Ojo rojo

Podría tratarse de:

1) CONJUNTIVITIS

Es la inflamación de la conjuntiva, la membrana fina y transparente que recubre el interior del párpado y la parte blanca del ojo. Esta inflamación hace más visibles los vasos sanguíneos, lo que le da al ojo un color rojizo. Puede afectar tanto a niños como adultos y a uno o ambos ojos.

Se presenta con:

• Ojo rojo
• Lagrimeo
• Secreción ocular o lagañas que pueden ser transparentes hasta amarillas o verdosas.
• Picazón, irritación o ardor en los ojos.
• Sensación de arenilla o de cuerpo extraño.
• Párpado hinchado.

Son originadas por:

• Virus
• Bacterias
• Alérgenos (caspa/pelos de mascotas, ácaros del polvo, polen) y sustancias irritantes (cloro de la pileta, productos de limpieza, cosméticos).

Las conjuntivitis alérgicas o producidas por sustancias irritantes no son contagiosas.

Cuando es causada por virus o bacterias es muy contagiosa. Puede transmitirse fácil y rápidamente de una persona a otra. Para reducir ese riesgo se recomiendan las siguientes medidas:

• Lávese frecuentemente las manos.
• Evite tocarse o frotarse los ojos.
• Evite compartir toallas y sábanas.
• Evite compartir maquillaje, lentes de contacto y sus estuches, anteojos y además debe mantener la higiene de los mismos.

La gran mayoría de las conjuntivitis son de curso leve. En las conjuntivitis virales la mayoría se auto resuelven en un periodo de 2-3 semanas. Se pueden usar paños fríos sobre los párpados para disminuir la inflamación y limpieza de las secreciones.

Debe concurrir a la consulta oftalmológica si presenta síntomas compatibles con conjuntivitis y en cualquiera de los siguientes casos:

• Dolor en los ojos entre moderado y fuerte.
• Sensibilidad a la luz.
• Visión borrosa.
• Enrojecimiento intenso de los ojos o secreción muy abundante.
• Si los síntomas empeoran a pesar del tratamiento
• Síntomas que duran más de un mes.
• Enfermedades preexistentes en los ojos que puedan ponerlo en riesgo de presentar complicaciones o una infección grave.
• Todos los bebés o recién nacidos que tengan síntomas de conjuntivitis.

2) HEMORRAGIA SUBCONJUNTIVAL

Es un derrame de sangre en la parte blanca del ojo que se produce por la rotura de un pequeño vaso de la conjuntiva (membrana transparente que cubre la parte blanca del ojo). Puede producirse por:

• Hipertensión Arterial
• Tos o estornudos muy fuertes
• Esfuerzos bruscos (levantar peso, constipación, etc)
• Vómitos
• Frotar el ojo intensamente
• Traumatismo ocular de cualquier tipo

Generalmente no da síntomas y no requiere tratamiento. La hemorragia desaparece en un periodo de 1-3 semanas. Recomendamos el control de la presión arterial en todos los pacientes.

3) ABSCESO CORNEAL

• El absceso corneal, también llamado queratitis infecciosa, es la infección de la córnea por microorganismos (bacterias, hongos, virus y parásitos). Esta infección en la córnea que es trasparente, hace que se vea blanca.
• Se puede presentar con: dolor, ojo rojo, disminución de la visión, sensibilidad a la luz, lagrimeo, secreción, sensación de tener algo en el ojo, inflamación de los párpados, un punto blanco en la córnea que se puede ver (o no) al mirarse al espejo.
• El uso de lentes de contacto, antecedente de trauma ocular, la diabetes, el uso de corticoides, la patología ocular de base como ojo seco son condiciones que pueden elevar el riesgo de presentar esta enfermedad.
• Es una emergencia médica que requiere iniciar de forma rápida un tratamiento agresivo contra el microorganismo causante, por eso se debe acudir urgentemente a una guardia oftalmológica. En los casos graves, el resultado puede ser disminución de la visión o ceguera.

4) PINGUÉCULA Y PTERIGION (carnosidad)

La pinguécula y el pterigion son crecimientos en la conjuntiva del ojo. La pinguécula es una mancha o “bolita” amarillenta en la parte blanca del ojo, en general en el lado del ojo más cercano a la nariz. Por lo general es asintomática, pero en algunos casos se puede inflamar y generar ojo rojo, lagrimeo, irritación y dolor leve.

El pterigion es un crecimiento de la conjuntiva sobre la córnea, que puede comenzar como una pinguécula. Puede crecer con el tiempo y afectar la visión.

Tanto la pinguécula como el pterigion pueden ser causados por exposición excesiva al sol, al viento, al calor o al polvo. El pterigion es muy común en nuestro medio. Se observa con mayor frecuencia en personas que han vivido en climas cálidos, ventosos y en altura.

Se presentan con:

• Ojo rojo (pterigion)
• Mancha amarillenta en la parte blanca del ojo (pinguécula)
• Picazón, ardor, sequedad
• Sensación de arenilla
• Visión borrosa (pterigion avanzado)

Son patologías crónicas. El pterigion, a veces, requiere de cirugía para su tratamiento.