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Conocé las transformaciones políticas y económicas de la Argentina a fines del siglo XIX

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La Argentina del final del siglo XIX. Transformaciones políticas y económicas

Julio Argentino Roca asumió la presidencia de la Nación en octubre de 1880 e inauguró un nuevo periodo de la historia argentina. Luego de haber solucionado la “cuestión capital” y poner bajo el poder federal a la ciudad de Buenos Aires, su objetivo era lograr una “paz duradera, orden estable y libertad permanente”. Esto fue, básicamente, imponer el poder del estado nacional sobre las provincias y terminar con las luchas y levantamientos internos de las décadas anteriores. El orden político era condición necesaria para el progreso económico. Para esto inició un proceso de fortalecimiento del poder federal y de centralización militar, territorial y administrativa. De la misma manera, continuó con la promoción de la educación laica –que llevó al gobierno a un breve conflicto con la Iglesia Católica– y con la modernización de la capital mediante una serie de obras públicas que buscaban mejorar la higiene urbana y dar un aspecto monumental a la ciudad.

Una de las principales herramientas utilizadas para lograr sus objetivos fue el Partido Autonomista Nacional (PAN) que se convirtió en el instrumento para negociar alianzas entre las elites provinciales, desarticular a la oposición y reducir las agitaciones y competencias electorales. De la misma manera, Roca intentó utilizar al Partido para mantener su influencia luego del fin de su mandato en 1886. Sin embargo, Miguel Juárez Celman –su sucesor y cuñado– buscó desplazar a los aliados roquistas, convertirse en el “jefe único” del PAN y concentrar aún más el poder en la figura presidencial. Durante los años de su gobierno –conocido como el “Unicato”– se profundizó el fraude electoral y la corrupción, así como la descentralización administrativa, el aumento de la deuda externa y la desregulación financiera. Este nuevo rumbo, sumado a la crisis económica que se desató en 1890, condujo a la caída del gobierno ese mismo año.

En paralelo, Argentina estaba atravesando una transformación y modernización productiva sin precedentes. El país se terminó de afianzar en estos años como exportador de productos agropecuarios para el mercado internacional. Para esto, con inversiones de capitales ingleses y subsidios otorgados por el gobierno nacional, se había desarrollado de manera exponencial la red ferroviaria en el territorio nacional. A su vez, dada la demanda externa de carne vacuna, se procuró mejorar la calidad del ganado con el cruce de ejemplares y se expandió la tecnología del frigorífico en la región.