Anónimo.
Felipe V, Rey de España
Óleo s/tela
Cusco, principios del siglo XVIII
Colección #PatrimonioMIFB
Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco - Sede #PalacioNoel
Es una de las pinturas de mayores dimensiones dentro del patrimonio y los detalles de su historia e iconografía son tan interesantes que se ha realizado una serie digital en cuatro capítulos para contártelos en nuestras redes sociales.
Para tal labor, se ha montado especialmente un taller de restauración en el sector del Coro de la Capilla del Palacio Noel, para que pueda ser visitada por el público en el horario de apertura del Museo y poder ver los avances de los trabajos junto a un video en donde te contamos los aspectos fundamentales de esta obra y su proceso de restauración e intervención a cargo del equipo de Conservación y Restauración de la institución.
Las tareas de restauración y puesta en valor, realizadas con el apoyo de la Asociación de Amigos del Museo Fernández Blanco, se enmarcan en un momento muy especial para nuestro museo: el comienzo de los festejos de los 100 años de su existencia el próximo 25 de mayo de 2022.
A fines de 1921 Isaac Fernández Blanco donó a la ciudad su casa en el barrio de Monserrat y su colección completa de arte colonial y artes aplicadas internacionales de los siglos XIX y XX, y unos meses más tarde, el 25 de mayo de 1922, se inauguró formalmente nuestro museo. Durante el tiempo que dure esta tarea, será acompañado por un Ciclo programado de Conferencias y Conciertos en torno a la figura de Felipe V y su época a cargo de especialistas en la materia. La restauración culminará hacia fines del próximo año con la puesta de la ópera “La Púrpura de la Rosa”; obra compuesta en honor a este monarca y representada en la Corte de Lima en 1702 (primera obra de ese género en América).
El monarca español que más veces se vio representado como jinete fue Felipe V, el iniciador de la dinastía borbónica en el siglo XVIII. La elección de esta tipología de retrato para su representación no fue ni inocente ni aleatoria, sino que respondió a una elaborada estrategia de legitimización. Una vez iniciada la Guerra de Sucesión (1701-1713) y, a la hora de dar a conocer a Felipe a sus nuevos súbditos en todo el globo terráqueo, la imagen de un joven atlético, amante de la equitación y de la guerra, resultó particularmente vigorizante, en contraposición a su enfermizo antecesor el rey Carlos II. Así, desde mucho antes de alcanzar el triunfo definitivo por sobre el otro aspirante al trono - el Archiduque Carlos de Hasburgo – Felipe se mostró en grabados, estatuas, medallas y lienzos, montado a caballo, bajo las tutelas alegóricas de la Fama y la Victoria y guiando a los ejércitos en las principales batallas de la historia de España. En alguna ocasión, como en el grabado que ilustra el Real Almanaque de 1702, se lo vio flanqueado por los blasones de varios títulos, reinos y posesiones en tres continentes, feliz amalgama de la unión de las casas de Anjou, Hasburgo y Saboya. A partir de estos modelos grabados de circulación mundial, no resulta extraña la existencia de retratos ecuestres de este monarca en Sudamérica. El uso de estampas como referencias visuales para las pinturas fue un accionar habitual entre los pintores europeos y americano.
Dirección:
Suipacha 1422
Horario:
Lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 19 h.
Sábados, domingos y feriados de 11 a 20 h.
Martes cerrado.
Entrada:
Público General: $100
Extranjeros no residentes: $500
Miércoles gratis
Jubilados, estudiantes universitarios presentando acreditación, personas con discapacidad más un acompañante, menores de 12 años y grupos de estudiantes de colegios públicos, sin cargo.
