Acompañar a niños y niñas

Vos y tu familia están atravesando la enfermedad de un ser querido y que sea en este momento de aislamiento social por la pandemia de coronavirus, hace que sea una situación bastante particular. Como esto afecta también a los niños y niñas, queremos ayudarte a afrontar este momento brindándote herramientas para que puedas acompañarlos y contenerlos con el cuidado que merece.

Compartir en redes

Al atravesar situaciones dolorosas, la vida de niños y niñas sufre una alteración, lo que puede generar inseguridad frente a lo desconocido. Si bien las y los más pequeños son más vulnerables que los adultos, tienen la posibilidad para afrontar situaciones difíciles y adaptarse a nuevas circunstancias, solo que necesitan, en muchos casos, el soporte de los adultos para sostener y contener.

Es importante saber que las reacciones de niñas y niños ante semejantes circunstancias pueden ser múltiples ya que no existe una forma correcta o equivocada de sentir o de expresar el dolor y la preocupación. Al igual que los adultos, su intensidad emocional varía, la diferencia tiene que ver con los comportamientos que pueden llegar a mostrar: es posible que puedan romper en llanto, y al rato comenzar un juego.

Asimismo, pueden desarrollar reacciones somáticas, como trastornos físicos como dolor de cabeza, dolor de estómago o pueden enfermarse frecuentemente.

Otras reacciones que podrían aparecer son irritabilidad, aburrimiento, alteraciones del ritmo del sueño, miedos nocturnos, cansancio, alteraciones en la alimentación, pedido de mayor atención, regresiones tales como gatear o chuparse el dedo, etc.

Es importante que tengas en cuenta que estas reacciones son esperables en forma leve y/o esporádica. Si se sostienen en el tiempo sin presentar cambios favorables, te recomendamos consultar a profesionales de salud mental que puedan dar orientación.

Los sí y los no al acompañar a la niñez

¿Qué hacer y qué no hacer?

  • Decí la verdad, siempre de forma sencilla y adecuada a su edad.
  • Transmití seguridad mostrando disponibilidad y cercanía física.
  • Habilitá espacios para conversar con familiares y amigos, aprovechando los recursos tecnológicos que están al alcance.
  • Respondé sus dudas. Si no sabes qué responder no mientas ni le ofrezcas una realidad inventada, respondé con honestidad diciendo que "en este momento no lo sabes" o que "es muy difícil para vos responder a eso ahora".
  • Contale que sentirse tristes, tener miedo o estar preocupados es normal.
  • Validá su emoción y la expresión de sus sentimientos con la tuya: "para mí también está siendo difícil", "es normal llorar/enfadarse/asustarse, yo también lloro, me enojo o me asusto", etc.
  • Si el niño o niña tiene crisis de rabia, expresá con palabras los motivos de su rabia. Esto puede ayudarle a adquirir mayor control y aprender a regularla (¿estás enojado? ¿sabes que también estoy muy enojado?).
  • Si el niño o niña manifiesta sentimientos de culpa, es importante que lo tranquilices diciéndole que es completamente ajeno a las causas de estos eventos.
  • Si el niño o niña no sabe qué siente o no sabe expresarlo, ofrecele otras alternativas que le ayuden a canalizar su sentir, por ejemplo: hacer un dibujo, escribir una carta, explicar por escrito cómo se siente, un cuento sobre lo ocurrido, algún juego, etc.
  • Acompañá desde su necesidad, sus formas y tiempos. Ante la duda, es mejor preguntar y clarificar: "cuando me decís que tenes un nudo en el estómago, ¿cómo es esto para vos?", "¿me podés explicar/dibujar tu rabia?", por ejemplo.
  • Intentá sostener una rutina de horarios y actividades familiares.
  • Las cuestiones escolares no deberían ser una carga para vos ni para el niño o niña. Sostené la afirmación que “las tareas y clases virtuales son importantes para estar en actividad pero cada uno va a hacer lo que puede”.
  • Compartí momentos placenteros.
  • No hables mucho delante de él o ella sobre la dimensión o la magnitud de la situación o de los conflictos que puedan surgir, en particular con los niños y niñas más pequeños.
  • No uses frases como: “sé cómo te sentís”; “podría ser peor”; “no pienses en eso”, “vas a ser más fuerte gracias a esto”. Estas expresiones pueden obstaculizar la manifestación de sus emociones y vivencias dolorosas.
  • Evitá la exposición al exceso de información a través de los diferentes medios de comunicación.

Para conocer las recomendaciones para acompañar la niñez, podés descargar más información a continuación

Descargá consejos »