Jueves 23 de Julio de 2015

La Ciudad de Buenos Aires firmó un compromiso histórico junto al Papa Francisco

El acuerdo se suscribió en el marco del Encuentro de Ciudades convocado por la Santa Sede

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La Ciudad de Buenos Aires participó del Seminario “Esclavitud Moderna y Cambio Climático” que fue convocado en el Vaticano por el Papa Francisco. Por la Ciudad participaron Juan Carlos Villalonga, presidente de la Agencia de Protección Ambiental, quien viajó en representación del jefe de Gobierno, Mauricio Macri, junto a Fulvio Pompeo, subsecretario de Relaciones Internacionales e institucionales del Gobierno porteño.

En el cierre del encuentro, del que participaron alcaldes de 65 ciudades de todo el mundo, se firmó un compromiso para impulsar cambios sociales y económicos con el fin de avanzar hacia un acuerdo global que permita mantener el aumento de la temperatura del planeta por debajo de los 2 grados centígrados. Ese compromiso global, deberá alcanzarse en la próxima Cumbre Climática (COP21) que se llevará a cabo en París a fines de este año.

Villalonga, desde Roma, afirmó: “Para el Gobierno de la Ciudad es un paso más en su trabajo para colocar a Buenos Aires en el buen camino en materia de mitigación y adaptación al cambio climático, como así también para reforzar sus vínculos internacionales a través de los cuales potenciamos nuestra política climática”.


Juan Carlos Villalonga (derecha), firma el acuerdo internacional.


En el Acta final firmada en la Santa Sede, los alcaldes acordaron reforzar en sus ciudades y asentamientos urbanos la capacidad de resiliencia de quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad y pobreza y reducir su exposición a los eventos extremos relacionados con el clima y a catástrofes económicas, sociales y medioambientales.

Para lograrlo, los representantes advirtieron que será necesaria una transformación para impulsar las energías bajas en carbono –básicamente fuentes renovables- y la gestión sostenible de los ecosistemas. Estos cambios deberán llevarse a cabo dentro del marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas que permitirán poner fin a la pobreza extrema, garantizar el acceso a la salud, a la educación de calidad, al agua potable, a la energía sostenible y fomentar la cooperación para erradicar la trata de personas y todas las formas modernas de esclavitud.

El documento advierte que la próxima Cumbre de París puede ser la última oportunidad efectiva para lograr acuerdos que eviten un aumento de la temperatura global por arriba de los 2 grados centígrados y, para lograrlo, será necesario “un osado acuerdo en pro del clima que confine el calentamiento del planeta a un límite seguro para la humanidad y que proteja a los más pobres y vulnerables del cambio climático que pone sus vidas en peligro”.

En ese sentido, Villalonga agregó: “Estamos atravesando un momento crítico de la historia, y a solo meses de la Cumbre del Clima en París. El acuerdo que allí se alcance es una de las últimas chances para adoptar una acción global concertada que esté a la altura del desafío. Es poco el margen de tiempo disponible para evitar las peores consecuencias sociales, naturales y económicas del cambio climático. Por eso son muy importantes estas jornadas para abonar la senda correcta a un nuevo acuerdo global y ambicioso por el clima”.

Del encuentro participaron representantes de grandes ciudades como Nueva York, París, Bogotá o Madrid, incluyendo también ciudades más pequeñas ya que, según las propias palabras del Papa Francisco: “El trabajo más serio y profundo se hace de la periferia al centro, desde ustedes hacia la conciencia de la humanidad. La Santa Sede o tal país podrán hacer un buen discurso en la ONU, pero si no hay trabajo desde la periferia al centro, no tendrá efecto. Y ahí, en la periferia, es donde está el trabajo de los alcaldes”.


65 ciudades de todos los continentes participaron del encuentro convocado por el Papa Francisco en el Vaticano.


En la Encíclica Papal Laudato Si, que se dio a conocer hace un mes, Francisco expuso su preocupación acerca de la grave situación ambiental del planeta y sus consecuencias en las poblaciones más vulnerables. Y responsabilizó a la comunidad política: “Llama la atención la debilidad de la reacción política internacional” que “enmascara” los problemas ambientales o subestima las advertencias de los movimientos ecologistas.

El Papa aseguró que detrás de esa displicencia hay algo más grave: “El sometimiento de la política ante la tecnología y las finanzas se muestra en el fracaso de las Cumbres mundiales sobre medio ambiente. Hay demasiados intereses particulares. Y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos”.

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