Entrevista

Entrevista a los referentes de Control Interno y Auditoría.

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Entrevista al Mg Sebastián Gil, Gerente de Desarrollo de Capacidades de la IDI para la región de OLACEFS.

Lic. en Relaciones Internacionales. Master en Relaciones Internacionales, Master en Finanzas y Máster en Evaluación de Políticas Públicas.

1. ¿Qué es la Organización Internacional de Entidades Fiscalizadoras Superiores (INTOSAI)? ¿Qué productos genera?

INTOSAI es la Organización Internacional de Entidades Fiscalizadoras Superiores (EFS), que son las máximas entidades de control de cada país, como es el caso de – en la Argentina - la Auditoría General de la Nación. La INTOSAI nuclea a más de ciento noventa EFS.

Es un órgano de consulta del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) y que actualmente es presidida por la EFS de la Federación Rusa.1 Su objetivo consiste en promover el intercambio de ideas, experiencias y conocimientos entre las EFS de países alrededor del mundo, organizaciones internacionales y otras partes interesadas en el sector de la auditoria gubernamental.

Para llevar adelante este objetivo, se organiza a partir de cuatro grandes metas, vinculadas con Normas profesionales, el Desarrollo de Capacidades, Compartir Conocimientos y Servicios de Conocimiento y Maximizar el valor de la INTOSAI como una organización internacional. Estas metas se instrumentan a partir de comités homónimos (que a su vez contienen sub-comités y grupos de trabajo). Adicionalmente cuenta con el FIPP (Foro para Pronunciamientos Profesionales de la INTOSAI) a partir del cual se armoniza y organiza la producción de ISSAIs.2

Fundamentalmente a partir del Congreso de INTOSAI 2019 - en el que la Presidencia fue asumida por Rusia3 - la INTOSAI se enfoca en tres áreas principales: independencia de las EFS, estándares internacionales y ODSs (mediante acuerdo con Naciones Unidas)

Naturalmente, arribar a la efectiva interacción con las EFS de todo el mundo requiere apoyarse en organizaciones regionales (ver debajo). Estas se han definido en función de criterios geográficos primero, y en algunos casos de idioma (ver debajo).4

En el caso particular de América Latina, la OLACEFS nuclea a veintidós EFS (no anglo- parlantes) de América del Sur, América Central y el Caribe en calidad de miembros plenos(entre ellos AGN). También posee 28 miembros asociados que entre los que se encuentran tanto EFS de países fuera de la región de OLACEFS (caso Tribunal de Cuentas de Portugal, de España y de Italia), como EFS Subnacionales (caso Tribunal de Cuentas de la Provincia de Santa Fe y el Honorable Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires), EFS Municipales, Asociaciones de EFS Subnacionales e Institutos de Investigación relacionadas con EFS.

Entre sus órganos figuran la Presidencia (EFS Perú), la Secretaría General (EFS de Chile), diversos comités (el más relevante el de Creación de Capacidades; EFS de Brasil), comisiones y grupos de trabajo. Actualmente la AGN preside la Comisión de Prácticas de Buena Gobernanza (CTPBG) y la Comisión de Tecnologías de Información y Comunicaciones (CTIC) www.olacefs.com

2. ¿Qué es y qué funciones tiene la Iniciativa de Desarrollo (IDI)?

La IDI es la Iniciativa de Desarrollo de INTOSAI, institución creada en el año 1986. Tiene por objetivo apoyar a las EFS - a partir de sus necesidades - en sus esfuerzos por implementar auditorías de calidad, promover la buena gobernanza y contribuir a que puedan cumplir con sus mandatos. Si bien es un órgano de INTOSAI, posee autonomía legal, independencia económica y organizativa. Hasta el año 2000 la IDI funcionó en la Oficina del Auditor General de Canadá y desde 2001 hasta la actualidad lo hace en Oficina del Auditor General de Noruega. Ello a partir de – entre otros requisitos – el apoyo del Parlamento del Reino de Noruega.

