En este segundo domingo de Cuaresma, en una soleada mañana romana, el Papa Francisco reanudó, después de haber concluido los Ejercicios Espirituales, en Aricca, con sus colaboradores de la Curia Romana, el rezo mariano del Ángelus acompañado de miles de fieles romanos y peregrinos que llegaron a la Plaza de San Pedro.
Con el Evangelio de este día, el Santo Padre reflexionó sobre la Transfiguración, recordando el rostro resplandeciente del Señor y alentando a escuchar a Jesús para poder ofrecer luego el tesoro de nuestra vivencia a los más necesitados.
“Es importante 'escuchar' a Jesús, es importante leer el Evangelio cada día”, subrayó el obispo de Roma y agregó: “Para poder compartir la Palabra del Señor, debemos aprender a ‘subir’ con la oración y a ‘bajar’ con la caridad fraterna”
Francisco exhortó a los fieles a subir junto a Jesús a la montaña, pero no quedarse ahí, sino "bajar a la llanura, donde nos encontramos con muchos hermanos abrumados por fatigas, injusticias, pobreza material y espiritual".
“Nosotros, discípulos de Jesús (explicó el Pontífice) estamos llamados a ser personas que escuchan su voz y toman en serio sus palabras". "Para escuchar a Jesús, hay que estar cerca de él, seguirlo, como hacían las multitudes del Evangelio que lo seguían por los caminos de Palestina".
