Cada 2 de febrero, la religión africanista celebra una de sus fiestas más importantes, donde miles de fieles se reúnen para festejar el Día de Iemanjá, Orixa de los mares. Este año el Director general de Entidades y Cultos del Gobierno de la Ciudad, Federico Pugliese, tuvo el agrado de participar en la 36° ceremonia de lemanjá que se celebró en Mar del Plata.
“Acompaño los diferentes cultos que conviven en nuestra ciudad y soy testigo de aquellos fenómenos religiosos que van sucediendo y son traídos muchas veces de diferentes partes del mundo”, dijo Pugliese durante su visita a la ciudad balnearia. “Por eso es un honor participar de esta celebración, que es la segunda más importante del mundo y convoca a miles de personas”, agregó.
Como cada año, el organizador es el babá Hugo Watenberg, Presidente del Reino de Iemanjá Bomí, entidad presente en la ciudad y con la que la dirección trabaja hace ya muchos años. El festejo inició con la procesión desde el Playón del hotel Provincial hasta la playa donde colocaron la imagen de Iemanjá y rezaron a los orixás: intermediarios entre dios, los hombres y la naturaleza. Entre cantos y bailes bendijeron los collares que se utilizaron durante la celebración de una boda tradicional. Luego, llegó la esperada entrega de barcas con ofrendas y pedidos de todos los asistentes; donde dejan sus deseos más íntimos y profundos.
“Para mi es un honor poder ser parte de este ritual tan importante que nos invita a dejar que la corriente se lleve nuestros deseos y promesas. Un gran festejo espiritual y cultural que me gusta acompañar para visibilizar una religión “poco conocida”, una manera concreta de derribar mitos y prejuicios a partir del conocimiento de cada culto”, expresó Pugliese.
Iemanjá es para quienes practican la religión africanista “la Madre del Mundo”, Orixa de los mares. En la ceremonia se pide la protección y bendición mediante danzas, cantos y ofrendas.
“Creemos y trabajamos a diario con las comunidades en una convivencia basada en el diálogo y respeto y así generar espacios para la construcción de una Buenos Aires del Encuentro donde las diferentes religiones viven en armonía y paz. ¡Este es el camino para una ciudad con menos prejuicios y más entendimiento!”, finalizó.