Desde su creación la IDI ha ampliado su competencia. De ser un organismo que proveía capacitación en auditoría, se ha transformado en un desarrollador de capacidades en auditoría, vinculada no sólo a los tipos de auditoría, sino a aspectos de gobernanza de las EFS, proveyendo apoyo bilateral para casos más extremos, agregando funciones de evaluación global e incorporando la Cooperación INTOSAI – Donantes. Para cumplir con este mandato, la IDI trabaja con todas las EFS de INTOSAI, pero en particular con las EFS de países en desarrollo (aproximadamente 145), y en todas las regiones de INTOSAI.

3.¿Qué líneas de trabajo llevan a cabo a través de la Iniciativa de Desarrollo (IDI)?

Para llevar adelante su tarea, y en el marco de su Plan Estratégico 2019 – 2023, la IDI trabaja a partir de las siguientes cuatro grandes líneas de acción:

Asimismo - como se ha esbozado previamente -, también posee líneas de trabajo vinculadas con el Apoyo Bilateral - con EFS que operan en situaciones de extrema complejidad - y con las Fundaciones Globales – responsables por la elaboración de los Informes de Revisión del Estado de las EFS que se emiten cada 3 años. Por último, también acoge la Cooperación INTOSAI – Donantes, un mecanismo destinado a poner en contacto a donantes de la comunidad internacional con EFS con necesidades concretas.

4. ¿Cuáles son las medidas que llevaron a cabo en relación con las Entidades Fiscalizadoras Superiores (EFs) profesionales?

La línea de trabajo EFS Profesionales recoge las actividades clásicas y fundacionales de la labor de la IDI, y por las que resulta históricamente conocida y que se vincula con los estándares de auditoría de INTOSAI. En términos más específicos implica apoyarse en los estándares relativos a los tres tipos fundamentales de auditoría (me refiero a las auditorías de Desempeño o Gestión, Financiera y de Cumplimiento), para promover su difusión y así contribuir a la profesionalización de la labor del auditor, generando auditorías “de calidad”. Alrededor del mundo, la certificación de la IDI en alguno de estos tres tipos de auditoría es la demanda histórica de muchas EFS.

La implementación de esta función central para muchas EFS se ha diversificado a lo largo de los últimos años, procurando incorporar el avance tecnológico a estos procesos y coordinar auditorías cooperativas de alcance global en las que se implementen estos estándares y que luego permitan ejercicios de aseguramiento de su calidad.

De este modo, mientras que la formación y certificación de cientos de auditores - en los tres tipos de auditoría mencionados - provista mediante el Programa 3i, se reformuló en la iniciativa PESA-P (con su piloto – en inglés – actualmente en ejecución)5 , también se coordinaron global y regionalmente diversas auditorías cooperativas en base a estos tipos de auditoría6 , promoviendo procesos de aseguramiento de la calidad para así cerrar el modelo de implementación (delivery model) de las iniciativas de la IDI que involucran auditorías7.

Aunque siempre fiel al objetivo de esta línea de trabajo, la situación de pandemia ha determinado la necesidad de innovar en términos de nuestro delivery model y plazos, proponiendo mecanismos de auditorías más ágiles, pero que permitieran mantener la calidad y la consistencia con los estándares.

5. ¿Cuáles considera que son los desafíos para un avance digital en las auditorías?

El avance digital de las auditorias tiene varios aspectos que considerar. Por un lado, se debe pensar en una mayor automatización de los procesos de auditoría, pero también acerca de la capacidad de trabajar con bases de datos, lo que supone desarrollo de capacidades y provisión de equipamiento para el auditor, así como acuerdos con los auditados sobre el acceso y uso de sus bases de datos.

Respecto de la automatización de los procesos de auditoría, no existe tal cosa como un sistema que se ajuste a todos los tipos de auditoría y exámenes especiales que realizan las EFS, por lo tanto se debe trabajar sobre sistemas customizados que se adapten al trabajo del auditor y no al revés. Deben ser al mismo tiempo sistemas que no impliquen una duplicación del trabajo y que sean seguros desde el manejo de la información y los papeles de trabajo. Esto es ya un gran reto para muchas EFS nacionales, y desde ya para muchas otras subnacionales. La experiencia de la AGN adaptando el sistema SICA desarrollado por la Contraloría General de la República de Chile, una EFS con un mandato más limitado que el de la AGN, puede graficar las complejidades y desafíos a la hora de instrumentar estos procesos.

