Jueves 26 de Abril de 2018

Pardés

Instalación de sitio específico de Nicola Costantino

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Pardés

Huerto en hebreo se dice Pardés, pero la palabra que da nombre a esta instalación de sitio específico de Nicola Costantino remite también a la idea del Edén, ese lugar al que se llega para deleitarse con todos los frutos ofrecidos.
Este mural 360° de la artista rosarina es una invitación a sumergirse en un paraíso bucólico: un bosque donde el alimento emana en el universo vegetal con orquídeas fantasmagóricas y la Fuente de la Vida cual cornucopia.
En el recorrido, los personajes que lo habitan procesan con laboriosidad alquímica cada uno de sus frutos para crear un gran banquete, en medio de las fuerzas desatadas de una naturaleza cuya identidad es la mutación constante.
Creada especialmente para la Sala Laberinto de la Usina del Arte, Pardés forma parte del universo planteado en El verdadero jardín nunca es verde, la instalación presentada en Galería Barro y CCK.

“Como un maremoto, las olas de mediocridad humana que se elevan hasta el cielo, cubrirán este refugio del cual, muy a mi pesar, abro las puertas”

Joris-Karl Huysmans, Contra Natura

La leyenda antigua habla de un huerto, un jardín empalizado, que es muerte o locura para quienes lo profanan y para quienes destruyen las plantas que crecen en él. Sólo aquel que entra en paz sale en paz de ese oculto paraíso (etimológicamente, a la sazón, el hebreo “Pardes” y el latín “Paradisus” comparten una misma raíz proto-irania).

Nicola Costantino recupera para el arte el antiguo Pardés, pero lo hace en clave decididamente moderna. Lo que hay detrás de las puertas de este jardín instalado en medio de nuestra ciudad es difícil de explicar. Permanece irreductible a las oposiciones del tipo “vegetal/animal”, “femenino/masculino”, “humano/inhumano”, con las que tendemos a orientarnos en el mundo circundante.

El centro y el emblema de este Pardés moderno es la orquídea. Una flor cuya belleza es señuelo tanto para la avispa como para el humano que, seducidos, transportan su polen. El animal y el hombre devienen piezas del aparato de reproducción del vegetal. Los códigos, los diques, que contienen la diferencia entre los reinos y los sexos quedan real y simbólicamente desbordados.

Dentro del huerto bello, pero extraño, todas las oposiciones a las que estamos acostumbrados aparecen como limitaciones arbitrarias que no pueden contener las fuerzas desatadas de una naturaleza que no distingue entre los venenos y los elixires, ni entre los órganos sexuales de la vida animal y las formaciones vegetales que los capturan.

Del 05.05 al 01.07 | Sala Labertinto. Entrada libre y gratuita.

  • Martes a jueves de 14 a 19 h
  • Viernes, sábados, domingos y feriados de 10 a 21 h.

Nicola Costantino

Nace en Rosario en 1964. Cursa allí la carrera de Bellas Artes. En 1992 presenta Cochon sur canapé (1992), su primera muestra individual, considerada actualmente una de las obras precursoras del arte contemporáneo latinoamericano. En 1994 entra al taller de Barracas de Fundación Antorchas. Cuatro años después representa a la Argentina en la Bienal de San Pablo. En 2000 realiza una muestra individual en “Deitch Projects” (Nueva York) y su Corset de peletería humana ingresa en la colección del MOMA. En 2004 presenta Animal Motion Planet, máquinas ortopédicas para animales nonatos, y Savon de Corps, obra con gran repercusión mediática. En 2006 entra al mundo de la fotografía, con más de 30 obras en las que encarna a distintas personalidades. Su interés en la imagen en movimiento la conduce a crear la obra autorreferencial Trailer (2010), y a abordar un personaje histórico femenino paradigmático como Eva Perón en Rapsodia Inconclusa (55a Bienal de Venecia, 2013).
Dedica el 2014 al rodaje de su película autobiográfica La Artefacta. En 2016 desarrolla El verdadero jardín nunca es verde presentada en Galería Barro y en 2017 en el CCK.