El árbol es un protagonista clave para el desarrollo sostenible de las ciudades. Su existencia en un ecosistema urbano como el de la Ciudad de Buenos Aires es fundamental. Brinda las condiciones necesarias para el desarrollo de otras especies de flora y fauna, modera los efectos de las lluvias y purifica el aire. Esos y otros tantos beneficios ambientales que ofrece, lo convierten en pilar de la vida en todas sus formas.
Como parte de la celebración por el Día del Árbol, más de 300 ejemplares de especies nativas de árboles se incorporaron al paisaje porteño. Escuelas de todos los niveles educativos en la Ciudad se sumaron a la propuesta.
Esta acción fue posible gracias al trabajo en conjunto entre el programa Escuelas Verdes y la Agencia de Protección Ambiental (APrA), que donó ejemplares nativos de subarbustos, arbustos y árboles. Docentes de cada institución se acercaron a las dos huertas agroecológicas modelo, ubicadas en Palermo y Flores, para retirar sus ejemplares, entre los que se encontraban Tabaquillo (Trixis praestans), Anacahuita (Blepharocalyx salicifolius), Malva del bosque (Pavonia sepium), Talilla (Lycium cestroides) y Azahar de campo (Aloysia gratissima).
Los árboles son sinónimo de vida. Son nuestros vecinos y podemos encontrarlos en las veredas, en espacios verdes y en varios puntos de la Ciudad. Por esta y muchas otras razones, es necesario preservar y aumentar la cantidad de ejemplares que contribuyan a crear un paisaje natural atractivo y más saludable.