Desde luego que sin datos que auditar o capacidades y sistemas para hacerlo, nos quedaríamos sólo con la automatización de procesos, que es de por sí positiva, pero que supone estar a mitad de camino de la mentada transformación digital, o auditoría digital. Como se ha dicho, aquí se debe trabajar tanto en el frente interno como en el frente externo para contar tanto con la capacidad como con el acuerdo para auditar mediante el acceso a las bases de datos de los auditados.

Respecto del desarrollo de capacidades, más allá de las técnicas y herramientas vinculadas con el análisis de datos propiamente dicho, se deben desarrollar capacidades relativas al acceso y manejo de bases de datos existen especialistas en la región que vienen trabajando mucho en este sentido, incluso en Argentina, y que con el apoyo de sus EFS pueden dar un tremendo impulso a este proceso8 . Es relevante que quienes ejerzan ese rol pertenezcan al universo de las EFS de modo que puedan proveer una capacitación que se ajuste a los diversos mandatos y aspectos contextuales de las EFS. Entre los casos regionales de gran desarrollo que podrían observase se encuentran el de la Contraloría General de Colombia – con el trabajo de su Dirección de Información, Análisis y Reacción Inmediata (DIARI) – el Tribunal de Cuentas de la Unión – con sus ya clásicos seminarios de análisis de datos, sus áreas de innovación y la producción de su renombrado instituto Serzedello Corrêa.9 También la Comisión de Tecnologías de Comunicación e Información de OLACEFS (CTIC, presidida por la Auditoría General de la Nación10) puede hacer un gran aporte en este sentido. Un documento de referencia regional es el cuestionario recientemente elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo acerca de las capacidades, necesidades e innovación de las EFS de la región en términos de tecnologías digitales.

Se entiende desde ya, que este proceso debe complementarse con acuerdos específicos con los auditados que permitan el acceso a las bases de datos así como protocolos relativos a aspectos de seguridad en su manejo. Para ello, el apoyo de la alta dirección de las EFS es fundamental.

6. ¿Cuál sería el compromiso de la INTOSAI con la agenda 2030?

El compromiso de la INTOSAI con la Agenda 2030 es absoluto. De hecho, en su Plan Estratégico 2017-2022 la INTOSAI incluyó a los ODS como Prioridad Transversal 2, solicitando a las EFS miembros que contribuyan al seguimiento y revisión de los ODS dentro del contexto de los esfuerzos de desarrollo sostenible específicos de cada nación y de los mandatos individuales de las EFS.

El compromiso con esta Prioridad Transversal se hizo aún más evidente a partir del INCOSAI (Congreso de INTOSAI) de 2019, en el que al asumir la EFS de la Federación Rusa la Presidencia de INTOSAI, se rubricó la Declaración de Moscú. Allí, además de ratificar el citado compromiso, se definió específicamente la necesidad de proporcionar supervisión externa independiente sobre el logro de los objetivos acordados a nivel nacional.

La efectiva implementación de esta iniciativa se ha implementado a partir de las actividades del Grupo de Trabajo sobre "ODS e Indicadores Nacionales Clave para Desarrollo Sostenible" (liderado por la EFS de la Federación Rusa)11 y por su coordinación con la IDI.

En la práctica, mientras que la INTOSAI y el referido grupo han provisto el compromiso al máximo nivel y sus lineamientos generales, es la IDI quien ha evaluado la capacidad de las EFS para auditar los ODS, reflexionado y concluido al respecto, intercambiado con muy relevantes stakeholders y finalmente desarrollado una metodología específica para auditar los ODS: el Modelo de Auditoría de ODS de la IDI (ISAM).

7. ¿Qué es el Modelo de Auditoría de ODS de la IDI (ISAM)?

