Lunes 18 de Mayo de 2020

Mara camina en un ambiente natural en el Santuario del Mato Grosso

Sus acompañantes destacaron la tranquilidad y el buen ánimo que manifestó durante el viaje que duró cuatro días.

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Mara llegó al Santuario de Elefantes de Brasil ubicado en Chapadas Dos Guimarães en perfecto estado de salud y manifestando buen ánimo. Apenas salió de la caja jugó con agua y se tiró tierra con su trompa como lo hacía en el Ecoparque de la Ciudad

El trayecto de 2,700 kilómetros duró aproximadamente cuatro días, se realizó por tierra y contó con un protocolo de traslado especialmente adaptado a las exigencias sanitarias exigidas por la pandemia que estamos viviendo.

Si bien no es necesario un proceso de cuarentena ya que el mismo fue completado exitosamente en el Ecoparque porteño, sí será necesario un período de adaptación que estará a cargo del personal técnico del santuario. En el mismo se la relacionará con su nuevo ambiente, dieta y manejo en general. El tiempo que dure esta adaptación dependerá de la evolución de Mara durante este proceso.

“Estamos todos muy emocionados y conmovidos con el todo lo que significó el traslado de Mara. Es una animal muy querido, carismático y emblemático para los vecinos. Que pueda vivir el resto de su vida en ambiente natural es un mensaje y una lección para entender cuál es la relación que tenemos que tener con la naturaleza”, agregó Macchiavelli.

Crónica del viaje

En la tarde del sábado 9 de mayo, Mara caminó lento por su recinto en el Ecoparque porteño e ingresó voluntariamente a la caja de traslado. Minutos más tarde, su cuidadores, veterinarios y personal que trabajó en su entrenamiento y cuidado la despidió con caricias y lágrimas antes de comenzar su viaje.

Mara viajó despierta y no abandonó la caja en ningún momento, y fue monitoreada cada dos o tres horas por parte del equipo técnico que la acompañó, alimentó, limpió y la evaluó hasta Foz de Iguazú. Durante el viaje comió frutas y verduras, alfalfa, bambú y una nutrición suplementaria.

En la mañana del lunes, ya en la aduana, se realizaron los trámites pertinentes, el equipo de veterinarios y cuidadores del Ecoparque se despidió de Mara y tomó la posta el equipo del Santuario de Elefantes quien se encargará de Mara de acá en adelante.

En la mañana del martes 13, la caja de traslado de Mara se cambió a un camión más chico y adaptado para la ruta brasilera, hasta que pasado el mediodía, Mara descendió voluntariamente de la caja y caminó tímidamente por el campo. Durante todo el viaje estuvo activo el protocolo de prevención de contagio en donde se minimizó el riesgo frente a la pandemia que estamos viviendo para todas las etapas del traslado.

Mara era la única elefanta asiática del Ecoparque porteño. Compartía su recinto con dos elefantas africanas, Kuky y Pupy -dos elefantas hermanas nacidas en el Parque Kruger de Sudáfrica-. Tiene entre 50 y 54 años (la esperanza de vida en cautiverio para esta especie es de 75 años). Llegó al antiguo zoológico porteño el 16 de octubre de 1995 producto de un decomiso judicial por la quiebra del Circo de Rodas, y el 9 de mayo de este año, fue trasladada para tener una mejor calidad de vida.