El viaje

La ayuda que la tecnología podría darnos en un tiempo no muy lejano. Como trasladarnos cuando estamos impedidos de hacerlo por motivos diversos, por ejemplo una cuarentena.

Por @susani - Nuñez.

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Le llevó mucho tiempo programar su tan ansiado y siempre postergado viaje a Grecia.

Durante los fines de semana pasó horas frente a la computadora buscando información de los lugares que quería conocer, cuál era el recorrido apropiado, dónde se alojaría, cuáles eran las comidas típicas.

Planeó todo meticulosamente. En una libreta roja fue anotando los lugares, museos, puntos de interés que iba a visitar día por día, hora por hora. No se lo contó a nadie, ése era su proyecto y temía críticas envidiosas.

El mayor tiempo se lo dedicaría a Atenas y las islas de Mykonos y Delfos. Prestó atención al clima, decidiéndose por el mes de abril, la primavera era la época más recomendada. Comenzó a escuchar música griega como una forma de familiarizarse con el idioma y hasta buscó en Internet la inolvidable escena de la película Zorba el Griego donde Antonny Quinn y Alan Bates bailan juntos en la playa. Soñó con Aristóteles Onassis, María Calas y Mikis Theodorakis.

Todo le parecía mágico, la realización de aquello ansiado durante tanto tiempo estaba a punto de producirse. Planeó cada una de las prendas que llevaría, ropa para el día y ropa más elegante para las noches en el barco. El calzado debía ser cómodo y a la vez distinguido. Los accesorios también eran importantes, lindos pañuelos de seda para el cuello, bolsos de colores, y por su puesto su neceser con los elementos de maquillaje además de un buen protector solar. Dudó si agregar el secador de pelo, terminó desistiendo, seguro que en los hoteles se lo proveerían.

Cuando llegó el día del viaje, se levantó temprano, se dio un baño, desayunó, se vistió con jeans recién lavados y una camisa blanca impecable, se arregló el pelo y pintó sus labios color durazno. Se sentó cómodamente en el sofá preferido, apoyó sus pies en el puf de cuero, respiró profundo y cuando sintió que estaba lista, tomó el casco de realidad virtual en sus manos, lo ajustó sobre su cabeza y apretó la tecla ON.