Como se ha mencionado previamente, el ISAM es el Modelo de Auditoría de ODS de la IDI (ISAM). Su desarrollo tiene que ver con el compromiso a nivel de INTOSAI con la Agenda 2030 y la decisión de dotar a las EFS de herramientas para efectivamente implementar auditorías. Ahora bien, como ya se ha esbozado, no se trató de un proceso iniciado con el desarrollo del modelo, sino que éste fue la consecución de un proceso que incluyó:

  • La “Auditoría de Preparación para Auditar los ODS”. Allí participaron 73 EFS y una oficina de auditoría subnacional, de África, Asia, el Caribe, Europa, América Latina y el Pacífico. A partir del ODS 5, allí se formulaban tres preguntas rectoras:
    1) ¿En qué medida los gobiernos han adaptado la Agenda 2030 a su contexto nacional?
    2) Los gobiernos, ¿han identificado y asegurando los recursos y capacidades necesarios para la implementación de la Agenda 2030 (medios de implementación)?
    3) ¿Han establecido los gobiernos mecanismos para el monitoreo, seguimiento, revisión e informe del progreso hacia la implementación de la Agenda 2030?

  • La reflexión general acerca de los resultados de este proceso y las respuestas consolidadas a estas preguntas, volcadas en el documento ¿“Están las Naciones Preparadas para Implementar la Agenda 2030?”.

  • El intercambio con muy relevantes stakeholders, entre otros UNDESA (Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas) y la GAO (Government Accountability Office de los EE.UU.).

Más allá de señalar la robustez del proceso que llevó al ISAM, también debe señalarse que, como todas las actividades de auditoría de la IDI, se basa en los estándares desarrollados por la INTOSAI. En este caso, y por auditarse resultados, se consideran los estándares de una Auditorías de Desempeño (o de Gestión, como se le denomina en Argentina y en algunos otros países de la región)12.

Respecto de su alcance, el ISAM se define como una guía práctica acerca de cómo auditar la implementación de los ODS, que pretende servir de apoyo para que los auditores - fundamentalmente de EFS de países en vías de desarrollo -, puedan conducir auditorías de implementación de ODS de alta calidad.

Un elemento fundacional del ISAM es la definición de auditoría de ODS, entendida como la “Auditoría de la implementación de un conjunto de políticas que contribuyen a alcanzar las metas nacionales acordadas vinculadas con una o más metas de ODS”.

A partir de esta definición, pero también basándose en la factibilidad que brindan la experiencia previa a la formulación del ISAM13, este pretende concluir acerca de: * El progreso alcanzado hacia el logro de las metas nacionales acordadas, * La probabilidad de que la meta sea alcanzada con base en la tendencia presente, * La pertinencia de la meta nacional en relación con la(s) correspondiente(s) meta(s) de ODS. * La coherencia e integración de la implementación de las políticas.

En la medida de lo posible, sería deseable que también pueda concluir en términos de: * inclusión; * compromiso de múltiples partes interesadas.

De modo explícito, el ISAM también aclara que, de modo consistente con el análisis de coherencia pretendido, la auditoría de implementación de ODS debe planificarse y conducirse a partir de un enfoque integral e integrado del Gobierno. Esto implica que debieran auditarse todas aquellas instituciones que contribuyen de modo relevante al alcance de los resultados por parte de la política pública en cuestión.

Una particularidad del ISAM es que también incorpora un capítulo sobre la metodología para la selección de la meta a auditar. Ello en el entendimiento de que si las EFS van a auditar de modo sistemático las metas ODS (por lo menos aquellas que constituyen prioridades para sus países), necesariamente deberá definir un criterio para definir cuáles de estas metas auditarán y qué secuencia se seguirá; esto es, un portafolio de auditorías ODS.

8. ¿De qué forma podrían contribuir las entidades de fiscalización a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)?

En tanto organismos que velan por la rendición de cuentas de las actividades de sus gobiernos, las entidades fiscalizadoras son legítimos auditores de las actividades y políticas públicas que se deben implementar para cumplir con los ODS. Desde luego ello estará condicionado en función de los mandatos a nivel de los distintos niveles jurisdiccionales, pudiendo restringir el accionar a un enfoque de auditoría más clásico y propio de los Tribunales de Cuentas (fiscalización, auditorías de cumplimiento y financieras) o hacia un enfoque de auditoría en el que a las anteriores alternativas de control se agrega la auditoría de gestión, las auditorías integrales (caso Auditoría General de la Nación pero también varios organismos de control subnacionales, incluyendo la AGCBA), que incluso podrían abordar el control de políticas públicas.14

