El Papa Francisco siempre está atento a los más chicos. Y no fue la excepción en la recorrida que hizo hoy, en medio de fieles que lo veneraban desde uno y otro costado. Con el automóvil a muy poca velocidad, en el camino le fueron acercando niños para que bendiga. Con varios de ellos tuvo un gesto común muy festejado por los presentes.
Como hacía frío, les fue cubriendo la cabeza de a uno y de paso, en voz baja, le sugirió a los padres que los tapen para que no se enfermen.