Según las crónicas de la Conquista de América, la calabaza, fruto de la planta lagenaria siceraria, fue el primer recipiente en el que se tomó mate.
Los pueblos guaraníes la llamaban "caiguá" y en ella bebían la infusión obtenida de la yerba (Ilex paraguariensis) usando los dientes como filtro.
Creían que la yerba, a la que llamaban “caa”, era un regalo del dios Tupá que les permitía obtener las energías necesarias para sobrellevar los largos viajes por la selva.
Los españoles adoptaron esta costumbre incorporando una bombilla vegetal y dada la gran demanda comercializaron la yerba.
Los jesuitas aprendieron a cultivar la yerba mate que dentro de las misiones servía como moneda de cambio con la que se compraban materias primas o manufacturas.
Cuando en el siglo XVIII la costumbre de tomar mate es adoptada en el Alto Perú y Perú, la calabaza es llamada con el término quechua “mati” que quiere decir recipiente del que deriva “mate” que es el que se impone en el Río de la Plata.
Pese a la gran variedad de recipientes con que se toma mate, el uso de la calabaza aun sigue vigente y son muchos los usuarios que no la cambian por ningún otro.
Vení a visitar la muestra El mate y el facón. De la poesía gauchesca a la colección criolla. De martes a viernes de 13 a 19 h; sábados, domingos y feriados de 10 a 20 h.
Todos lo jueves a las 15 h visitas guiadas a cargo de Juliana M. Lozada y Laura Hernández, las curadoras de la muestra.
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