Lo que el conventillo nos dejó

A cargo de los alumnos de 3° año de la Escuela Nacional de Museología, en conmemoración a los 110 años de la Huelga de los Inquilinos.

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Vidrieras de la Farmacia "La Estrella", esquina Defensa y Alsina.
Inauguración: jueves 2 de noviembre de 2017.
Cierre: domingo 17 de diciembre de 2017.
Entrada libre y gratuita.

El conventillo fue el primer hogar de muchos inmigrantes recién llegados a la Argentina durante la Gran Inmigración europea entre fines del siglo XIX y hasta la segunda década del siglo XX.

En este espacio se mezclaban idiomas y nacionalidades, oficios e ideologías; convivían lenguas como el lunfardo, el cocoliche y el idish, y comidas típicas de cada país. Las historias de la vida de conventillo enriquecieron la cultura popular tematizando letras de tango, novelas, ensayos, obras de teatro y sainetes.

Las vidrieras del Museo de la Ciudad serán las ventanas para ver 'lo que el conventillo nos dejó' como legado cultural hasta el día de hoy.

En conmemoración de los 110 años de la Huelga de Inquilinos, cabe destacar que la gran cantidad de personas que arribaron a fines del siglo XIX y principios del XX plantearon problemas habitacionales, sobre todo en los ámbitos urbanos donde los conventillos fueron una de las opciones más utilizadas. Esto resultó un gran negocio por la alta demanda y el elevado precio de los alquileres, dejando enormes ganancias a sus propietarios que raramente hacían algún tipo de mejoras. Aún cuestionando las malas condiciones de salubridad de estas viviendas, los inmigrantes sentían que una joven y pujante nación los cobijaba, pensaban que el trabajo era abundante, al igual que las posibilidades de progreso. Por eso se quedaron, tuvieron hijos, mezclaron sus sangres, sus idiomas y sus costumbres, modelando así la población y la cultura de nuestro país. Es difícil otorgarle un lugar claro a la inmigración en el proyecto modernizador, pero no hay dudas de que proporcionó la mano de obra necesaria para trabajar la tierra que no se explotaba, y desarrollar la producción agrícola que permitió a la Argentina convertirse en uno de los principales exportadores del mundo.

A pesar de que ha pasado más de un siglo y medio desde la aparición de los conventillos en Buenos Aires, hoy en día podemos ver todavía algunos. Sólo en La Boca hay más de 300, en cada uno de ellos habitan hasta 12 familias, quienes conviven con chapas y maderas. Los conventillos siguen en pie, detenidos en el tiempo.