Lunes 04 de Agosto de 2014

"Jesús sufre con nosotros y sufre por nosotros"

En el tradicional Angelus, el Papa pidió “anteponer las necesidades de los pobres a las nuestras”. “Nuestras exigencias, aún legítimas, nunca serán tan urgentes como las de los pobres, que no tienen lo necesario para vivir”, resaltó.

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El Papa reflexionó, en sus palabras previas al rezo del Angelus, sobre el Evangelio de Mateo que relata el milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Ante los fieles reunidos en la plaza de San Pedro, en una lluviosa jornada romana, el Santo Padre se refirió a la compasión señaló que “estemos atentos, compasión no es sentir piedad, es más. Así es Jesús: Sufre con nosotros y sufre por nosotros”.
 


Foto: Aica
 

En ese momento el Papa pidió “anteponer las necesidades de los pobres a las nuestras”, destacando: “Nuestras exigencias, aún legítimas, nunca serán tan urgentes como las de los pobres, que no tienen lo necesario para vivir”.

De manera improvisada, explicó: “Cuántas veces miramos para otro lado para no ver a los hermanos necesitados, y este mirar hacia otra parte es una forma educada de decir en forma fina, "arréglensela solos".

El segundo mensaje fue el compartir y expuso dos lógicas opuestas: “los discípulos razonan según el mundo, por el que cada uno tienen que pensar en sí mismo; Jesús razona según la lógica de Dios, que es la de compartir”.
 

Cuando no se adora a Dios, se adoran otras cosas. Dinero y poder son ídolos que a menudo ocupan el puesto de Dios.

— Papa Francisco (@Pontifex_es) August 2, 2014


 

“Atención: no es una magia, es un “signo”. Un signo que invita a tener fe en Dios, Padre providente, el cual no nos hará faltar “nuestro pan de cada día”, si sabemos compartirlo como hermanos”, añadió.

Finalmente y en el tercer mensaje, explicó que el prodigio de los panes preanuncia la Eucaristía: “Es el mismo gesto que Jesús hará en la Última Cena, cuando instituirá el memorial perpetuo de su Sacrificio redentor. En la Eucaristía, Jesús no da un pan cualquiera, sino el pan de vida eterna, se da a Sí mismo, ofreciéndose al Padre por amor nuestro”.

En este momento, el Papa unió los tres mensajes: “Quien va a la Eucaristía sin los sentimientos de Jesús, compartir y compasión, no va bien” y reiteró una vez más: “Compasión, compartir, Eucaristía. Un camino que nos lleva a afrontar con fraternidad las necesidades de este mundo, pero que también nos lleva más allá de este mundo, porque parte de Dios y vuelve a Él”