El Cuerpo de Voluntarios Ambientales de la Agencia de Protección Ambiental (APrA), integrado por vecinos de la ciudad de Buenos Aires comprometidos con el cuidado del ambiente, abre su convocatoria durante marzo y junio. Entre las actividades que propone, se destacan la colaboración en talleres, capacitación, relevamientos de biodiversidad, encuestas a vecinos, asistencias en auditorías de Producción más Limpia y mediciones de caudal de agua en el Riachuelo.
Además, los voluntarios trabajan en atención al público y difusión en los Puntos Verdes, colaboración en el desarrollo de eventos, limpieza y acondicionamiento de senderos educativos y tareas vinculadas a los programas de manejo de residuos sólidos urbanos.
Aunque las actividades son muchas, el objetivo es uno sólo: involucrarse de forma activa con la protección ambiental de la Ciudad, en un programa cuya duración puede ser de 6 meses o extenderse durante un año, dependiendo del área de interés del voluntario.
Según María Fernanda Ruano, Gerente Operativa de Educación Ambiental, “la importancia de esta propuesta radica en generar un espacio de participación para quienes tengan interés en poner su granito de arena”. A su vez, “los voluntarios participan de capacitaciones durante el año, con lo cual también adquieren nuevos conocimientos”.
Una protagonista de esta experiencia es Magdalena Pagella, licenciada en ciencias ambientales, que al igual que otros ex voluntarios, terminó por trabajar dentro de APrA. “La primera actividad a la cual me sumé fue una plantación de árboles en la Villa 20. Fue una experiencia muy linda en la cual plantamos árboles en las veredas junto a los vecinos del barrio, mientras les comentamos sus beneficios y los aconsejábamos sobre cómo cuidarlos”, relata.
Ese mismo día, Magdalena se sumó a una visita al Lago Lugano en el Parque Roca y participó en el avistaje y relevamiento de aves junto a la organización Aves Argentinas y la planificación de una visita crepuscular, recorridas y reconocimiento de flora y fauna. “A nivel profesional y personal mi experiencia fue muy enriquecedora. El voluntariado fue una buena manera de aprender trabajando y me abrió puertas para seguir creciendo y desarrollándome como profesional”, agrega.
Voluntarios participan en actividades de Educación Ambiental.
Muriel Costello tiene 29 años, es analista ambiental y está pronta a finalizar su tesis, que le habilitará su título de licenciada en ciencias del ambiente. Como a Magdalena, su desempeño en el voluntariado le aseguró un puesto en APrA, dentro del área de Educación Ambiental. “Mi experiencia como voluntaria fue positiva en todos los aspectos”, dice y argumenta: “El voluntariado ofrece un abanico de actividades amplias y diversas para que elijas en cuál participar, dependiendo de tus gustos o de lo que querés aprender“, dice. Para Muriel, la experiencia fue transformadora: “Con el voluntariado afiancé mis anhelos, lo que me inspira y hago con placer: educar a una ciudadanía ambientalmente responsable”.
“Lo primero que me sorprendió del programa de Voluntariado, fue la apertura de la Agencia hacia la comunidad, el compromiso en cuanto a las capacitaciones que se ofrecían abiertamente, y el interés real que hay por el mejoramiento continuo del medio ambiente de la Ciudad de Buenos Aires”, afirma Mariana Keoroglanian, otra de las ex voluntarias del programa que actualmente trabaja en el área de Producción más Limpia de la Agencia.
La propuesta de todo programa de Voluntariado es comprometerse de forma activa con una causa desinteresada, con el beneficio implícito de adquirir experiencia y consolidar conocimientos. En el caso de APrA, el programa contempla la realización de actividades gratificantes donde cada persona aporta sus conocimientos y aprende a comprender los problemas ambientales de la Ciudad, a la vez que aporta su cuota y se transforma en parte de la solución.
Juan Carlos Villalonga, presidente de APrA, destacó la importancia del programa: "Es muy necesario que los jóvenes se involucren en las labores que lleva adelante esta Agencia. No sólo para ofrecer su tiempo y trabajo en favor de sus vecinos, sino para que puedan vivir en carne propia la experiencia de proteger lo que es de todos. El voluntariado forma parte de un proceso imperativo, si lo que se busca es generar un cambio cultural como el que necesitamos". Además, destacó que "los voluntarios se llevan una experiencia enriquecedora que contribuye a las búsquedas laborales en el rubro, y varios de ellos que han mostrado un potencial destacable, trabajan hoy en la Agencia".
Las convocatorias están destinadas a todos los mayores de 18 años que tengan ganas de involucrarse en el cuidado ambiental de la Ciudad. Para anotarse, deben escribir a voluntariadoambiental@buenosaires.gob.ar.