Más allá de esta consistencia con el mandato, las entidades de fiscalización pueden llegar a tener un rol muy relevante con relación a la implementación de los ODS. Que ello se materialice depende en gran medida de la voluntad de su alta dirección / liderazgo para diversificar su tarea. Desde luego que en función de los ODS en general, y en particular el ODS 16.6 (“Crear instituciones eficaces, responsables y transparentes a todos los niveles.”), es la expectativa que las entidades fiscalizadoras – siempre preservando su mandato – puedan contribuir de un modo decisivo y sistemático a la implementación de los ODS des sus gobiernos.15

Pero, ¿Qué implica diversificar su trabajo? Ya no se trata de saber si las entidades fiscalizadoras pueden o no realizar auditorías de desempeño, sino si avanzarán hacia la auditoría de la política pública, definirán un portafolio de auditorías de metas de ODS priorizadas por sus respectivos Gobiernos, asumirán o desarrollarán una metodología para ello (el ISAM abarca tanto los aspectos de definición del portafolio como la metodología para auditar ODS, pero otras pueden ser las herramientas desde luego ) o irán incluso más allá, refiriendo a la interconexión entre metas y/o a los niveles jurisdiccionales locales en los que se aterrizan las metas de ODS.

Desde una perspectiva más alejada, y a pesar de esta demanda a favor de la referida diversificación, debe quedar claro que el hecho de que los ODS ya estén en los planes anuales de fiscalización y/o auditoría de las entidades fiscalizadoras ya resulta positivo. Y si ello debe – en función de un mandato determinado – limitarse a efectuar auditorías de cumplimiento (como ser la verificación del cumplimiento de los acuerdos y regulaciones vigentes relacionados con las metas ODS) o auditorías financieras (una mirada financiera sobre el uso y la adecuado rendición y reflejo en los Estados Contables de los gastos del Gobierno asociados a los ODS), ya será una ganancia, que deberá ponderarse según la jurisdicción de que se trate y su relación específica con los ODS cuya acciones y gastos se fiscalicen o auditen.

No obstante, debe quedar claro que el ISAM es funcional para las EFS que deciden asumir el “rol diversificado”, ya que como se ha dicho, está basado en los estándares de la Auditoría de Desempeño y pensado para el requerido Enfoque Integrado de Gobierno, que implica auditar al conjunto de organismos que -de un modo relevante – hacen al logro de los resultados de la política pública detrás de los ODS.

Por último, un elemento independiente de la alteración de los mandatos de las entidades fiscalizadoras – algo que, va de suyo, resulta complejo y ambicioso – sería relevante poder trabajar en acuerdos entre EFS a nivel de distintas jurisdicciones (nacional, provincial y CABA y municipales) para poder avanzar hacia el concepto de la coherencia vertical, lo que en la práctica implica ver cómo se aterrizan o localizan las metas de ODS en jurisdicciones puntuales (por ej. Municipalidades) a partir de acuerdos suscritos a nivel nacional. Ello ya daría un marco muy relevante para avanzar en auditorías de ODS que realmente agreguen valor por abarcar todo el proceso desde el acuerdo a nivel de Naciones Unidas hasta su efectiva implementación. También jerarquizaría el aporte que entidades fiscalizadoras a nivel provincial y local – conocedoras de la normativa, prácticas, contexto y circunstancias – tienen para dar a favor de la implementación de los ODS en nuestro país.

9. ¿Qué desafíos dejó la implementación del ISAM?

Esta respuesta exige aclarar que el ISAM se encuentra en una versión piloto, y que se ajustará - fundamentalmente - en función de las tres iniciativas que la IDI está desarrollando en distintas regiones, sin dejar de considerar comentarios de otros usuarios y stakeholders desde ya.

