Viernes 17 de Julio de 2020

A 26 años del atentado a la AMIA: recuerdos de una sobreviviente y un rescatista

Desde la Red de Jóvenes de Colectividades desarrollamos un encuentro, para hacer memoria y transmitir lo vivido en 1994 a las nuevas generaciones, junto al Congreso Judío Latinoamericano y AMIA joven.⁣

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“Me quisieron matar, pero yo no me iba a dejar matar”, reflexiona Anita Weinstein, que el 18 de julio de 1994 se encontraba trabajando en la sede de la mutual judía AMIA. Y de aquella mañana, luego de la explosión, recuerda: "Pudimos salir al aire libre a una terraza, y entre toda la gente había una joven de unos 20 años con un bebé en brazos. Veíamos que el edificio se caía mientras esta madre daba vida”.

Weinstein, víctima sobreviviente del atentado, relata lo que vivió, para rememorarlo cada año: “Yo sentía que mi cuerpo estaba vivo, pero mi mente tardaba en darse cuenta de lo que estaba pasando. Caminé por Tucumán hasta la esquina tratando de ayudar a alguien, estuve muchas horas ahí parada”. Uno de los momentos duros para ella, fue estar cara a cara con familiares de empleados de AMIA, que llegaban a otra sede de la institución preguntando por sus parientes.

A 26 años del ataque terrorista, la Subsecretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del Gobierno de la Ciudad, junto al Congreso Judío Latinoamerican y AMIA Joven, organizaron un encuentro dirigido a quienes integran la Red de Jóvenes de Colectividades para hacer memoria.

"En vísperas de un nuevo aniversario del atentado a la AMIA, estos encuentros son fundamentales. Cuando trabajamos en la diversidad, construimos convivencia". (Claudio Epelman, director ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano)


Javier Pelo Basevich no estaba en la calle Pasteur al momento del atentado, pero cuando se enteró fue corriendo hacia allá: “Yo era un pibe correntino de 20 años, que había venido a estudiar a Buenos Aires. Me acuerdo que cuando estaba desarmando mi bolso recién llegado de allá un lunes, el edificio donde vivía en Villa Crespo se movió. Yo hice algo raro para la época, prendí la tele por instinto y vi la noticia, había explotado la AMIA. Agarré mi buzo, me lo puse y me tomé un taxi”.



Javier ya no es ese joven de 20 años. Hoy es licenciado en publicidad y trabaja con AMIA en temas de comunicación, pero hace muy poco empezó a contar que ese día fue a ayudar en las tareas de rescate: “Una vez me invitaron a presentar un proyecto, ahí me di cuenta que por primera vez les iba a hablar a chicos que ni habían nacido cuando fue el atentado. Es difícil transmitirles a quienes no lo vivieron, que esto pasó, que no fue una película de Netflix. Es importante dimensionarlo”. Basevich apunta toda su experiencia, para que la comunidad en general entienda la magnitud de lo que sucedió esa mañana en la calle Pasteur.



En la actividad participaron integrantes que forman parte de la Red de Jóvenes de Colectividades, un proyecto que, junto a la Dirección de Colectividades del Gobierno de la Ciudad, busca generar un espacio de expresión e integración de las distintas colectividades de la Ciudad.

“Este encuentro trata de seguir trabajando el ejercicio de la memoria. A veces, las personas por resiliencia o para sobrevivir podemos olvidar el dolor que nos atraviesa, pero es importante poder transmitir lo que vivimos a las nuevas generaciones. Hacer memoria es la forma que tenemos para evitar que el horror se repita y seguir reclamando justicia”, destacó Pamela Malewicz, Subsecretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Ciudad de Buenos Aires y moderadora del encuentro.