Miércoles 21 de Marzo de 2018

Foodtruck inclusivo: cómo trabajar les cambió la vida a 12 jóvenes con Síndrome de Down

Tienen entre 20 y 25 años y lograron insertarse en el mercado laboral gracias a "Morfables 21", el proyecto gastronómico creado por una mamá preocupada por dejarle un futuro a su hija. En la fecha mundial establecida para mejorar su inclusión, cuentan cómo se sienten a un año de tener un empleo.

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Hace más de un año atrás Fiamma, Agustina, Juan Pablo y Alan no tenían trabajo. Hoy son parte de un grupo de jóvenes con síndrome de Down, de entre 20 y 25 años, que llevan adelante "Morfables 21", un foodtruck que ofrece pizza en conos, tacos y pinches, entre otras delicias que se pueden comer con la mano.

Aprendieron a cocinar en la casa de Adriana Corigliano, vecina de Flores y mamá de Fiamma que, preocupada por la inserción laboral de su hija, generó ese proyecto que le terminó dando trabajo a otros 11 chicos más.


La historia empezó en una de las reuniones de vecinos que acostumbra a realizar semanalmente el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en cada barrio. Adriana se acercó y le contó su idea al vicejefe porteño, Diego Santilli, quien la contactó con la Dirección General de Desarrollo Gastronómico para habilitar el foodtruck y darle curso a la iniciativa.

Buscaba trabajo para su hija con discapacidad y armó un emprendimiento de comida que empleó a otros 11 chicos.
A un año de la fecha de lanzamiento de este proyecto gastronómico y, en el Día Internacional del Síndrome de Down, su creadora se sorprende con el crecimiento de los chicos y de "Morfables 21", que ya participó de Buenos Aires Market 2017 y del Festival Apetito, entre otras ferias, y actualmente funciona también como catering en eventos privados.

"El cambio que hicieron los chicos fue tremendo. En este año que pasó logré sacarme el gorro y el delantal y dejarles el proyecto a ellos, que ahora son realmente los protagonistas. Hacen todo. Tienen un desenvolvimiento excelente", contó Adriana.


"A mi me encanta pagar los sueldos y vender", dijo Alan, quien sueña con tener su plata para pagar cualquier cosa que necesite. Y a Agustina le encanta cocinar. Además de lo que aprendió con Adriana, había hecho un curso de pastelería pero no tenía dónde aplicarlo. Para ella, este trabajo es la posibilidad de alcanzar herramientas de uso cotidiano como cambiar su celular y también, es la oportunidad de ahorrar para su futuro.

Hoy, este grupo de jóvenes por con síndrome de Down maneja todo el proyecto con el que cumplen sus sueños.
El caso de Juan Pablo es similar al de Agustina. Estudió gastronomía, se especializa en panadería y estaba sin ejercer. “Gracias a Adriana, que es una buena persona, estoy acá. Me siento muy feliz y puedo preparar todos los panes para las comidas que vendemos”, expresó.


En un contexto en donde la mayoría de la población con discapacidad no consigue insertarse en el mercado laboral, “Morfables 21” da respuesta a una de las mayores preocupaciones que manifiestan sus padres: cómo lograr la autonomía de sus hijos y cómo brindarles un futuro de posibilidades para cuando ellos ya no puedan acompañarlos.