Miércoles 13 de Noviembre de 2019

Después de casi 10 años, Plaza Roma recupera todo su esplendor

Uno de los espacios verdes más emblemáticos del microcentro porteño estrenó mobiliario urbano de diseño, luminarias, mesas de ping pong, veredas, riego automatizado y 1700 m2 de superficie absorbente.

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La emblemática Plaza Roma, ubicada sobre la avenida Alem en el bajo porteño recuperó todo su esplendor. Después de haber estado durante casi 10 años afectada por las obras de ampliación de la línea E del subte y del Metrobus, se retiró el obrador que ocupaba parte de su espacio, la Ciudad reparquizó el lugar y, en esta última etapa del proyecto, incorporó mobiliario urbano de diseño, luminarias, mesas de ping pong, nuevas veredas, árboles, vegetación, un sistema de riego automatizado y 1700 m2 de superficie absorbente.

“Junto a la Comuna 1 hemos recuperado un espacio en el que ha transcurrido la vida de más de cuatro generaciones de porteños, es un hito para celebrar y disfrutar con los vecinos”, afirmó Facundo Carrillo, secretario de Atención y Gestión Ciudadana, responsable del área que coordinó las obras. “Hoy la plaza luce radiante y conserva su identidad como patrimonio vivo de la Ciudad”, agregó.

“Junto a la Comuna 1 hemos recuperado un espacio en el que ha transcurrido la vida de más de cuatro generaciones de porteños, es un hito para celebrar y disfrutar con los vecinos", Facundo Carrillo.



En esta segunda etapa del proyecto, se reconstruyeron las veredas y los senderos con solado intertrabado para que la plaza pueda ser accesible para todos los vecinos. Se reparquizaron 1700 m2 para incrementar la superficie verde absorbente y se plantaron césped, vegetación nativa y árboles. También se instaló un sistema de riego automatizado para su conservación.

Además, se reemplazaron los deteriorados bancos de estilo romano por mobiliario urbano sustentable, con diseño orgánico para brindar mayor comodidad y se sumaron mesas, se instalaron luminarias en diferentes sectores, por ejemplo en los senderos y en los nuevos bancos, y se incorporaron tres mesas de ping pong para aumentar el disfrute saludable del espacio público.

La plaza posee un gran valor patrimonial para los porteños por su historia y su ubicación estratégica en el centro de la Ciudad. Fue fundada en 1875 como Plaza Giuseppe Mazzini, en honor al político italiano cuya estatua se erige en el espacio verde, y desde entonces se convirtió en uno de los lugares míticos de Buenos Aires siendo, por ejemplo, retratada por Jorge Luis Borges en el poema Paseo de Julio de “Cuaderno San Martín”.

Hoy el espacio verde, que supera una hectárea de extensión, está rodeado de edificios como La Torre Bouchard, el diseñado por César Pelli llamado República, y el Bouchard Plaza construido sobre la estructura del ex diario La Nación. Al horario del almuerzo pueden verse a los oficinistas que trabajan por la zona comiendo al aire libre, tomando sol y disfrutando de la naturaleza.

Franco tiene 23 años y trabaja en el sector contable de una firma en la avenida Corrientes y San Martín, a cuatro cuadras de Plaza Roma. Vestido de traje y camisa, descansa acostado sobre el césped. “Es la primera vez que vengo a comer y tirarme un ratito. Antes, era un desastre. Venía a tomar el colectivo acá y estaba todo roto y lleno de tierra”, explica. Es que la plaza estuvo afectada por casi 10 años por las obras de ampliación de la línea E del subte y del Metrobus. Durante ese período de tiempo, un obrador ocupaba casi un 20% del espacio verde. “Ahora, ¡mirá lo que es el pasto!”, señala desperezándose.

Cerca de él, tres chicas comen sentadas sobre una lona colorida. Son empleadas administrativas en una de las empresas ubicadas alrededor de la plaza y, a menos de que llueva, no cambian su almuerzo al aire libre por nada. “Hay mucho espacio verde y eso se disfruta mucho”, explica Antonela mientras come su ensalada de tomate y palta. Una de sus amigas, Aylen, cuenta que en la oficina sus compañeros armaron torneos de ping pong que se disputan en las recién estrenadas mesas. “Si venís acá cualquier día de la semana cerca de las 18h los vas a ver jugando”, comenta.

Es mediodía y el sol golpea sin clemencia al igual que las paletas al impactar contra la pelota. “La plaza es muy bonita y completa. Podés descansar, hacer ejercicio, distraerte. Las mesas de ping pong están buenísimas”, cuenta Jhoel entre jadeos segundos después de terminar un partido de tenis de mesa. Es venezolano y hace tres días que es empleado de una corporación con sede por el área.

La incorporación de las mesas de ping pong, el mobiliario de diseño para comer y tomar sol, y la presencia los jueves de los puestos de las Ferias de la Ciudad son algunas de las novedades más comentadas entre el público asiduo. Pero más allá de estas incorporaciones, el proyecto de recuperación respetó la identidad del espacio y revalorizó a sus históricos protagonistas: el monumento de Giuseppe Mazzini y el ombú.

César está sentado en la sombra del mítico árbol. “Poder estar así, al aire libre, almorzando algo y no encerrado en una oficina o un subsuelo es piola”, comenta el electromecánico de 49 años que trabaja como contratista en una empresa. Cuando está por la zona con sus compañeros comen siempre en la plaza.

“Justo pensaba que el valor de un espacio como este es incalculable para la gente de la zona. Es necesario tomarse un tiempo para relajarse y respirar en medio de la jornada laboral. Y hacerlo acá, con todas estas flores, te genera una sensación de alegría”, explica Victoria, una empleada bancaria de 44 años que disfruta de uno de los bancos nuevos de cemento y madera. “Si se toma esta plaza como modelo para replicar en otros lugares, Buenos Aires va a estar cada vez más linda”, afirma.

Es que la obra cambió la fisonomía del barrio. Guido, un programador de 25 años, trabaja justo enfrente del espacio verde y lo describe de forma simple: “Desde nuestros escritorios tenemos vista a la plaza y es increíble poder disfrutar visualmente de este paisaje mientras trabajamos”.

Carlos, un jubilado de 66 años, hace 40 años trabajaba como cadete por la zona y solía frecuentar la Plaza Roma. “No venía desde entonces. Tenía que hacer tiempo por unos trámites y me acerqué. Antes era menos concurrida y venía otro tipo de gente. Está muy cambiada y arreglada. Las plantas y los canteros están muy bien cuidados. No hay basura. Es una hermosura. Es otra Ciudad”, comenta asombrado.

Plaza Roma, el resultado de trabajar en equipo con los vecinos

En 2017, desde el área de Participación Ciudadana se consultó a los vecinos de la Comuna 1 para ver qué creían que debía hacerse para mejorar la Plaza Roma. Por medio de redes sociales, correo electrónicos y acciones en territorio durante 7 días corridos se llegó a recibir 578 propuestas de 236 vecinos que participaron activamente.

Los cinco aspectos más solicitados por los vecinos fueron: iluminación, mobiliario urbano, arbolado y superficie verde, seguridad y reparación de veredas. Se priorizó lo que los vecinos necesitaban con esta obra que significó un incremento de más del 30% de la cantidad de luminarias y un 90 % del mobiliario urbano; un aumento de 4000 m2 de superficie verde, 2340 m2 de vereda construida a nuevo, 12 nuevos árboles, y guarda parques integrados al sistema de seguridad de lunes o domingos.