De la prohibición a la representación mundial

La historia del filete porteño pasó por muchas etapas, fue popular, luego prohibido y finalmente reconocido Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

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El primer intento de valorar el fileteado fue la adquisición de tablas a distintos fileteadores hecha por Esther Barugel y Nicolas Rubio, con la que realizaron la primera exposición en la galería Wildenstein en 1970 (las obras expuestas se encuentran hoy en poder del Museo de la Ciudad). A pesar de que la exposición le dio un gran impulso al género, ya que era la primera vez que el fileteado pasó a las galerías de arte, nada pudo evitar su ocaso.

Decadencia del filete

Durante décadas el fileteado porteño dio vida y color al transporte público, pero gran parte de su decadencia se debió a una Ley promulgada en 1975 (Ordenanza de la S.E.T.O.P. Nº 1606/75 actualizada a junio de 1985 y derogada en 2006) que prohibía el fileteado de los colectivos en la Ciudad. A esto se sumó, con la crisis económica, el cierre de la mayoría de las fábricas de carrocerías que mantenían a los fileteadores como empleados (la transmisión de la técnica se producía en las empresas de carrocerías o de colectivos bajo la modalidad de maestro – aprendiz).

Dicha resolución explicitaba: “…queda prohibido el pintado de insignias, adornos, arabescos y elementos decorativos, tanto en el interior como en el exterior de la carrocería, salvo el distintivo propio de la empresa. Queda prohibido también, el pintado de símbolos patrios...”.

Mediante la nueva normativa, el Estado buscó uniformar el transporte público de pasajeros pero también apropiarse del uso de los símbolos patrios, afectando directamente al filete.

El resurgimiento del fileteado

El filete tuvo su renacer gracias al ingenio y creatividad de quienes buscaron nuevos espacios y soportes para plasmarlo tras su prohibición, naciendo así la exposición de obras de arte de fileteado en galerías y museos.

Asimismo, se comenzó a usar en la decoración de objetos, en el lenguaje publicitario, en el bodypainting, en cartelería comercial, y también comenzó el trabajo de filete en caballete (de exposición), entre otros soportes.

De esta forma, el fileteado fue adquiriendo una gran significación y pasó a desarrollarse como un oficio y a convertirse en el emblema iconográfico que mejor representa a la ciudad de Buenos Aires.

Patrimonio Inmaterial

Cada año en la UNESCO se reúne un Comité que evalúa las prácticas y expresiones culturales postulados por los países para ser inscriptos en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial.

La inscripción se formaliza con la presentación del Formulario ICH-02 que describe y explica las características del elemento, la técnica, la comunidad portadora que lo practica y el consentimiento informado de la misma entre otros requerimientos.

En 2014 el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires postuló al filete porteño ante el Comité de Intergubernamental de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial que tuvo lugar en Namibia.

En diciembre de 2015 fue declarado patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Legislación

La promulgación de leyes es uno de los mecanismos que tiene el estado para implementar acciones de salvaguardia como la visibilización, protección y promoción sobre un elemento del Patrimonio Cultural Inmaterial, en este caso el Filete Porteño.

Los documentos que aquí se pueden descargar son leyes, ordenanzas y declaratorias promulgadas por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.