Viernes 26 de Septiembre de 2014

Heroínas silenciosas

Isabel de Estrada nos cuenta la historia de Estación Felina, un grupo d heroínas que, con esfuerzo, ayuda a los gatitos de la calle

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“Caminaba para tomarme un colectivo cuando me crucé con un gatito naranja y blanco muy manso, que se dejó acariciar. Mientras lo tocaba fueron apareciendo más, pero tenían miedo. Al día siguiente volví, les llevé comida y me puse a hablar con la gente del barrio. Me enteré que el mas mansito, a quien bauticé Puqui, había sido abandonado por una pareja y que el resto formaba parte de una colonia estable que vivía en la zona hacía más de quince años”, cuenta Jimena Barrionuevo, la artífice de Estación Felina, un grupo de gente que con gran esfuerzo ayuda a los gatos de la calle.

Llevan rescatados más de sesenta gatitos que hoy viven felizmente en casas de familia. Junto a Isabel, una vecina del barrio de 75 años, dan de comer a toda esta colonia “Con lluvia, sol, viento, calor o frío, los gatitos tienen siempre su ración diaria de alimento gracias a la invalorable ayuda de ella” cuenta Jimena. “Los adoptantes son los que terminan de cerrar el círculo de cuidado y amor cuando nos abren sus casas para recibirlos”

El primer rescatado fue Puqui. Lo veía que estaba más flaquito y me prometí a mí misma que le encontraría un hogar, pero no sabía cómo hacerlo. Lo logramos con la ayuda de Hadas Madrinas, un grupo de rescatistas que nos ayudó. Un día, le pusimos una jaulita y él entró y se quedó tranquilo. Lo recibió Viviana Hasenbalg, una persona con mucha experiencia en el cuidado de los gatos, que con dedicación y amor logró sacarlo adelante. “Tuve la suerte de poder ver cuáles eran los cuidados que requería un animal de la calle y todo el proceso de adaptación. El día de mi cumpleaños Viviana me dio la noticia más hermosa” recuerda Jimena “Puqui fue adoptado”.

¿Cómo se mantienen?

Muchos de los gastos que tenemos los cubrimos nosotras, recibimos donaciones de alimentos aunque no todos los meses. Recaudo dinero en las ferias a las que gentilmente me invitan. Hoy en la colonia hay aproximadamente treinta gatos que comen todos los días balanceado de calidad y comida húmeda que les encanta. Así mantienen las defensas altas, importantísimo para que no se nos enfermen. No están en la situación ideal pero de a poco intentamos sacarlos de la calle. Afortunadamente he conocido gente maravillosa que nos ayudó, se comprometió y les abrió las puertas de su corazón y su casa a nuestros protegidos.

¿La historia más linda?

La de la bella Nerina. Era la única gata blanca de la comunidad y tenia cría constantemente. Neri no dejaba que nos acercáramos pero estábamos decididos a agarrarla. Lo logramos pero estaba enfurecida. Rugía como una leona. Ana la recibió con mucho amor. Pasó un mes y a pesar de que Ana hacia todo lo posible Neri no se adaptaba. Un día decidimos que la castraríamos y la soltaríamos en la Estación, todo con mucha angustia. Ese mismo día llamo Naty y dijo que ella y Omar, su marido la adoptarían y lograrían quitarle el miedo de a poco. Hoy Nerina vive feliz con ellos. ¡Hasta le escribieron una poesía! Dice Jimena, feliz.

“La tarea es dura, por momentos frustrante y a veces muy difícil de llevar adelante. Pero a la vez es enormemente gratificante. Los invito a sumarse y a que lo experimenten en carne propia”, dice Jimena mientras se despide para ir a la colonia a alimentar a todos sus protegidos.

Si querés adoptar un gatito, contactate con Estación Felina:

estacionfelina@gmail.com

https://www.facebook.com/EstFelina