Domingo 20 de Octubre de 2019

Día de la Madre: pudo tener hijos biológicos pero eligió adoptar

La inspiradora historia de Gabriela Ferrero, una mujer que tuvo la opción de formar pareja y ser mamá biológica pero prefirió criar sola a un niño que esperaba una familia desde hacía más de media década. Cómo adoptar en la Ciudad.

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"¿Qué estoy haciendo acá? Llegó el momento y no sé qué hacer", se preguntó Gabriela Ferrero (57, porteña, actriz) hace trece años, mientras esperaba en la oficina de la directora de El Refugio, en Posadas, donde una treintena de chicos esperaban en guarda por una familia.

Es que, antes de la creación del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Ruaga), de alcance nacional, quien deseara adoptar debía presentar papeles en cada provincia. Y Gabriela, ansiosa por lograrlo, además de hacerlo en Buenos Aires donde vivió toda su vida, llevó la carpeta a Misiones para probar suerte también ahí. Tiempo después, supo que en un hogar de Posadas había un chico listo para empezar una vida llena de amor. Pausó su carrera en Buenos Aires y viajó de urgencia pero, claro, siempre está el miedo de no saber si vas a poder, si va a funcionar, si será lo que esperas.

"Tenía 6 años, piel morena y estaba flaquito", contó Gaby llena de emoción en la mirada, tras recordar el impacto del primer encuentro con Oski Ferrero Márquez; hoy, su hijo de 19. "Fue como amor a primera vista", sentenció. Era el año 2006, Argentina acababa de quedar afuera del mundial de Alemania y en el hogar los niños corrían con cánticos y banderitas. "Entre ellos apareció Oski, que me miró fijo con esos ojitos negros y se quedó mudo", continuó Gabriela. Fue solo ese instante para que ambos se dieran cuenta de que se pertenecían.

La directora no entendía. Oski era un nene que no paraba de hablar pero ese día se quedó inmóvil. "Yo sentí que era ella", confesó.

Un amor sobrenatural

Gaby tenía ganas de ser mamá. Pero la maternidad, esa cosa que se supone que les llega a todas las mujeres, a ella no le llegaba. Hasta que se reencontró con una amiga que hacía mucho tiempo que no veía y le avivó el deseo, no sólo porque le contó que había adoptado - algo que ella había pensado desde chica-, sino porque además optó por una niña de siete años con HIV, de esos casos difíciles en materia de adopción, que casi nadie quiere.

Ese amor tan grande la inspiró para concretarlo a sus 40 años, en un contexto y con características que, a priori, parecerían poco adecuadas para el común de las personas: sin pareja, con la posibilidad de ser mamá biológica y optando por un chico más grande, en lugar de un bebé. Pero nada la detuvo. "Cuando uno quiere ser padre o madre y el otro también te elige como tal, no hay edad, no hay color, no hay nada que vaya a trabar ese deseo", afirmó Gaby.

Lo primero que le dijo Oski tras el impacto del primer encuentro fue: "¿Vamos a pasear?". Y una vez afuera del hogar, "empezó a hablar como un loro barranquero", recordó Gaby. Ese fue el primero de muchos viajes de Gabriela y de paseos juntos, hasta que se completó el trámite y se lo llevó a vivir con ella.


Un comienzo difícil, con una ganancia enorme


Osqui nació en Misiones el 28 de noviembre de 2000. Fue el noveno hijo de Hugo y María, un matrimonio humilde. Su papá falleció en un accidente cuando tenía solo diez días y entonces todo se empezó a complicar: María se puso en pareja con un hombre desleal, ambos terminaron en la cárcel y los chicos fueron enviados a diferentes hogares.

Llegó a El Refugio cuando tenía tres años. Desde la mirada de Gaby, la vida ahí no era fácil. Todo se veía triste. Pero él cuenta que la pasó bastante bien porque vivía jugando, saltando, corriendo y cantando con los otros chicos. "Aunque siempre me preguntaba si algún día alguien me iba a llevar. Y llegó Gaby, que me rescató, me sacó y me dio una vida fabulosa, porque encima siempre tuve una inclinación por las actividades artísticas y justo caí en una madre actriz que me ayudó y me ayuda a desarrollar mi carrera", confesó, feliz.

Sus hermanos no corrieron la misma suerte. Estuvieron en hogares hasta los 18 y después salieron a la vida solos. Dos de ellos tuvieron una adopción poco feliz porque la pareja que los recibió los puso a trabajar en otro hogar que luego fue clausurado y terminaron huyendo a Posadas. "Yo tuve otras posibilidades pero ellos la tuvieron complicada", siguió.

Oski mantiene el vínculo con todos y cuando fue adoptado quiso conservar el apellido Márquez, además de incorporar el de Gaby. Se lo pidió a la jueza de menores argumentando que era lo único que sabía escribir, que esa palabra lo unía a sus hermanos y que le recordaba a su papá; una solicitud a la que la magistrada no pudo negarse y que sentó un enorme precedente, porque hasta entonces en toda adopción plena, los chicos debían renunciar a su apellido biológico. Ahora pueden elegir.

Una nueva vida para Gaby y Oski

Al llegar a Buenos Aires lo esperaban abuelos, amigos, dos gatos, muchos regalos y una vida de posibilidades. Y aunque todos esperarían la historia color de rosas, al principio no fue tan fácil. "Acá todo era distinto y él era un niño muy astuto, un sobreviviente, que vivía poniéndome a prueba", explicó Gaby. Osqui tuvo que aprender hasta a comer despacio, porque en su casa ya nadie iba a sacarle la comida. Y ella también tuvo que hacerlo: " Yo ya no pienso más en mí. Pienso en él todo el tiempo. Pienso en los dos", dijo, entre lágrimas de emoción.

Ellos se eligieron. Fue como una corazonada. Pero ser mamá de un niño más grande para Gabriela también fue una ayuda enorme. "En mi situación, sola y trabajando, un bebé recién nacido me daba más miedo", confesó. Que fuera un poco mayor le facilitaba la adaptación de ambos.

Oski se hizo camino y en julio pasado presentó en el festival Oberá en Cortos, de su tierra natal, su cortometraje "Timbó", que él mismo dirigió y escribió. Está basado en su propia vida y contiene una dedicatoria muy emotiva para su madre: "A la más valiente soñadora".

"Siempre pienso que estaría haciendo ahora si no hubiera aparecido mamá, y creo que mi vida cambió por completo", concluyó Oski, agradecido y aliviado por la oportunidad que recibió.

Cómo adoptar

En la Ciudad de Buenos Aires el 80% de los chicos que buscan una familia a través de la adopción tienen más de cinco años o son grupos de hermanos. Sólo el 1% tiene menos de un año.

Para facilitar el trámite, en 2017, el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, dependiente del Gobierno porteño, modificó el proceso de inscripción en el Registro Único de Aspirantes a Guardas Adoptivas.

Leé también: El trámite de adopción en cinco pasos

Para inscribirse o recibir información se puede ingresar a Web del Gobierno de la Ciudad o llamar a la línea 102.