Las iniciativas mediante las cuales el modelo está siendo testeado incluyen:

  • la Auditoría Cooperativa de Compras Públicas Sostenibles utilizando análisis de datos, (CASP; vinculada al ODS 12.7)16: participan catorce EFS de América Latina (región de OLACEFS); CASP se encuentra en su fase final, con dos informes de auditoría ya presentados17.
  • la Auditoria Cooperativa Sistemas Nacionales de Salud Fuertes y Resilientes (vinculada al ODS 3.d): participan treinta y nueve EFS de Asia (ASOSAI), Oceanía (PASAI), el mundo árabe (ARABOSAI), el Caribe (CAROSAI) y América Latina (región de OLACEFS); esta iniciativa se encuentra en fase de ejecución de las auditorías18.
  • la Auditoría de Eliminación de la Violencia de la Pareja Íntima contra la Mujer (EIPVW; vinculada al ODS 5.2); esta auditoría se implementa con la EFS de Uganda; actualmente se encuentra en fase de ejecución

Más allá de esta precisión, y que aún no existe ninguna iniciativa que se haya culminado utilizando el ISAM, en tanto coordinador de la primera del CASP, sí se pueden extraer algunas conclusiones preliminares:

  • Es frecuente – por lo menos a nivel de América Latina – que las prioridades nacionales en términos de los 17 ODS y sus 169 metas no estén necesariamente formuladas como metas nacionales y menos aún que tengan un correlato presupuestario o que la estructura de Gobierno responda a esos ODS y metas. Más bien, en muchos casos existe el compromiso en el alto nivel y en el nivel más táctico y operativo una determinada política pública que sin formalizarlo, se señala como vinculada a esa meta ODS. Esto supone un problema para el auditor que carece de un marco normativo suficientemente detallado que actúe como referencia – o criterio de auditoría – en el cual basar su trabajo.
  • Auditar los ODS – o metas de ODS - es por definición una tarea compleja, para la que no necesariamente las EFS están preparadas. Una primera enunciación de estas complejidades exige considerar la interconexión entre diversas metas, el hecho de que se trata de políticas públicas en las que por definición intervienen múltiples actores y que su implementación requiere coordinaciones a nivel horizontal y vertical
  • No necesariamente las materias abarcadas por los ODS forman parte de la experiencia de las entidades fiscalizadoras. Ello exige un primer esfuerzo de incorporar esa información, para lo cual es necesario generar equipos multidisciplinarios y eventualmente sumar expertos y stakeholders al proceso preliminar y de ejecución de la auditoría.
  • Como se ha dicho, la auditoría de ODS exige trabajar con un enfoque Integrado de Gobierno. Ello representa una lógica distinta a la que están acostumbradas muchas EFS - aún aquellas que realizan auditorías de desempeño - ya que los sujetos de auditoría serán varios y deberán definirse en función de su contribución al resultado de la política pública que sustenta el progreso hacia la meta nacional acordada en relación a cada meta ODS,
  • Similarmente, algunos aspectos sobre los que el ISAM espera concluir, son novedosos y desafiantes para las EFS, y exigen algún grado de innovación. Este es el caso de los conceptos de No dejar a Nadie Atrás (que incorpora la referencia a los actores vulnerables) y de involucramiento de las múltiples partes interesadas.

Se esperaría que para 2022 las restantes iniciativas cierren sus procesos, y se consoliden lecciones aprendidas y reflexiones del uso del ISAM en diversas regiones y con relación a diversos ODS. Ello permitiría contestar la pregunta aquí formulada en base a una evidencia más robusta.

10. ¿Cuáles serían las condiciones para implementar el Enfoque Integrado de Gobierno (WoG) en la administración pública?

Se ha dicho que implementar el Enfoque Integrado de Gobierno (WoG) es una condición necesaria de una auditoría de ODS, sin embargo – como bien supone la pregunta -, nuestras administraciones públicas no responden en muchos casos a esa lógica. Naturalmente - como se ha esbozado en la respuesta previa -, ello supone un desafío para los auditores, que deberán determinar cuáles son instituciones que inciden de modo relevante sobre la política pública asociada con la meta ODS a auditar.

