Domingo 04 de Abril de 2021

La historia de Grecia cambia la idea de creer que una mujer no puede hacer lo que hace un hombre

En el mes de la mujer, te presentamos a esta ingeniera hidráulica. Su trabajo es fundamental para evitar inundaciones y mantener operativa la red pluvial.

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Bajo el lema "Mujeres que inspiran" y con el hashtag #MesDeLaMujer el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana reconoce a Grecia Malave, una ingeniera hidráulica que todos los días ingresa a los conductos pluviales para mantener operativa la red pluvial. Esta es su historia.

“Mi nombre es Grecia Malave, soy ingeniera hidráulica y trabajo en la Dirección del Sistema Pluvial. Una vez que llegué a Argentina estuve buscando mucho tiempo trabajo. Cumplía con los requisitos, pero decía masculino. Pero por suerte acá en la Ciudad, sí, me pudieron llamar. Creo que lo que cambiaría primero son los ideales, de creer que la mujer no puede hacer lo que hace un hombre, porque creo que todos somos seres humanos y podemos. Es un campo muy amplio, donde también experimentamos cosas… que creemos que no podemos hacer. Entrar en un conducto, que muchas mujeres no se animan y esto está genial”.

“Que las personas sean medidas por sus capacidades y no por su género" En el #MesDeLaMujer quiero compartir algunas de las historias de diferentes mujeres que transforman la Ciudad con su tarea y compromiso diario”, expresó la Ministra de Espacio Público e Higiene Urbana Clara Muzzio.

La red pluvial es un sistema de conductos subterráneos que permite recolectar el agua de lluvia para luego llevarla a las zonas de descarga donde no puedan afectar a los vecinos. Esta red, de aproximadamente 900 kilómetros, está compuesta por cuatro elementos: las cunetas, los sumideros, los nexos y los conductos subterráneos. La Dirección General del Sistema Pluvial es la encargada de realizar los trabajos de mantenimiento y reacondicionamiento de todos los elementos que componen la red para asegurar su correcto funcionamiento.

¿Cómo funciona la red pluvial?

Cuando llueve, el agua que cae sobre la ciudad (o caudal pluvial) comienza un recorrido a través de las cunetas de las calles, que funcionan como canales a cielo abierto, hasta que es absorbida por los sumideros. Estos son las típicas aberturas horizontales que se encuentran en los cordones de las veredas y que permiten que el agua se retire de la superficie de la ciudad.

Los sumideros están conectados a un nexo que dirige al agua hasta los grandes conductos que se encuentran bajo tierra, a través de los cuales también circulan los caudales de algunos de los arroyos más importantes de la ciudad, que fueron entubados para evitar que sus aguas rebalsen sobre las calles de la ciudad como consecuencia de las lluvias intensas. A través de los conductos, los arroyos son llevados hasta las desembocaduras originales de sus cuencas y a su caudal se le suma aquel que proviene del agua de las lluvias y que es captada por los sumideros.

La Ciudad está atravesada por 12 arroyos que conforman 11 cuencas distintas: Medrano, Vega, White, Maldonado, Radio Antiguo, Ugarteche, Boca-Barracas, Ochoa- Elía, Erézcano, Cildáñez y Larrazábal-Escalada. Gracias a la red pluvial, el agua de lluvia se suma al caudal de estos arroyos, que son conducidos hasta las desembocaduras de sus respectivas cuencas.

Mantenimiento de la Red Pluvial

La Dirección General del Sistema Pluvial es la encargada de realizar los trabajos de mantenimiento y reacondicionamiento para que la red pluvial funcione correctamente. En los últimos cuatro años, esta dirección realizó obras de mantenimiento activo y readecuación en todas las cuencas. Entre estos trabajos, la Dirección llevó adelante un proyecto de remediación de conductos que habían sufrido derrumbes o que presentaban conexiones deficientes. Esto permitió mejorar y aumentar considerablemente la capacidad de escurrimiento del agua.

Además, la Dirección General del Sistema Pluvial realiza una limpieza exhaustiva en gran parte de los conductos y emisarios. Una de las más importantes es la del túnel aliviador por el que drena el arroyo Maldonado. Durante este procedimiento se remueven los desechos que obstruyen el drenaje. Además, se llevan adelante tareas de mantenimiento para asegurar el correcto funcionamiento hidráulico y la ausencia de filtraciones. Para ello, primero es necesario sellar el conducto. De esa manera, se interrumpe el paso de agua y se permite el ingreso de máquinas retroexcavadoras para sacarán, de manera mecánica, las toneladas de sedimentos y residuos que, con el tiempo, se van acumulando en su interior: ramas, botellas PET, restos de obra y barro.

Las bolsas plásticas son el principal residuo que obstruye los conductos, ya que generan una especie de tapón que no permite que se circule el agua. La obstrucción de la red pluvial aumenta el riesgo de sufrir inundaciones en la ciudad. Por eso, su limpieza y mantenimiento son tan importantes. Pero también es fundamental concientizar a los vecinos acerca de la correcta disposición de los residuos y la disminución en el uso de bolsas plásticas.

En ese sentido, mediante la resolución N° 341/16 (enmarcada en la Ley 3.417), a partir del año 2017 se prohibió la entrega de bolsas plásticas de un solo uso en las líneas de caja de supermercados y autoservicios de la Ciudad. Esta medida no solo permitió disminuir la contaminación generada por el plástico, sino también los inconvenientes causados por las bolsas plásticas que se acumulan en la red pluvial, las cuales constituyen un tercio de los residuos que se encuentran durante las limpiezas que se realizan habitualmente.

Gracias a todas estas acciones diarias de mantenimiento y limpieza, en los últimos años Buenos Aires logró disminuir considerablemente el riesgo de sufrir grandes inundaciones.