Jueves 10 de Julio de 2014

Los porteños pueden llevarse unas rosas del Rosedal

Comenzó la poda anual de los rosales y, hasta fin de este mes los vecinos están invitados a llevarse los ejemplares y los gajos cortados.

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A partir de hoy, los vecinos de Buenos Aires pueden acercarse al Rosedal para llevarse rosas de distintas especies y gajos que les permitan clonar esos ejemplares en sus casas. Como todos los años, comenzó la poda en el jardín de los rosas más importante de la Argentina, en el Parque 3 de Febrero y el Gobierno de la Ciudad invita a todos a que se lleven unas flores de regalo.

La poda se extenderá durante los próximos días y hasta fin de mes. De martes a viernes de 8 a 12 y de 13 a 16 horas los vecinos podrán acercarse a los jardineros y pedirles que les entreguen unas rosas y los gajos que quieran.

Estos trabajos se hacen una vez al año y, después de la poda, los rosales reciben fertilizantes y otros complementos que son esenciales para asegurar la salud y el bienestar de los casi 8.000 ejemplares de rosas que crecen en este jardín, diseñado en 1914 por el paisajista Benito Carrasco.

El mantenimiento de los rosales se hace en el mes de julio para garantizar las condiciones óptimas para la floración de las rosas, que comienza en septiembre y alcanza su máxima desarrollo en octubre.

“Los vecinos están invitados a acercarse al Rosedal y llevarse ejemplares de distintos tipos de rosas. Además, si se llevan gajos, pueden plantarlos en macetas o jardines y cultivar un nuevo ejemplar de la planta podada”, dijo Alejandro Pérez, Gerente Operativo del Parque 3 de febrero.

En 2012, el Rosedal fue premiado con el Garden Excellence Award, un reconocimiento internacional otorgado por la Federación Mundial de las Sociedades de Rosas (WFRS).


Los 100 años del jardín

En noviembre de este año se cumplen cien años del Rosedal. Este paseo fue inaugurado en 1914 y diseñado por el ingeniero agrónomo Benito Carrasco. Durante su labor en la Dirección de Paseos de la Municipalidad de Buenos Aires, Carrasco trabajó bajo las directivas del célebre arquitecto y naturalista francés, Carlos Thays, a quien ya conocía: Thays fue el director de la tesis con la que Carrasco se graduó, a los 23 años, como ingeniero agrónomo en la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires.

De esta manera, Benito Carrasco se convirtió en el discípulo más notable de Thays y, cuando éste dejó la Dirección de Paseos, en 1913 (después de 22 años de gestión), ocupó el cargo de su maestro.

Fotos: Andrés Pérez Moreno / MAyEP