La educación escolar en casa

Cómo favorecer la autonomía en los niños.

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Cómo favorecer la autonomía en la actividad escolar

En estos tiempos de “escuela en casa”, es importante seguir trabajando en la autonomía de los chicos, buscando que:

  • Puedan apropiarse de su proceso de aprendizaje
  • Vayan “descubriendo” sus propios recursos para resolver los distintos desafíos que se les presenten
  • Crezcan en seguridad y autoestima, “yo puedo”

Para eso, se pueden pensar algunas posibles estrategias:

Armar un plan de trabajo

Como cuando les pedimos que se armen su mochila con los elementos que sabemos van a necesitar, de igual modo trazamos un plan de trabajo ajustado a sus necesidades y a sus características, con objetivos realistas...más aún en esta época que los (y nos) atraviesa. Armar un plan de trabajo implica justamente planificar, prever, ofrecer un marco / estructura sólida que dé previsibilidad y, por tanto, les ofrezca seguridad. Implica organizar las distintas actividades o tareas para cumplir con las metas propuestas. Si sabemos, por ejemplo, que Matemática le representa un mayor desafío, quizás el día en que toque estudiarla dispongamos de menor cantidad de actividades en total, o bien períodos más cortos de trabajo, con mayor cantidad de cortes más breves. Cuanto mejor ajustemos los objetivos de trabajo para que sean un desafío justo, más autónomamente podrán trabajar, porque no necesitarán el soporte constante y continuo del adulto. Preparar un ambiente facilitador es parte de trazar un buen plan. Cuando se conectan a las clases virtuales, asegurarnos de que tienen todos los elementos necesarios para ello y asegurarnos, también, de despejar aquellos que puedan funcionar como distractores (juguetes u otros objetos). Cuidar que puedan estar sentados en una silla con buen apoyo y que la cámara pueda encuadrar sus caras, lo que será de mucha utilidad al docente para ir “leyendo” cómo están durante la clase. El ambiente es un factor importante, por lo que, si logramos sostener un mismo espacio para desarrollar el estudio, seguramente será de mucha ayuda para la concentración. Considerar que a la mañana nuestro nivel atencional es mayor y va decreciendo a lo largo de la jornada. Esto es una buena pista para considerar realizar las actividades que demandan mayor desafío en este momento del día, y dejar para luego las actividades más recreativas o que les resulten más accesibles.

Explicitar Expectativas

Cuando les pedimos que trabajen más solos, que resuelvan ellos, que empiecen a trabajar sin nosotros, estamos expresando expectativas nuestras que pueden resultar muy abstractas para ellos. Necesitamos “aterrizar” esas expectativas, concretizarlas y relacionarlas con el aquí y ahora. Entonces… pongo en palabras y le digo “¿Qué te parece si resolvés el problema 1 y 2 mientras termino de lavar los platos y vuelvo?”, “Ya que la vez pasada la Seño me dijo que lo resolviste muy bien, ¿te parece que esta vez lo leas vos al cuento y pensás las respuestas a las primeras tres preguntas?”, etcétera.

Hacer visible el proceso

Explicitar los pasos implicados en los distintos procesos de aprendizaje. Muchas veces les decimos “respondé de forma completa”, “sé más prolijo”, “revisá antes de terminar”... pero necesitamos hacerles visibles esos pequeños pasos que están implicados, y que para nosotros son intuitivos o automáticos. Armar una pequeña lista tipo check list para dirigir su mirada a determinados aspectos que sabemos que requieren especial atención. Entonces, por ejemplo, cuando les decimos “revisá antes de terminar” podemos incluir allí mismo: >prolijidad ¿se lee bien mi letra? >coherencia ¿se entiende lo que quise poner/decir? >ortografía ¿están bien escritas mis palabras?

Prestar estrategias, y no respuestas.

Es el camino más largo pero el más efectivo, porque se lo “llevan puesto”... tirémosles la pelota… antes de querer darles nuestra respuesta, preguntémosles cómo lo resolverían ellos… de esa manera, logran alcanzar un aprendizaje auténtico, trabajando también sobre sus recursos metacognitivos. Si no logran arribar a una estrategia efectiva, prestarles “formas distintas de pensarlo” como una invitación al desafío, pero no como respuesta acabada. Ésa es la gran riqueza de aprender con y junto a otros... al confrontar sus ideas e hipótesis se genera más conocimiento. Entonces… si están trabados con una cuenta, por ejemplo, 100 - 55, podemos prestar ideas: “¿te ayudaría saber que 45 + 55 es 100? Yo lo pensaría de esta manera… ¿qué te parece a vos?”. En actividades de comprensión lectora, ayudarles a pensar en cómo acceder a “pistas” que ayuden a entender mejor lo que leen, haciendo otras preguntas o guiando los posibles pasos a seguir.

Estar disponible

A veces no necesitan más que sabernos disponibles, que estamos allí para cuando lo requieren pero hacerles saber también que no siempre nos necesitan… ¿por qué? ¡Porque hay cosas que ya pueden hacer solos! A veces nos sirve poder corrernos focalizándonos en alguna otra actividad, el trabajar “juntos”... pero cada uno atendiendo su juego (citando al Don Pirulero). Saber en qué momentos o con qué actividades pueden caminar solos los ayuda a no estar pendientes 100% de nuestra presencia. Cuando se conectan a sus clases virtuales es importante darles ese espacio solos, porque allí “toma la posta” el docente. Es fundamental que ellos puedan mostrar e interactuar en base a lo que piensan, a lo que pudieron producir… que sus respuestas sean suyas, y no nuestras. Si les “soplamos” aquello que tienen que decir, estarán:

  • Más enfocados en complacernos a nosotros que en aprender de sus errores
  • Menos seguros de sus aprendizajes, “lo que digo nunca está lo suficientemente bien”
  • Menos implicados en su propio proceso, no apropiándose del mismo
  • Para esta nueva cotidianeidad, corre el mismo criterio que antes: así como el cuaderno es de “ellos”, también lo son estos espacios.

Reforzar Logros

Por más pequeños que sean, necesitamos visibilizarlos, enunciarlos, mostrarlos, compartirlos. Y convertirlos en propulsores para los desafíos venideros. “Resolviste súper la vez pasada estos cálculos, así que hoy podemos probar de hacerlos del 1 al 5 vos solito y después los vemos juntos”. “Ayer te escuché leyendo muy bien, hoy hacemos 3 párrafos vos y uno yo”, “¿Podés ayudar a tu hermano con este tema?”.

Potenciar una mentalidad de crecimiento

Muy relacionado al punto anterior. Hagamos siempre foco en el proceso, en el tiempo, en el esfuerzo y en el trabajo que les conllevó alcanzar esos logros, más que en resultado en sí. Flexibilicemos nuestra mirada y, sobre todo, dejemos de lado las propias varas con las que medimos (y nos midieron). Queremos que crezcan confiando en sus posibilidades y sobre todo creyendo firmemente en su capacidad de aprender y moldear sus experiencias.

Por la Lic. Paula Chumbita