Sala III

Nuevos desafíos, nuevos horizontes

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En un último esfuerzo de Francia por recuperar el liderazgo de la fabricación de muñecas, los maestros jugueteros decidieron reunirse y conformar la Société Française de Fabrication de Bebés et Jouets (S.F.B.J.). A través de ella continuaron reproduciendo los moldes exitosos, incorporaron las modas alemanas, y generaron nuevos modelos como la Bluette, que vio la luz en 1905, junto con la publicación para niñas La Semaine de Suzette. El truco publicitario de regalar la muñeca junto con la suscripción anual de la revista dio su efecto y el furor de la Bluette, acompañada por un amplio y variado vestuario, muebles y accesorios propios, incluso moldes de confección, perduró hasta 1960.

Société Française de Fabrication de Bébés & Jouets, (S.F.B.J.), Bleuette. París, Francia, hacia 1933-1939. La muñeca perteneció a Clotilde Dubost de Martínez. Foto: Mariana Cullen y Diego Emanuel González (MIFB).

Inspirada en el éxito del binomio Bluette – La Semaine de Suzette, en 1932, la argentina Alicia Larguía encargó a la firma Kämmer & Reinhardt de Alemania, la producción de una muñeca a la que llamó Marilú y que fue promocionada a través de la revista infantil Billiken. La muñeca se vendía en la editorial Atlántida pero, apenas un año después del lanzamiento, el éxito permitió a su diseñadora publicar su propia revista y abrir la Casa Marilú en Florida 774. La asociación con Laura Souto generó no sólo un nuevo espacio de producción y venta de la muñeca, su nutrido vestuario y accesorios, sino también una exitosa casa de moda para niñas y señoritas, cuyos diseños replicaban los de la propia muñeca. En 1936 la muñeca pasó a ser fabricada por la firma König & Wernicke y el impacto de la Segunda Guerra determinó que, a partir de 1940, se produjera por completo en Argentina. La Casa Marilú como casa de modas mantuvo sus puertas abiertas hasta la década de 1980 bajo su nueva denominación: Marilú Bragance.

König & Wernicke para Alicia Larguía, Muñeca Marilú. Alemania, 1936-1940. Foto: Mariana Cullen y Diego Emanuel González (MIFB).

La ilustradora americana Grace Wiederseim Drayton creó a principios del siglo XX, los Campell’s Kids, una serie de personajes para publicitar las famosas sopas de Filadelfia. Inspirado en ellos, el fabricante alemán de muñecas Armand Marseille creó una tipología original conocida como Googly o Googlies Dolls, alejándose del modelo naturalista y más inspirado en la caricatura, exagerándose los rasgos, como sus característicos grandes ojos pícaros. Pronto, otros competidores alemanes se sumaron a esta tipología, entre los más conocidos: Kämmer & Reinhardt, Heubach y Kestner.

Armand Marseille. Par de muñecas Goggly eyes. Trajes de alsacianos, niña y varón, y accesorios originales. Alemania, hacia 1920-1925. Foto: Mariana Cullen y Diego Emanuel González (MIFB).

Elena König de Scavini nació en Turín en 1886. Su azarosa vida la llevó a trabajar en Alemania para una casa comercial de encajes y a estudiar fotografía en Dusseldorf, utilizando el apodo de “Lenci” para firmar sus fotos. Allí conoció a Enrico Scavini, con quien contrajo matrimonio. Declarada la guerra en 1914, regresó a Turín. Como una manera de sobrellevar la pérdida de su pequeña hija, en 1918, Elena comienza a producir muñecas en paño, en la búsqueda de encontrar un material menos frágil que la porcelana. Se contactó con una tradicional compañía de sombreros, Borsolino, y adaptó la técnica de prensar y moldear el fieltro de lana para hacer las cabezas pintadas de sus muñecos, con la característica mirada de derecha a izquierda, dos de los dedos de la mano unidos, y vestidos con trajes de fieltro y organdí. La era de gloria de los muñecos Lenci, que llegaron a difundirse por todo el mundo, corresponde a los años de 1920 a 1940.

Elena König de Scavini - conjunto de muñecas Lenci. Trajes y vestidos originales. Italia, 1920 – 1940. Foto: Mariana Cullen y Diego Emanuel González (MIFB).

El advenimiento del cinematógrafo amplió los patrones de representación a nuevos horizontes geográficos y culturales. La fantasía generada por la pantalla promovió un elenco de ídolos y sus consecuentes seguidores en todo el mundo. Entre muchos niños prodigio hubo una en particular cuya fama superó a todos, debido al talento, belleza y versatilidad: la niña americana Shirley Temple. Su debut cinematográfico fue en 1934 en la película Stand up and cheers y, de manera inmediata, su fama se disparó tanto como para que la Ideal Novelty and Toy Company creara, ese mismo año, una muñeca de pasta, a imagen y semejanza de la pequeña actriz, en nueve tamaños diferentes, desde 28 a 69 cm. Nuevos éxitos permitieron reproducir los modelos que Shirley usaba en la pantalla y aún idear un bebé con las características físicas de la estrella. Su producción finalizó en 1939, cuando la transición de la niña a adolescente hizo que su singularidad declinara.

Ideal Novelty & Toy Co. Conjunto de muñecas Shirley Temple. Vestidos originales. Estados Unidos, 1934 - 1939. Foto: Mariana Cullen y Diego Emanuel González (MIFB).

Los duros golpes de las dos guerras mundiales debilitaron el mercado europeo de la fabricación de muñecas. Otros gustos, otros patrones de diseño, otros centros de producción como Estados Unidos y Japón encabezarían la producción juguetera de posguerra. La edad de oro de las grandes firmas europeas, la edad del descubrimiento y la innovación, la delicada exquisitez de los detalles de calidad, quedarían atrás como un hermoso recuerdo del cual estas muñecas son un testimonio invalorable.