Internet, como toda herramienta de uso masivo, es utilizada de muchas formas y no todas son inocentes. A raíz de esto, vale la pena que todos los internautas estemos atentos a que la información con la que uno se cruza muchas veces puede no ser verdadera. Cuando la comunicación por carta era la más usual, ya existían los mensajes que invitaban a hacer copias y a reenviar a una determinada cantidad de direcciones por distintos motivos.
Hoy en día, la masividad lograda a través de Internet permite divulgar contenidos falsos o fraudulentos con una velocidad impensada. Es muy frecuente el envío de cadenas que transmiten noticias falsas (en inglés conocidas como “hoax” y en español como “bulos”) que pueden ser muy destructivas.
El objetivo de las cadenas varía. Los que tienen intención delictiva por lo generan buscan captar indirectamente direcciones (para enviar correos masivos, virus o mensajes con suplantación de identidad) o intentan engañar a los destinatarios para que compartan información privada (como contraseñas, cuentas bancarias o números de tarjeta de crédito) con usuarios malintencionados. Otros usos incluyen manipular la opinión pública o molestar a terceros. En la mayoría de los casos parecen provenir de fuentes serias y confiables y su contenido siempre es llamativo.
Como ejemplos de informaciones falsas que circulan por Internet, podemos reseñar:
Es importante saber que, en la mayoría de los casos, suele haber información en Internet que desmiente estos mensajes incorrectos y señalan de forma concreta en dónde está el error. El último caso, por ejemplo, lo explica la Fundación Huésped.
¿Cómo reconocerlas?
- La mayoría de las informaciones no citan fuentes y son anónimas para evitar repercusiones legales.
- Tienden a ser atemporales, pudiendo ser transmitidos en cualquier momento e incluso años después de su creación.
- Siempre tienen una forma atrayente que intenta captar la atención y convencer al destinatario de reenviarlo. El éxito reside en cuánto se reenvía el contenido.
- Tienden a estar escritos sin regionalismos, en un lenguaje estándar que permita que atraviese las fronteras.
- Casi siempre contienen una petición de reenvío, ya sea para advertir, alertar o “concientizar” a más personas, o para evitar tragedias o mala suerte. El objetivo es captar direcciones para crear bases de datos que después utilizan compañías o para transmitir información que perjudique a alguna persona o entidad.
¿Qué podemos hacer como usuarios?
En primer lugar, abrir bien los ojos cada vez que alguien pide que se reenvíe un mensaje. Si se sospecha que pudiera ser información falsa puede usarse un buscador para comprobarlo:
- En +Simple tenemos un Buscador (en la barra inferior). Al entrar, se debe apretar en la barra blanca y escribir cosas como “apagar los celulares hoax” (partiendo del primer ejemplo) o “bananas contaminadas con VIH falso” (tercer ejemplo). Si se trata de información falsa, debería aparecer en los primeros resultados.
- En nuestra computadora podemos usar cualquier navegador de Internet para ingresar, por ejemplo, al buscador de Google (insertar hipervínculo https://www.google.com.ar), apretar en la barra blanca y seguir los mismos pasos.
Habiéndonos asegurado de que nos enviaron una cadena falsa, es conveniente borrar el mensaje y avisar educadamente a la persona que nos lo envió para que no lo siga difundiendo. Si fueran informaciones dudosas se puede consultar con el BA-CSIRT con el fin de conocer el origen y el alcance de la información difundida. Si fueran informaciones especialmente graves (como secuestros, multas o acusaciones) puede recurrirse a una entidad policial a la unidad especializada en Delitos Informáticos.
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