La adaptación de las administraciones a un WoG que sea representativo de las prioridades nacionales en términos de ODS es altamente deseable. Sin embargo, ello exige utilizar una lógica de system thinking que refleje una clara comprensión de las prioridades nacionales enunciadas en términos de metas de ODS (considerando las dimensiones social, económica y ambiental) y cómo interactúan y se afectan entre sí; preguntándonos si son mutuamente excluyentes o complementarias, cuáles son los trade-offs a afrontar, cuáles son las posibles sinergias, qué factores las condicionan y cuáles definitivamente promueven su acelerada ejecución. Dentro de este marco, debe entenderse cuál sería - en la práctica - la coordinación requerida tanto a nivel horizontal (para ser gráfico, entre Ministerios) como a nivel vertical (entre Nación, Provincia y Municipios) para su progresiva implementación. Este enfoque necesariamente va en contra de la principal limitante a la hora de implementar ODS, como es “el trabajo en silos”; esto es, la práctica consolidada a lol largo de décadas de gestión pública que supone la absoluta concentración en las tareas de la unidad administrativa en la que nos desempeñamos sin prestar consideración a la interacción con otras unidades o terceros para maximizar el esfuerzo mutuo en favor de un objetivo común. Esta práctica es desde ya absolutamente dañina para la implementación de ODS, entre los que existen muy altos niveles de interacción e incidencia.

Esta compleja lectura debería luego virar hacia acuerdos políticos y la definición de Políticas de Estados a ser armonizadas regional y localmente. Aún cuando estos acuerdos son muy necesarios, existen articulaciones alternativas o preliminares que, aunque pueden formularse de un modo más fragmentado - sea a nivel de ODS, de sectores y/o de gobiernos -, son más factibles y no disruptivas del status quo institucional. Sí deberían luego integrarse siguiendo una lógica bottom-up (de abajo hacia arriba) con el conjunto de iniciativas similares. Naturalmente, aunque más factible, al no considerar interacciones con otras metas ODS desde el principio, supone un mayor riesgo de no considerar algunas interacciones positivas o de no identificar otras negativas.

Sea cual fuere el método, dentro de las estructuras existentes, generando órganos rectores nacionales, regionales o locales o complejas Políticas de Estado, el rol del Estado gerenciando monitoreando este proceso es fundamental. Del mismo modo es fundamental el rol que podrían tener las entidades de fiscalización desde su función de control, y que ganará en contribución e impacto toda vez que se pueda implementar una lógica WoG.

11. ¿Cómo considera que debería ser la coordinación entre los diferentes organismos de control a fin de mejorar las auditorías?

Si bien los compromisos vinculados a la Agenda 2020 se resuelven en los foros internacionales, la definición acerca de cuáles de los 17 ODS y 169 metas constituirán las prioridades de cada país, es una decisión soberana. Por lo tanto – y previa coordinación entre las entidades de fiscalización - el primer objetivo de la comunidad de control debe ser entender estas prioridades y cómo se aterrizan en sus respectivas jurisdicciones; qué metas les son comunes y cuáles específicas.

Los ODS llegaron para quedarse; ya no se habla sólo de metas 2030, sino de acuerdos 2050. Me refiero a que el abordaje de los ODS será algo sistemático durante las próximas décadas. En consecuencia, un segundo paso aconsejable es crear unidades de auditoría de ODS que consoliden todo este proceso y recojan las experiencias y lecciones de este seguramente largo proceso. Naturalmente debe tratarse de equipos multidisciplinarios que recojan la complejidad de los ODS y su interacción, y de las metas y temas implementados o a aterrizar en nuestra jurisdicción.

Debe darse una reflexión muy profunda acerca de los mandatos y capacidades instaladas. Como se ha señalado la complejidad es alta y el abordaje de auditoría que más valor puede agregar es uno que involucre la Auditoría de Desempeño y que permita un Enfoque integrado de Gobierno (WoG).

También sería deseable reflexionar acerca del portafolio de auditorías ODS que nuestra entidad con recursos y equipos, en nuestra jurisdicción, se deberían auditar. A esto debería seguirle una secuencia sugerida.

Respecto de la metodología, el ISAM permitiría cubrir las dos consideraciones previamente mencionadas (Auditoría de Desempeño que permita un WoG y definición de un portafolio de auditorías).

La coordinación entre entidades fiscalizadoras es deseable desde ya, pero puede basarse en distintas lógicas, sea a nivel de mandatos, de sectores u ODS de interés, sea pertenencia al mismo nivel jurisdiccional. Esta es una decisión de cada entidad desde luego, pero de mínima sería interesante tener una metodología de auditoría consensuada, generar bancos de auditorías, lecciones aprendidas y buenas prácticas además de visibilidad de sus planes de sus portafolios y planes de auditoría. La generación de foros comunes sería muy relevante; también foros preexistentes como la Red Federal – a nivel de control interno – o iniciativas ad-hoc de AGN serían muy bienvenidas.

