalmente inocuo.
Muy utilizada en espacios verdes y arbolado urbano desde comienzos del siglo XX, fue ampliamente difundida en la región pampeana por Charles Thays a partir de sus exploraciones sobre nuestra flora nativa. Ya en 1892, expresaba “luego de observar este árbol por 3 años, se trata de uno de los que reúne el mayor número de cualidades de primer orden, por su vigor excepcional, su aspecto ornamental al más alto nivel, y por la utilidad especial que posee cada una de las partes que lo componen…considero como un deber aconsejar y facilitar su cultivo”.
En el jardín se pueden apreciar ejemplares centenarios, contemporáneos a la creación del jardín.
