Las pasiones de Francisco, el Papa, no se modifican, más allá de la embestidura. Su inconfundible rutina del mate, el mismo que cebaba en su querido Buenos Aires, hoy se mantiene inalterable en el Vaticano, donde también lo acompaña (de manera inseparable) la figura de la Virgen.
Esa imagen, tan simple como repetida, conmueve a los fieles, quienes repiten hasta el cansancio las simples actitudes de una figura mundial que se muestra como un hombre común y corriente, pese a que no lo es.
Recemos por los cristianos que son perseguidos, para que sepan vencer el mal con el bien.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) March 6, 2014
La Cuaresma es un tiempo propio para las renuncias. Privémonos cada día de algo para ayudar a los demás.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) March 5, 2014
Todos nos equivocamos en la vida. Reconozcamos nuestros errores y pidamos perdón.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) March 4, 2014