La funcionaria del Ministerio de Economía y Finanzas participó del panel “El desafío de generar engagement”, Durante su exposición, Domeniconi explicó el desafío que significó implementar un cambio cultural dentro del Gobierno de la Ciudad, asegurando que “se trabajó muy fuerte en dos ejes: por un lado, la generación de la Carrera Administrativa, donde alineamos la evaluación de desempeño y una política de capacitación del empleado público. Y por el otro, el desarrollo de una política de concursos de ascenso dentro del Estado. Se trata de una batalla cultural ya que el empelado muchas veces no nos cree cuando les comentamos sobre la transparencia de los concursos son transparentes, por lo cual a veces tenemos que hacer mucho esfuerzo para que se postulen y participen. Esta es la transformación cultural que estamos llevando adelante hoy como política de recursos humanos”.
Domeniconi señaló que “existen dos aspectos de la generación de engangement en el Estado. En primer lugar tenemos la famosa vocación del servicio público. Muchas veces hablamos de que pareciera ser más fácil en el sector público porque hay ciertas áreas que tienen un impacto tan directo en la vida de la gente que está vocación es el driver fundamental en la generación de compromiso. Pero también hay toda una parte más administrativa que no tienen ese contacto directo con el ciudadano y ahí la vocación de servicio nos queda un poco corta como único driver. Para generar compromiso lo primero que hicimos fue generar la base, los procesos y las políticas necesarias para tal fin. Pasar a una meritocracia real fue muy complejo en una estructura tan grande. El segundo aspecto consistió en generar capas intermedias de líderes, capacitándolos en liderazgo para que sean personas preparadas y que en su entorno generen compromiso”.
Finalmente, la funcionaria se refirió al cambio en el régimen de licencias familiares, aclarando que “se trató de un cambio trascendental. Lo que decidimos en la Ciudad, dentro de un marco de políticas de género mucho más general, fue romper con el sesgo maternalista, saliendo de la dualidad mamá/papá para hablar de familia y de otros progenitores, independientemente del género de las personas”.
