EL BARRIO: ex-albergue Warnes
Un poco de historia
Durante
el segundo gobierno peronista se decidió la construcción de un moderno
Hospital de Pediatría. Para su localización fueron expropiados los actuales
terrenos del ex -albergue Warnes a sus actuales propietarios, la familia
Etchevarne. El derrocamiento del gobierno en 1955 paralizó las obras,
faltando solamente 12 meses para la finalización de las mismas.
En 1957
el Poder Ejecutivo Nacional transfirió el predio sin cargo a la M.C.B.A.,
para
la habilitación de un centro sanitario municipal. Desde ese entonces el
ex–albergue Warnes, empezó a recibir familias carentes de vivienda.
La
historia siguió su curso, veintiún años pasaron y los edificios del albergue
cobijaron a más de 600 familias, cuyo anhelo era encontrar un techo que los
protegiese de la intemperie. En ese período la familia Etchevarne, empezó a
tramitar judicialmente la devolución del predio, porque el fin de la
expropiación, no se había cumplido.
En
el año 1975 la Suprema Corte de Justicia, confirmó la sentencia, obligando a
devolver el inmueble, en las mismas condiciones en que fue expropiado: libre
de gente, edificios, cercado y con veredas.
La
sentencia judicial y la agraviante situación social padecida por los
pobladores del Warnes, carentes de todo tipo de servicios, durante la gestión
del gobierno radical, hizo necesario que el Poder Ejecutivo Municipal tomara
una contundente decisión política para finalizar un capítulo de triste fama,
y encomendó a la Secretará de Planeamiento, encarar una solución definitiva y
urgente ya que los edificios serían dinamitados para cumplir con la sentencia
judicial.
UNA SALIDA DE CONSENSO
AL PROBLEMA SOCIAL
El
Movimiento de Villas y Barrios Carenciados se caracterizó por una lucha de
varias décadas, en donde siempre sus banderas fueron el principio de
radicación y la solidaridad con los sectores de la población marginados de
una vivienda digna, dando prioridad a los vecinos del albergue, junto a una
motivada comisión del Warnes, que permitió un trabajo conjunto en la búsqueda
de una salida al problema social.
La
solución definitiva tuvo como respuesta la creación del Barrio Ramón Carrillo, este complejo debía realojar 700 familias
que habitaban el Warnes; la construcción del mismo fue encargada a la
Comisión Municipal de la Vivienda.
El
descontento de un elevado número de vecinos provenientes de Villa Soldati,
Floresta Sur y Villa Lugano(B. Zamoré Copello) apenas conoció el proyecto de
la mudanza del Warnes y el lugar donde se iba a construir el nuevo barrio,
hizo escuchar su voz. Su método no fue nada pacífico, cortaron las calles,
quemaron gomas y hasta hubo enfrentamientos con la policía, la variedad de
reclamos pasó desde el racismo hasta la preocupación de los habitantes, que
en su mayoría venían de sectores de bajos ingresos y desocupados. La
organización del albergue Warnes, sorprendidos por la respuesta comunitaria a
sus problemas, trató de aclarar que no eran delincuentes y también se
encargaron de desmentir que no era un regalo del Estado, sino que iban a
pagar sus viviendas.
Estas
marchas y contramarchas, dejó un aprendizaje del cual es muy importante
reflexionar. El acuerdo alcanzado entre los sectores fue producto de una
ardua negociación, en donde las agrupaciones vecinales antes mencionadas,
mediante su presión en las negociaciones, fueron beneficiadas en algunos
puntos, como ser el barrio que se construyó finalmente, tiene como
equipamiento propio su escuela, centro de salud y destacamento policial.
¿QUIÉNES SON LOS
HABITANTES DEL WARNES?
En
su interior habitaban 2436 personas que conformaban 646 familias. Un tema
interesante es la nacionalidad de estos pobladores el 76.16% argentinos y el
23.84% extranjeros en su mayoría paraguayos. En cuanto a la situación laboral
de los jefes de familia el 70% poseían trabajo, en especial obreros de la
construcción, servicio doméstico y en su mayoría cartoneros y vendedores
ambulantes. Cada uno de los pisos tenía un delegado moderador.
700 FAMILIAS MUDADAS EN
DOS DÍAS
La
coordinación general de la mudanza recayó en el área de la Dirección General
de Política y Planes (área perteneciente a Planeamiento), en un contacto casi
diario con los delegados y vecinos del Warnes para la detección de
situaciones no conocidas de intrusión.
Otra
premisa fue la de garantizar el operativo de la mudanza, es así que la
responsabilidad en lo que fuese seguridad corría únicamente por parte del
movimiento y la comisión vecinal del Warnes.
La mañana del 7 de diciembre 1990, las
calles Warnes y Chorroarín fueron testigos de cómo más de 200 camiones hacían
filas esperando su turno para trasladar alguna familia del ex-Warnes hacía el
flamante Barrio Ramón Carrillo (en homenaje al Ministro de Salud del primer gobierno
peronista)
La
mudanza fue todo un éxito debido a que todos los integrantes que participaron
estaban consustanciados con el propósito socio –político que tuvo esta
historia. La historia del Warnes escribiría de esta manera su mejor
capítulo...
Enseguida
que las familias abandonaron el Warnes, comenzó a acondicionarse los
edificios para su demolición, realizada por
una empresa especializada en marzo de 1991, fue un suceso inédito y
espectacular, que convocó mucho público entre los cuales se contaba con
antiguos pobladores que tuvieron la ocasión de apretar, con lágrimas en los
ojos, botones que produjeron la implosión.
De
mitos, paradojas, estigmas, frustraciones, los terrenos del ex Albergue
Warnes "saben" mucho, y hoy, acaso parodiando la fantasía
desurbanizante de Dolina, que soñó con sus amigos de la infancia reconstruir
el campito para jugar a la pelota y el hábitat entrañable de su niñez,
desmontando la ciudad que había crecido sobre esos lugares, la historia ha
vuelto atrás y un pedazo de campo aparece en el corazón de la ciudad.
Texto original:
Cristina Reynals – Claudio Redón (adaptación Chs)
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