ISSN electrónico 2718- 6784


  1. Desde 2022 será presidida por la EFS de Brasil, el Tribunal de Cuentas de la Unión. ↩︎

  2. https://www.intosai.org/es/ ↩︎

  3. Es corriente que cada nueva Presidencia proponga un conjunto de áreas o temas de interés que orientan parte del funcionamiento de la INTOSAI durante - por lo menos – su trienio de mandato. ↩︎

  4. Existe un conjunto reducido de EFS – unas 10 en el mundo – que han decidido no pertenecer a ninguna organización regional. Los casos más notables son los de la Government Accountability Office (GAO) de EE.UU., la Oficina del Auditor General (Canadá) y la National Audit Office (Reino Unido). ↩︎

  5. https://idi.no/work-streams/professional-sais/pesa-p ↩︎

  6. Ejemplos en nuestra región son – en el caso de las Auditorías de Desempeño -, la Auditoría de Revisión de la Preparación para Auditar los ODS y la Auditoría de Revisión de los Marcos Institucionales para la Prevención de la Corrupción (Programa EFS en Lucha contra la Corrupción). La Auditoría TAI (Transparencia, Rendición de Cuentas e Inclusión) sobre el uso de los fondos de emergencia COVID-19, sería el ejemplo más reciente en la región, aunque basada en la Auditoría de Cumplimiento. ↩︎

  7. Se trata de procesos independientes, mediante los cuales especialistas en este tipo de auditorías verifican con los equipos de las EFS la calidad de las auditorías implementadas en base a una matriz de aseguramiento de calidad previamente acordada con la IDI. ↩︎

  8. Un ejemplo de las instancias que típicamente afrontaría una EFS al trabajar con análisis de datos se puede encontrar en el documento de Sebastián Parada Ramos y Martí Pablo Rubione elaborado en el marco de la iniciativa CASP ““El análisis de datos y su aplicación en auditorías de desempeño. Abordajes para la Auditoría Cooperativa de Compras Públicas Sostenibles utilizando análisis de datos (CASP)” (2020). ↩︎

  9. https://www.linkedin.com/school/tcu-isc/ ↩︎

  10. https://olacefs.com/ctic/ ↩︎

  11. https://ach.gov.ru/en/page/the-intosai-working-group-on-sdgs-and-key-sustainable-development-indicators ↩︎

  12. Específicamente ISSAI 300 e ISSAI 3000. ↩︎

  13. Me refiero al ya citado proceso que llevó a su formulación y documentos generados. ↩︎

  14. Aunque estas diferencias de en el mapa del control argentino subsisten, es un hecho que la tendencia es – de mínima – avanzar hacia la capacidad de auditar la gestión, que en términos de las 3E usualmente referidas implicarían entender si se alcanzaron los objetivos (eficacia), qué características tuvo el proceso hacia ese objetivo (eficiencia), la relación con los insumos de ese proceso (economía) e incluso si tuvo el impacto o beneficio esperado (efectividad). Es decir, todas preguntas absolutamente válidas para quienes se preocupan en el control de los fondos públicos. ↩︎

  15. Otra referencia sistemática al hablar de EFS y su contribución a los ODS, es el ODS 16.5 (“Reducir sustancialmente la corrupción y el soborno en todas sus formas.”). ↩︎

  16. Acerca de los fundamentos objetivo, participantes y socios, y proceso de esta iniciativa, véase: https://idi.no/work-streams/relevant-sais/auditing-sdgs/audit-sdgs-implementation/cooperative-audit-sdg-implementation/auditoria-cooperativa-de-compras-publicas-sostenibles-utilizando-analisis-de-datos-casp ↩︎

  17. De los equipos de las EFS de Colombia y Costa Rica. ↩︎

  18. Acerca de los fundamentos objetivo, participantes y socios, y proceso de esta iniciativa, véase: https://idi.no/work-streams/relevant-sais/auditing-sdgs/audit-sdgs-implementation/cooperative-audit-sdg-implementation/sdg-5-2-eipvw ↩︎