La Ciudad se ubicó entre las primeras 50 del mundo para las inversiones y el talento, según el informe anual Global Power City Index que realiza la Fundación Mori Memorial, con sede en Tokio. El ranking clasifica a las ciudades más importantes en función de su magnetismo para atraer personas y empresas creativas de todo el mundo.
Con un puntaje de 861.2, Buenos Aires es la mejor ciudad de América Latina, por encima de San Pablo y Ciudad de México, y quedó 40 a nivel global, en un ranking que lideran Londres, Nueva York y Tokio.
El índice califica a 48 ciudades globales según seis categorías: Economía, Investigación y Desarrollo, Interacción Cultural, Calidad de Vida, Medioambiente y Accesibilidad. Por cuarto año consecutivo, la Ciudad fue incluida en la selección: este año mejoró su posición y superó a importantes ciudades globales como Tel Aviv y Johannesburgo.
En materia de calidad de vida, Buenos Aires se ubicó el puesto 9 a nivel global y es la única ciudad latinoamericana que entró al top 10. Así, superó a Londres y Tokio, en una categoría que releva datos de seguridad, costo de vida, ambiente de trabajo, bienestar y comodidad para vivir.
“La calidad de vida es un factor clave de la competitividad de la Ciudad. Además, este estudio confirma el atractivo de Buenos Aires para el talento y los llamados ‘nómades digitales’, que gracias al teletrabajo eligen las mejores ciudades del mundo para pasar largas estadías”, indicó Fernando Straface, Secretario General y de Relaciones Internacionales de la Ciudad.
En esta edición, el Global Power City Index también refleja el impacto de la pandemia con nuevos indicadores, que incluyen la disponibilidad de espacios de coworking y la velocidad de conexión a internet, factores clave para el trabajo remoto. La medición también añadió la satisfacción con la limpieza urbana, la calidad del aire, el número de llegadas y salidas de vuelos, y la facilidad para moverse en bicicleta o taxi.
Buenos Aires también se destacó en “Interacción Cultural”, donde alcanzó la posición 15°, y en “Ambiente” (28°). La dimensión cultural toma en cuenta variables como los recursos turísticos, el potencial para marcar tendencias globales, la interacción internacional, la oferta cultural y facilidades para los visitantes, mientras que el ambiente es evaluado según la sustentabilidad, la calidad del aire y el entorno natural.
