Lunes 08 de Noviembre de 2021

La alimentación en las escuelas

A principios del siglo XX se ofrecía la Copa de Leche, en 1926 se constituyeron las llamadas Cantinas Escolares y en 1932 se establecieron los Comedores Escolares.

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Según la revista El Monitor de la Educación Común de 1938 el 2 de agosto de 1932 el Congreso de la Nación sanciona la Ley 11.597 que dio estabilidad a los comedores en las escuelas. El menú establecía los gramos de cada porción y algunos de los alimentos eran: sopa, carbonada, guiso, polenta, tallarines, legumbres, carne, pescado y de postre: dulce de membrillo, batata o queso, sémola con leche, compota o frutas, que se completaba con 150 gramos de pan.

La Dirección General de los Comedores estaba a cargo de la Inspección Médica Escolar y las Visitadoras controlaban el funcionamiento del comedor en cada escuela. Las Visitadoras brindaban «cursos de urbanidad y buenas maneras» destinados a alumnos, padres, madres y vecinos acerca de cómo sentarse a la mesa, hablar en un tono bajo, cuáles son los deberes para con las personas mayores, el aseo personal, la limpieza de la casa y la prevención de enfermedades entre otros. El director del Cuerpo Médico Escolar, Enrique Olivieri realizaba el siguiente diagnóstico en 1938: «Los informes de maestros y directores, hacen notar la transformación que se opera en los niños concurrentes a los comedores que, de apáticos, abúlicos, hiper- emotivos, tristes, etc, clasificados insuficientes, han mejorado su rendimiento en el aula de forma realmente notable». (El Monitor de la Educación Común (1938) El problema de la alimentación del escolar).

Los comedores escolares no fueron bienvenidos por toda la sociedad. El Dr. Ramón Cárcano, presidente del Consejo Nacional de Educación, en 1932 respondía al diputado Nacional Dr. Nicanor Costa Méndez lo siguiente: «El día 2 de julio inauguraremos tres primeros comedores en el distrito 20, uno de los más indigentes de la Capital, que comprende Mataderos y Lugano. En la escuela 13, son 700 niños y los 700 necesitan comer». (El Monitor de la Educación Común (1932) Problemas de actualidad).

El Dr, Genaro Sisto en 1915 fue uno de los impulsores de ofrecer alimentación en las escuelas basándose en la rigurosa ficha médica que tenía cada alumno, donde se anotaban los antecedentes familiares de salud, la talla, el peso y los cambios fisiológicos de los estudiantes. Los resultados dicen: «el niño va a la escuela insuficientemente alimentado y que debe ingerir algún alimento en ella. (...) Debe permitirse pues, que el niño lleve algún alimento a la escuela, mientras no se establezca «La Copa de Leche» pero en ningún caso se le permitirá que coma en el primer recreo, salvo casos excepcionales». (El Monitor de la Educación Común (1915) La alimentación del escolar en la escuela).

El programa Huellas de la escuela comparte la historia de los comedores escolares a partir de la información de bibliotecas y archivos históricos escolares. Las nuevas corrientes historiográficas alientan nuevas lecturas de la historia educativa de la Ciudad de Buenos Aires.