Alberto Soriano

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Nació el 27 de agosto de1920 y se graduó en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires en 1942 con medalla de oro.

Inicialmente trabajó en botánica taxonómica bajo la supervisión del Ing. Agr. Lorenzo Parodi. Sus primeras exploraciones de la flora patagónica, en la década del 40, fueron motivadas por un objetivo estrictamente botánico, y culminaron en 1956 con la publicación de la primera descripción completa de la fitogeografía patagónica. Su interés por comprender los ecosistemas patagónicos se cristalizó no sólo en investigación de gran originalidad, que relacionó la estructura con el funcionamiento de las estepas patagónicas, sino también en algunas de las líneas de investigación que dirigió durante toda su vida: la economía del agua en las plantas y los procesos de germinación.

Fue ayudante de la Cátedra de Fisiología Vegetal y Fitogeografia y, más tarde, profesor en la Universidad del Litoral. Entre 1948 y 1956 fue técnico del Instituto de Botánica del Ministerio de Agricultura y Ganadería; durante 1956 y 1957 Jefe de la División Ecología y Fitogeografía del mismo instituto. En 1950 obtuvo una beca Guggenheim para trabajar en el Instituto Tecnológico de California bajo la dirección de Frits Went. Finalmente, desde 1957 fue Profesor Titular de la Cátedra de Fisiología Vegetal y Fitogeografía en la Facultad de Agronomía. Este sería su lugar definitivo de trabajo.

Durante la década del ‘60 consolidó su interés por estudiar las malezas de los cultivos desde una perspectiva ecofisiológica y ecológica. En los años 70 lideró los esfuerzos por caracterizar la productividad de los pastizales en Argentina en el marco del International Biological Program.

A principios de los años 80 lideró dos emprendimientos fundamentales en su carrera. El primero, el Programa de Productividad de Sistemas Agropecuarios (PROSAG) del CONICET, que funcionaba en la Facultad de Agronomía y reunía, principalmente, a un grupo de investigadores de la UBA y del CONICET. El PROSAG fue el antecedente del IFEVA, el prestigioso Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas vinculadas a la agricultura de la FAUBA.

El segundo, la creación de la Escuela para Graduados en la Facultad de Agronomía, de la cual fue director hasta fines de 1997. También fue Socio Honorario de la Asociación Argentina de Ecología y Profesor Emérito de la UBA, Investigador Superior del CONICET, director del IFEVA y miembro de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria desde 1975 y de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales desde 1981. El hecho que fuese miembro de ambas academias resalta uno de los aspectos más significativos de su trabajo: que partiendo de la Agronomía, haya realizado aportes originales y fundamentales a varias ramas de la biología. Con más de 100 publicaciones científicas entre Argentina y el exterior, también escribió el libro “Andanzas de un ecólogo en la Patagonia”.

En los últimos diez años de su vida, Soriano siguió trabajando sin descanso en la enseñanza y la investigación en ecología y ecofisiología. Con el ascenso del paradigma de la sustentabilidad en la agronomía, Soriano renovó su prédica, iniciada en 1950, en favor del estudio de procesos ecológicos en el intento de llegar al diseño de manejos racionales de los agroecosistemas. Durante los últimos años volvió a las exploraciones de la flora patagónica: esta vez el objetivo era identificar y domesticar nuevas especies vegetales como alternativa productiva para áreas agropecuarias marginales.

Su pasión por la investigación fue acompañada por una gran pasión por la enseñanza: formó más de 50 discípulos e influyó decididamente en la carrera de un número mayor de alumnos a través de diferentes cursos de grado y postgrado en diferentes universidades. Fue Premio Konex 1983 en la rama de Agronomía. Falleció el 21 de octubre de 1998.