Miércoles 08 de Febrero de 2017

El talento es el capital de las ciudades

Buenos Aires tiene un capital humano excepcional por su capacidad, creatividad y volumen. ¿Qué fenómenos hacen de Buenos Aires una Ciudad destino para el talento?

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Durante el World Economic Forum, realizado en Davos, se presentó el Índice de Competitividad del Talento Global. El indicador, que hasta esta edición rankeaba países, incluye ahora una sección dedicada a ciudades y su capacidad para facilitar, atraer y promover el talento. La medición ubica a la Ciudad de Buenos Aires como la primera de América Latina, seguida de Santiago de Chile y Ciudad de México.

Buenos Aires tiene un capital humano excepcional por su capacidad, creatividad y volumen. Según el Global Entrepreneurship Monitor, principal estudio de emprendedorismo del mundo, la Ciudad tiene una tasa de actividad emprendedora (porcentaje de población de entre 18 y 64 años que está involucrada en un empresa naciente o nuevo negocio) del 18%, que supera la media y que permitió que 4 de los 5 unicornios de América latina (empresas de base tecnológica que en poco tiempo alcanzan valuaciones de más de mil millones de dólares) se iniciaran en Buenos Aires.

El dinamismo del ecosistema emprendedor y la disponibilidad de capital humano en la Ciudad surgen de la combinación de tres fenómenos que la distinguen en la región y el mundo.

En primer lugar, su alta dotación de infraestructura para el conocimiento. La ciudad alberga más de 20 universidades y centros de formación terciaria públicos y privados que construyeron el stock y alimentan el flujo de especialistas de nivel. Tiene más de 500.000 estudiantes universitarios, de los cuales unos 160.000 estudian ciencias aplicadas. Es el talento del futuro y principal capital prospectivo de la Ciudad. Solo la UBA, que en 2016 fue seleccionada como la mejor de América Latina y la única en la región dentro de las 100 mejores del mundo, tiene 13 facultades y más de 80 carreras de grado.

En segundo lugar, las ciudades deben promover que el talento elija quedarse, y trabajar para atraer perfiles profesionales de otras latitudes. La oferta cultural, la diversidad y la exposición a lo global son, para ello, factores distintivos. Buenos Aires posee casi 300 teatros, cifra que supera a ciudades como Londres, más de 700 librerías y una oferta gastronómica que crece en cantidad y calidad, y la posiciona como una de las capitales gastronómicas de la región. The Economist eligió a Buenos Aires como la ciudad más ‘vivible’ de América Latina y el índice QS Best Student Cities Ranking la señala como la primera en América latina para estudiantes. Además, la Ciudad fue elegida como el mejor destino LGBT de América Latina por 200 líderes regionales de ese colectivo.

En tercer lugar, los gobiernos pueden potenciar los atributos de punto de partida trabajando sobre el perfil productivo y el posicionamiento global de las ciudades. En el caso de la Ciudad, la política de distritos es una fenomenal herramienta de promoción, que permitió alcanzar un porcentaje de empleo en el sector de industrias creativas solo comparable al de grandes ciudades globales (9%). En el distrito tecnológico ya se radicaron más de 200 empresas que ofrecen empleos de calidad para técnicos e ingenieros, y universidades como el ITBA que los están formando. El distrito de la innovación, en Nuñez, generará un nuevo cluster de talento. Según la organización Education First, Argentina lidera la región en dominio del idioma inglés, en gran parte por el esfuerzo que la Ciudad viene haciendo con la incorporación del inglés en escuelas públicas desde primer grado.

La capacidad para promover el talento es clave para la prosperidad y el desarrollo económico de las ciudades. En un mundo global, con alta movilidad, las ciudades compiten cada vez más como destino del talento, y complementan las condiciones que ofrecen los países. Si bien en porcentaje del PBI nacional las industrias creativas no son aun significativas, su impacto en la creación de empleo altamente calificado, consolidación de economías de escala y potenciales ganancias de competitividad para la economía las convierten en un vector fundamental para la estrategia de desarrollo de los países.

El cambio estructural del mercado de trabajo es un fenómeno global, pero el partido se juega mayormente en las ciudades. La capacidad de cre ar ecosistemas virtuosos entre el talento innovador y la acción de las ciudades es la llave para gestionar la transición entre los empleos de antaño, que van desapareciendo, y del futuro, que aun no llegan. Hacer de Buenos Aires una ciudad más atractiva para estudiar, trabajar y vivir es trabajar en el futuro de la Ciudad y del país.

*Nota escrita por Fernando Straface, Secretario General y Relaciones Internaciones del Gobierno de la Ciudad y publicada por El Cronista 08/02/2017