Martes 15 de Diciembre de 2020

Políticas públicas durante la pandemia: la Ciudad, en el Foro de Seúl

La Ministra de Espacio Público e Higiene Urbana Clara Muzzio, participó como disertante del Urban Resilience Forum Seoul 2020. Donde cuenta cómo se adaptó la ciudad de Buenos Aires a la nueva normalidad con medidas concretas. Y cómo venir trabajando hace muchos años en una ciudad a escala humana nos dio una ventaja para enfrentar la pandemia. Un video lo muestra.

Compartir en Redes

El foro de Seúl consistió en una gran plataforma para diseñar soluciones integradas y compartir información sobre la resiliencia urbana a través de diversas sesiones y debates bajo el tema "Ciudades seguras en la nueva normalidad: resiliencia, sostenibilidad y adaptabilidad". La Ministra de Espacio Público e Higiene Ubana Clara Muzzio, participó del Urban Resilience Forum Seoul 2020 a través de un video grabado para contar lo que hicimos en la Ciudad de Buenos Aires para adaptar el espacio público a la pandemia, y que lo hecho en una ciudad le sirva a otras como experiencia. Un video muestra su participación y enumera las medidas concretas.

Resumen de la participación de Clara Muzzio, Buenos Aires, Argentina.

“Mi nombre es Clara Muzzio y soy ministra de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad de Buenos Aires. Una ciudad de 200 km 2 de superficie y por la que circulan día a día más de 6 millones de personas.

Este año el coronavirus nos obligó a rever las respuestas a las preguntas que solíamos tener. También, para quienes trabajamos en planificación urbana y gestión del espacio público. Y aunque ninguna ciudad vio venir una crisis semejante, algunas demostraron estar más preparadas que otras.

Para Buenos Aires la pandemia resultó un reto pero también una oportunidad. Hace muchos años venimos trabajando en la construcción de una ciudad a escala humana, cercana y resiliente.

En los últimos diez años la ciudad se fue transformando gracias a obras cuyo eje estaba puesto en la sustentabilidad, la caminabilidad y las personas. Esto le dio a nuestro espacio público un carácter flexible y maleable que en este contexto resultó fundamental y que, en línea con lo que indican los nuevos protocolos nos permite hoy darle a la gente la posibilidad de salir a la calle y reencontrarse de forma segura.

En marzo ante la urgencia por la llegada del virus pudimos adaptar el espacio público para los primeros protocolos sanitarios. Trasladamos la atención primaria de los hospitales a la calle y construimos 20 unidades febriles de urgencia fuera de los edificios y de las guardias de urgencias para atender sin riesgo los casos sospechosos de COVID-19.

Durante el aislamiento preventivo obligatorio pudimos darle a la gente la posibilidad de salir a hacer sus compras básicas manteniendo el distanciamiento social en comercio de cercanías evitando el uso del transporte público, ampliamos superficies caminables al eliminar el primer carril de tránsito en muchas calles de la ciudad y en ellas se demarcó el asfalto para incorporarlas a la vereda.

Transformamos 100.000 m2 de avenidas y calles para que 40 ejes comerciales barriales tengan más superficie peatonal. Volvieron a las calles las ferias de abastecimiento barrial, una alternativa segura y económica de compras al aire libre que se ubican en más de 150 puntos de la Ciudad.

Y regresó la actividad física al aire libre. También, gracias a la restricción vehicular y al aumento de las áreas peatonales en los alrededores de parques y plazas. Para esta nueva normalidad, con el virus todavía entre nosotros, pero recuperando lentamente el ritmo urbano, seguimos repensando puertas afuera muchas de las actividades que siempre se hicieron puertas adentro.

Con la pandemia sucedió algo impensado. Lo global se replegó a cada barrio. Hace unas semanas también abrimos el espacio público al encuentro y el ocio. Decidimos potenciar, complementar y crear otros usos e implementamos nuevas áreas peatonales.

Son pequeñas centralidades a pocas cuadras de la casa de cada vecino que garantizan abastecimiento, seguridad, caminabilidad, ocio, disfrute, encuentro y sobre todo sentido de pertenencia. La logramos cortando calles al tránsito de forma temporal, ajustando el espacio público a la medida del peatón, creando áreas gastronómicas y uniendo en una misma superficie la convivencia de conceptos. Las áreas peatonales transitorias son un éxito porque además desincentivan el uso del transporte al centro de la ciudad y aumentan los índices de calidad ambiental.

Buenos Aires avanza hacia una ciudad policéntrica. Con soluciones flexibles, económicas, de rápida implementación y replicables a toda la ciudad, la estamos reinventando y llevando a la mejor versión de sí misma”.

Más información sobre el foro en International Urban Resilience Forum Seoul 2020 y en su sitio web